12.

5.4K 409 6
                                    

La profesora Jenn se levantó de su silla.

—Mañana van a empezar las clases. Primero será una semana en la que recibiréis clases genéricas y las dos siguientes semanas os dividiremos según la especialidad que queráis. No es elegir trabajo. Hay tres especialidades. Médico, innovador y espía.

La profesora continuó hablando, pero dejé de escuchar. Me concentré en un lápiz sobre una mesa, y acabó flotando a unos centímetros.

La profesora Jenn se acercó a la mesa enfada y cogió el lápiz.

—Amanda, presta atención —dijo señalándome con el lápiz.

Asentí y levanté la mano

—¿Cómo sabes que he sido yo? —pregunté.

—Porque eres la única alumna con esos poderes que hay aquí y porque eras la única que no prestaba atención.

—Ah —dije y me callé para escuchar lo que quedaba de explicación.

(...)

—¿Estáis nerviosos por lo de las clases? —preguntó Elliot mientras estábamos desayunando todos.

Hoy empezaban las clases. Nos habíamos sentado todos los del grupo en una mesa de la cafetería a la hora del desayuno. 

—Realmente creo ya era hora de hacer algo y no pasar todo el día en la cafetería o en la habitación —opiné.

—Sí, ya se estaba volviendo aburrido eso de jugar a las cartas todo el día —dijo Sabrina.

(...)

Llegamos al aula de ayer y la profesora Jenn ya estaba allí.

—Estas clases serán teóricas, hasta que escojáis especialidad —explicó—. Sentaros en alguna de esas sillas. Hoy vamos a empezar con la teoría básica, quizás algunos ya la sabéis.

—Desde hace siglos se conocía la existencia de personas con un cerebro notablemente más desarrollado en comparación con los demás. A partir de la revolución industrial ha aumentado el número de superdotados. Lo de las habilidades es algo distinto. Siempre que se te desarrolla más el cerebro, se te desarrolla solo en una zona determinada, y dependiendo de la zona que se desarrolle tienes una habilidad u otra.

Mentes PoderosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora