Especial 100k: Sensación inolvidable

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Se veían en silencio, únicamente dedicándose a disfrutar de la presencia del otro. A veces, una mano juguetona paseaba por la piel del otro, pero en general, no hacían más que contemplar al otro. Era increíble, a penas hace un mes que él tuvo que ir por ella a Nueva York y ahora, estaban ahí, acostados en una cama de la carpa de un hotel africano, gozando de su luna de miel.

Adrien retiró un mechón azabache de su ya anhelada esposa, cuando se percató de un pequeño tatuaje abajo de su hombro, con la yema de su dedo comenzó a trazarlo sin preguntarle nada a la muchacha.

"01000011
01001110"

—Me lo hice cuando estuve en Nueva York, ya llevaba como cuatro años ahí.— dijo alzándose un poco el cabello para que Adrien pudiera observarlo mejor. Él sonrió, la verdad es que no podía dejar de verlo, y más porque adoraba como resaltaba entre la tez aperlada de la mujer.

—Jamás sospeche cuando estuvimos de novios que tú quisieras hacerte un tatuaje.— mencionó divertido sin dejar de contemplarlo. Ella solo sonrió, la verdad es que nunca lo había planeado, nunca lo anheló, pero la vida daba giros y ese tatuaje era un recuerdo en su cuerpo de ello.— ¿Y que significa?

La azabache alzó la mirada a lo alto de la carpa pensativa, varios recuerdos se le vinieron a la mente, muchos de ellos le hacían sentir la soledad por la que pasó. Respiró profundo para evitar esa sensación de que su corazón se comprimía.

—¿Pasa algo?— escuchó decir a su esposo. Viró hacia él, tenía esa mirada esmeralda que tanto amaba mirándola con preocupación. Sonrió, ya no volvería a estar sola. Lo tenía a él.

—Son sólo dos letras en binario.— enunció con misticismo. Adrien no dejaba de verla intrigado, repasando los números una y otra vez. Él estudió binario durante el primer año de la muere de su madre, fue una manera poco complicada pero trata de gastar su tiempo.

—C...—pronunció con pausa.—N...— no podía ver el rostro del rubio ya que se encontraba a sus espaldas, pero podía imaginarse su reacción pensativa, apretando sus labios, esperando a la expectativa su respuesta.

—Es por Chat Noir ¿Verdad?— cuestionó con gran duda.

—Jamás te pude sacar bien de mí, Adrien.— gesticuló triste.—Yo, el primer día que pise America, juré que haría lo que fuera por superarte. Que éramos como cualquier relación que acaba y ya...— Adrien volteó a la fémina hacia él y se acercó a su rostro  para admirar sus facciones de más cerca.— Con el tiempo, entendí que era inútil. Nuestra relación nunca fue normal, ni siquiera en el inicio.— pronunció con sus labios a un hilo de distancia— Aún no puedo creer que me enamoraras tanto tan rápido.

—Es un don.— tiró divertido.— Bichito, no sabes cuánto amo saber que no me olvidaste.— soltó con una enorme sonrisa sin dejar de verla.— Aún no te he dicho pero...— pensó en si decirle o no en este momento, todo se sentía tan mágico, como un sueño, no quería perturbar ese momento.— Yo ya había tenido una boda antes de la nuestra.— Marinette abrió sus ojos de par en par ¿A qué se refería? Adrien rió al ver el gesto de su amada. Tenía que admitir que dijese lo que dijese, siempre se lo perdonaría al escuchar esa honesta risa.— Descuida, jamás llegué al altar. Chloe me vio intranquilo ese día y me ordenó que le dijera a Daphne la verdad, no me podía casar con ella; así que le dije que no estaba listo para algo serio, ahora sé que no era cierto, simplemente tampoco te pude sacar de mi vida.

Marinette rió aliviada. Y vaya que lo estaba. Entonces pensó en aquella rubia y sus intervenciones, era curioso, pero era gracias a ella que ahora tenía al hombre que amaba a su lado, declarado ya como su esposo, cultivando sin ellos saberlo aún, un pequeño ser en su vientre.

Besos bajo cielo parisino //Ladynoir // TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora