El tonto se duchaba, y yo saqué provecho para vestirme, pero antes de irme de este cuarto, quise hacerle una maldad para que le doliera hasta el culo.
Pongo mi oído en la puerta, se escucha la regadera abierta, y él cantando.
Canta como un guacamayo.Tomo en mano el aceite de bebé que uso para mi piel, abro lentamente la puerta sin dejar de escuchar su horrible canción.
—Yo soy tuyo, Pararan tan tan,
Y tuuuuuu eres míaaaaa. Tiyus tararataaa.Que asco de canción. Canta horrible. Pobre de la loca que deba soportar eso. Espera... —ruedo los ojos—... yo soy esa loca que debe soportarlo.
Me acerco lentamente y abro el pequeño envase, dejando caer gotas en el piso, pero cerca de la puerta del baño y calculando que no caiga de una forma que pueda llevarlo a la muerte.
«Listo. No le dolerá tanto» bufo entre risa.
—Miiii vecinaaaa es locaaaaa locaaaa, pero me provoca voca, y la voy a odiar, y aunque sea loca loca loca, yo la tendré que soportar.
Pero que imbécil, ¿en serio me cantaba a mí? Si, claro, esa canción no existe. Él lo hace a propósito.
Ojalá te rompas todo lo que se llama huevo.
....
Cierro la puerta y pego mi oído en ella.
La ducha se cierra y mi felicidad aumenta, de pronto mis oídos se agudizaron cuando escuché el hermoso sonido de su trasero en el suelo y un grito detrás del golpe.
—¡Julia! ¡Maldición! ¡Hija de...!
Ocultando mi boca por la risa, salgo corriendo de ese cuarto para actuar normal, en cuanto vea a los demás.Llegando a la sala está el padre de Thomas y la tía Jessica.
—Hola —saludo, con una sonrisa amable.
—Hola, hermosa. Vaya, ese vestido te queda bien —murmura, elogiando mi vestido negro de escote de corazón.
—Muchas gracias, por querida Jessica —respondo.
—Querida Julia, ¿donde está Thomas? —sonrío imaginando de como estará ahora. Miro a su padre y le doy una mirada de ternura.
—Se está vistiendo. De seguro que pronto viene —respondo.
—¡Llegué! —se escuchó el exclamo alegre de la tía Paty. Me giro a mirarla y casi vomito de la risa.
Cálmate Julia. Es que es gracioso porque se quitó la peluca y ahora tiene el pelo como Betty Boop, sí, esa caricaturas que ponían en los años noventas, a mi parecer es lo que recuerdo.
La tía Paty luce un vestido super ajustado color rojo, y la verdad no deja mucho a la imaginación.
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Hasta que la herencia nos separe
RomanceDespués de una carta de desalojo y una muerte que deja a un hijo al borde de la desesperación, Julia y Thomas tendrán que tomar una decisión para obtener beneficio propio. - Julia no era para nada paciente, se consideraba una chica con los pies s...