Capitulo 10: Ráfagas bohemias

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Multimedia: La playa - La oreja de Van Gogh

Sus piernas temblaban, su corazón no se sostenía en su lugar

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Sus piernas temblaban, su corazón no se sostenía en su lugar. Veía la cajita entre sus manos, aquella que mantenía guardado el anillo que la esposaba a Hanzel, tenía que mostrárselo y a pesar de que sabía que al principio le dolería esperaba que el tiempo lo sanara. Terminaría ya con todo esto, los dejaría a ambos libres y todo esto quedaría en el pasado.

Aunque ella así no lo deseara.

Le daban ganas de renunciar a todo e irse con su gatito. De huir con él a una isla desierta y solo ser los dos, sin los Miraculous, pero recordaba que él estaba enamorado de Ladybug, no de Marinette y que si se quedaba en París su corazón seguiría sufriendo. Todo le resultaba imposible y esta era la única respuesta.

Caminaba en círculos esperando a su compañero de batallas, pensando en todas las palabras que siempre le decía, en todos los buenos momentos que ahora dejaría atrás, en las sensaciones inigualables que él le provocaba y ahora jamás volvería a sentir. Era por su bien, por el de Hanzel y por el de ella misma, era lo mejor, se repetía una y otra vez en su cabeza.

-Mi lady.- escucho a sus espaldas paralizada, era el, era hora de enfrentar su pasado. -Esta vez llegaste antes, apuesto que estabas tan ansiosa como yo de reencontrarnos.- tiro animado, Ladybug suspiro, como extrañaría ver esa sonrisa tan resplandeciente y eterna.

-Chat, tengo que decirte algo.- soltó triste y nerviosa. Este en seguida le tomó la mano y beso sus nudillos, como extrañaría ese gesto, todos sus vellos se erizaban al sentir aquel roce.

-Y me lo dirás bichito, solo permíteme levantarte el animo un poco.- soltó alegre. No se podía negar, aquella sonrisa siempre hacía que palideciera. Asintió suavemente.

La tomo de la cintura y con ayuda de su bastón empezaron a navegar por los aires. Se sentía tranquila ahí en los brazos del hombre al que amaba, ese aire que pegaba en su rostro se sentía como ráfagas bohemias, como si París estuviera nostálgico. Agacho su vista, sus pies estaban volando mientras Chat lo sostenía. Volteo a verle, empezó a grabar cada detalle de su rostro, cada gesto, cada parte de su cuerpo, cada rincón de sus labios, jamás lo volvería a ver, era lo último que podía permitirse.

¿Y si se permitía un poco más? En fin, ya jamás volverían a estar juntos, nada perdía con entregarle todo y después irse, sería un momento espectacular en donde al fin podría olvidarse de todo pero... eso solo causaría heridas más profundas en ambos.

¿O no? No entendía porque pero en ese instante los celos la consumieron, una envidia de la persona con la que compartiera esos labios que tanto amaba. Respiro, si así era es porque él si había logrado reconstruir su vida.

-¿Chat?- preguntó queda. El felino se detuvo en la terraza de un edificio a contemplarla mientras está le hablaba, estaba ansioso por mostrarle la sorpresa. La azabache se ruborizó al sentir la mirada encima del ojiverde, siempre esa mirada tan candente.

Besos bajo cielo parisino //Ladynoir // TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora