30.

2.5K 183 23
                                    

Paseé la mirada por toda la sala. Me sentí culpable sabiendo que toda esta gente que en solo meses he conocido, fueran a arriesgar su vida por algo tan loco como esto.

¿Qué pasa con sus vidas? Ellos también tienen sueños, proyectos, deseos...

—Yo... he hecho un listado de algunos de los presentes que veo con aptitudes para formar parte de esta misión de rescate —propuso Emily.

—Esperad —dije interrumpiéndole—¿Estáis seguros de esto?

—¿A qué te refieres, Amanda? —preguntó Susan frunciendo el ceño.

Las caras de felicidad cambiaron a expresiones serias, incluyendo la mía.

—Creo que sería mejor si solo entro yo —respondí entrecerrando los ojos.

—¿Estás loca? —preguntó Emily—. Puedes morir si vas sola.

Giré hacia Emily y pude ver la preocupación reflejada en su mirada.

—Pero si venís conmigo, podéis morir. No sé cómo agradeceros que me estéis ayudando tanto en la misión, pero no puedo aceptar que vayáis a arriesgar vuestra vida por ello —dije intentando mantenerme firme.

Emily negó con la cabeza y se sentó en una silla cercana.

—No puedes hacer esto sola, es demasiado arriesgado —dijo Emily.

—No digo que no necesite vuestra ayuda, pero entraré yo sola ahí dentro —dije.

Emily permaneció en silencio esperando la aprobación de los demás.

—De acuerdo, Amanda —dijo Susan—. Pero si por cualquier motivo vemos que estás en peligro ahí dentro, entraremos.

—Me parece bien —respondí.

Ambar frunció el ceño, no parecía convencida de ello.

—No me parece buena idea. Si empezamos esta misión juntos ¿Por qué Amanda va a entrar ahí sola?

Nadie respondió, la respuesta era obvia.

Ambar seguía sin estar convencida.

—¿En serio? —exclamó indignada— ¿En serio vais a dejar que entre ahí? ¿Y nosotros qué haremos? ¿Quedarnos ahí viendo? No tiene sentido.

—Ambar... —murmuré.

Más silencio. La situación era bastante tensa.

Ambar al final habló:

—De acuerdo, no entraré ahí contigo. Pero si te ocurre algo, pienso entrar ahí a ayudarte.

—Me parece bien —respondí de nuevo asintiendo.

Emily se levantó de su silla.

—Sabrina y Susan, vosotras tenéis que prepararlo todo con la ayuda de los demás. Yo estaré entrenando con Amanda para prepararla para la misión.

Y dicho eso, Emily salió de la sala y me hizo una seña para que le siguiera.

Tras recorrer muchos pasillos los cuales nunca había visto, llegamos al descampado en el que antes había estado.

—Aquí será tu entrenamiento —dijo Emily.

Mentes PoderosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora