Y sin duda ella ya había elegido a su chico ideal. Cansada del más reciente rechazo del modelo Adrien Agreste, Marinette decide darle una oportunidad a ese gato que siempre la elogió desde el momento que se conocieron.
Una tarde ella descubre que Ch...
Multimedia: De que me sirve la vida - Camila (la he puesto ha petición de mis Luckys)
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-Mari ¿Quieres ir al cine?- preguntó el pelinegro mientras se amarraba las agujetas.
Ya había pasado un día desde que Hanzel había decidido romper con su matrimonio, y a pesar de que ansiaba una y otra vez, retenía sus impulsos. Lo que menos quería era que ella se confundiera más.
Ese día, para celebrar aquella amistad, retomaron esa rutina que tenían cuando solo eran mejores amigos. Salir a correr en las mañanas libres, inspirarse un poco en el ambiente urbano para una nueva línea de ropa, después tomar fotografías de la vida metropolitana y por último, tener toda su tarde libre.
Si, quizás era por esa la razón por la que esa chica lo había enamorado. Sus tardes las había llenado de alegría y tranquilidad, un hermosos sosiego que sin duda extrañaría.
Suspiro. Ya se había acostumbrado a ella; no a su cercanía, pero si a su presencia rondando alrededor de el. Apreciaba eso poco que había conseguido de ella, eso que tanto trabajo le había costado tener y ahora, solo se lo entregaría todo de repente a otro hombre.
-Bien. Pero déjame bañarme rápido.- escucho decir en otra habitación.
No podría seguir viviendo con esto, no podía seguir siendo solo su amigo. Había prometido esforzarse por continuar con esta amistad a flote, pero con las pocas horas que habían pasado sentía que estas emociones contradictorias en su interior lo carcomían. La amaba demasiado para ser tan poco. Pero eso no significaba que la obligaría a quedarse con el. Solo había una solución:
Olvidarse de ella.
Eso implicaba no volver a verla. Quizás así conseguiría reconstruir su vida. Eso era lo mejor para los dos; bueno, más para ella que para el. Si continuaba con ella su corazón lo obligaría a hacer una locura.
"Por más que suplique no me abandones dijiste no soy yo es el destino y entonces entendí que aunque te amaba tenía que elegir otro camino. "
-Lista ¿Y que película vamos a ver?- la azabache salió ya bañada y con un holgado vestido azul. Maldición.
Ella era sencillamente el ser más glorioso en el universo. No hallaba otra descripción; el poseedor de ese corazón ha de ser el más afortunado de toda la existencia.
Sus labios.
No podía controlarse, tenía unos malditos impulsos de probarlos. De pedirle como loco que lo amara, que fuera su esposa, cuan grande sería el vacío que ella le dejaría. Que su vida sería dura sabiendo que ahora esos tesoros que ella guarda en su interior le pertenecerían a otro.
Paso saliva tragándose esos sentimientos.
-Es una sorpresa linda.- ella la miro con un enojo bromista.- Bien. Escuche que Animales fantásticos ya estreno ¿Que te parece?- sonrió más convencida. Esos dulces labios dibujaron una sonrisa.
