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Hoy definitivamente no a sido mi día, ando con cagadera, llegó la Romina..

¿Que más señor jevus eh?

-Shavi espera..- Oí a alguien, era el Jacob.

-Oh hola, ¿Pasa algo?- Le pregunté.

-No nada, sólo que debemos irnos juntos, ¿Recuerdas?- Dijo sonriendo.

Esperen..¿Que?

-Aaaah, si..- Dije algo dudosa.

-Pues vamos.- Dijo caminando.

Legal po, que íbamos a ir donde el Lucho, se me había olvidado por la Chucha.

Salimos de la escuela y empezamos a caminar.

-¿Y como te sentí aquí?- Le pregunté.

-Bien, bien.- Me dijo.

Asintí, seguimos con nuestra rumba hasta llegar al local del Lucho.

-Aqui están las mejores salchipapas de Santiago.- Le dije entrando al Jacob, el se rió.

Nos sentamos y el Lucho se acerco a nosotros.

-Hola Shavi.- Me saludo con un beso en la mejilla.

-Hola Lucho, oye traemos una buen plato de salchipapas.- Dije sonriendo.

-Oh.- Exclamo el Lucho.

¿Oh?

-¿Que sucede Lucho?- Pregunte.

-Lo que pasa Shavi, esque.. Nos cambiaron de jefe, y bueno, el es gringo, por lo tanto ahora ya no vendemos salchipapas sino que sushi.- Me explicó triste.

Esperen, ¿Eso quiere que no habrán más salchipapas del Lucho?, ¿Shushi?, ¿Que mierda es eso?, ¿Se come?

Obvio que se come estúpida.

Callate vo Oh.

-¿Me estay weando?- Le dije terrible In Shokc.

-No, es la verdad.- Dijo el Lucho.

-Bueno entonces traemos shushi de camarón con queso por favor.- Dijo el Jacob.

¿Camaron con queso?, ¿Que Chucha?

-Bien, ya vuelvo.- Dijo eso el Lucho y se fue.

Puta vida.

-Hey, no te preocupes para la otra será entonces.- Dijo el Jacob.

-Pero Dios, malditos gringos.- Dije algo enojada.

-Hey.- Exclamo el Jacob.

Pucha que te poni weona Shavi.

-Yo lo lamento, no quise decir eso.- El Jacob se rio.

-No te preocupes, se que no lo querías decir..- Dijo sonriendo.

El weon lindo, esos ojos y su..¿¡Que mierda!?, No, no y no, es feo el weon.

Igual lo encontray rico al weon.

Que sabi vo' Oh.

Soy tu conciencia poh weona.

Callate mejor, en que iba, nos tragieron la cosa esa, ¿sushi?, Y unos palillos, los mire y los tome, los enterré en los pequeños sushis y me eche uno a la boca.

-Shavi, hací no se come.- Me dijo el Jacob.

-¿Y entonces como se come está wea?- Le pregunté y el río.

-Mira y aprender.- Dijo.

Ahí que engreído, el Jacob hizo una cosa rara con sus palillos y tomó el shushi y se echó uno a la boca, Oh la wea pulenta.

Chileno Y Que Tanto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora