37- de vuelta a la realidad

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Ya era hora de volver y estando en el avión me detengo a pensar en todo lo que vivimos en este lugar tan hermoso. No dejo de pensar en lo feliz y querida que me hizo sentir; estoy sintiendo algo distinto a lo que creía sentir. Puede que parezca tonto, pero no es tan difícil enamorarse de la personalidad que tiene Thomas ahora mismo. Me encanta la manera en que me respeta, en que no me lastima. Me encanta como me mira, como me toca y como me trata; son un conjuntos de "cosas" locas que ni siquiera puedo o tengo palabras para expresar.

Él toma mi mano y descansa sobre mi hombro, lo veo cansado, ambos lo estamos. En mi interior surge el miedo que no me abandona, y es que no sé que pasará cuando él descubra que su madre está viva. No sé que tan mal lo tome, no sé si yo saldría afectada, está claro que no pienso seguir con el plan de seducción, tengo que abandonar ese plan y dejar que todo surja con normalidad. Hablaré con ella en cuanto tenga el tiempo, pero será urgente.

Me dejo llevar por el sueño que pronto me invade.

....

Horas luego se había avisado el aterrizaje de vuelta a mi país. Preparamos equipajes —la cual estaban pesados producto a todo lo que cargamos de vuelta—, sin embargo pudimos con ello y bajamos del avión.

Lo primero que quisimos hacer, es llegar a la casa para luego salir a visitar a la familia, y en cuanto emprendimos marcha a la casa, nos emocionamos por la idea de convivir esta vez más diferente, como verdaderos esposos.

Llegando, arreglamos todo y yo aproveché para darme una ducha de agua tibia; el frío que está haciendo, es horrible, y siento dolores pelvicos, ya sabía yo que el periodo está tocando mi puerta.
Para prevenir me puse una toalla intima, luego me vestí con un abrigo y un jeans ajustado a mi cintura. Busqué mi botines y no los encontraba, así que me arrodillé estirando mi mano por debajo de la cama.

—Quédate así y no me debes.— Sentí una mano en mi trasero y me volteo viendo a Thomas detrás de mi.

—Eres un cochino pervertido.

Me reí ignorando lo que intentaba hacer y seguí estirando mi mano hasta que al fin siento mis botines, pero Thomas empieza con sus bromas pervertidas.

—¡Deja de tocarme el culo!

Me levanté alejándome de él, pues si lo dejo, me puede hacer cosas malas que terminan siendo buenas.

—Es inevitable, quiero entrenar la casa —murmura y le giro los ojos.

—No se va a poder, creo que hoy mismo llega el de cada mes —inquiero preocupada.

—¿El lechero? —pregunta y lo miro seria.

—No, el cartero.—Giro los ojos instantáneamente.

—¡Ah ya sé, tu periodo! —grita fuerte y le oculto la boca por si alguien llegase a escuchar.

—¡Ssh cállate, que te pueden oír! —chillo mirando a todos lados.

—No seas tonta, no hay nadie.

Entre bromas finalizamos, nos subimos en el auto y emprendimos viaje hacía la casa de la tía Paty. Miro a Thomas quién susurra  una melodiosa canción de Michael Jackson, you are not alone; simplemente hermosa.

That you are not alone
I am here with you
Though you're far away
I am here to stay
But you are not alone
I am here with you
Though we're far apart
You're always in my heart
But you are not alone

Nos miramos, sonreímos y él toma mi mano apretándola lentamente. Me hace sentir segura, querida y atencionada. Esto para mi se ha convertido en una hermosa historia llena de complejos y problemas por resolver, pero dicen que si amas a alguien puedes superar los obstáculos, pero no creo ser suficientemente fuerte como para soportar perder lo que tanto nos ha costado.

Hasta que la herencia nos separe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora