Mentes Poderosas

19.

—Hoy vamos a presentar los trabajos que faltan. Después de esto terminará la primera fase de la enseñanza y tendréis que elegir una especialidad ¿Qué grupo empieza?

La profesora Jenn miró a Walt y a Elliot y luego a Sam y a mí.

Sam me hizo una seña para que fuera a la pizarra. ¿Por qué no podían ir antes Elliot y Walt?

—Creo que me he olvidado de lo que tenía que decir —dije intentando buscar una escusa.

—Solo hay que exponer la parte práctica, Amanda. A no ser que quieras hacer el ruido de un avión despegando mientras levitan las cosas 

La verdad es que la escusa que había buscado era muy mala. ¿No tenía tiempo para buscar otra?

(...)

—... y esos son los usos que se pueden dar a nuestros poderes —dije terminando la exposición.

La profesora Jenn nos hace un gesto, indicando que podemos volver a nuestros sitios

—¿Ves? No era tan difícil —dijo Sam mientras volvíamos a nuestras sillas.

(...)

—Escuchadme todos, es hora de que escojáis. Médico, espía o innovador —dijo la profesora Jenn.

—¿Walter?

—Espía.

—¿Sam?

—Espía.

—¿Elliot?

—Mé... médico.

—¿Ambar?

—Espía.

—¿Sabrina?

—Innovador.

—¿Amanda? —Oí mi nombre, sabía perfectamente cuál iba a escoger.

—Espía —respondí.

—¿Susan?

—Innovador.

—¿Nataly?

—Espía.

—Mañana os espero a todos en el aula del grupo 1 —dijo la profesora Jenn.

Todos salimos de la sala y cada uno fue a su habitación sin decir ninguna palabra.

(...)

La puerta de mi habitación se abrió.  

—Hallo! Wir sind hier! Wo ist Nataly? —gritó Sabrina en una idioma que no entendía.

—Hinter dir, albern —respondió Susan en otro que tampoco logré identificar.

—Du bist dumm, weiß ich nicht —dijo Sabrina frunciendo el ceño.

—Oye, chicas ¿PODEMOS DEJAR LA BATALLA MULTILINGÜE PARA OTRO MOMENTO? —gritó Ambar.

Todas empezamos a reír.

(...)

—Mnhmhnnhhm —gritó Sabrina y salió corriendo hacia el cuarto de baño.

—¿Qué habéis hecho? —preguntó Susan.

—Creo que es alérgica a la soja. Porque le he dado una chocolatina con soja y se le ha hinchado la lengua —respondió Nataly.

—Sabrina ¿Estás bien? —pregunté mirando hacia el baño.

Ella gruñó e intentó decir algo, pero ninguna entendimos lo que decía.

—No estará hablando en otro idioma ¿No? —preguntó Ambar.

—iiikkhjhjkksss —exclamó Sabrina abriendo mucho los ojos.

Sabrina abrió el grifo y se puso a lavarse la lengua con agua.

—¿Ya puedes hablar? —preguntó Nataly.

—Mash oh menoj —respondió ella.

—¿Por casualidad no estará hablando alemán? —susurró Ambar.

—No, Ambar, y creo que los idiomas no son tu punto fuerte —respondí riendo.

—Mo oj giaig de mí—dijo Sabrina—. Mo fiene gacia.

—Sí que la tiene —dijo Susan.

—Habla un poco raro ¿Cómo puede hablar así? —me preguntó Ambar.

—Pon tu lengua en el lado izquierdo de tu boca y verás como funciona —respondí.

—Oj, ej vegdag, junjiona —dijo Ambar imitando a Sabrina.