Estaba a sólo unos días de cumplir uno de sus sueños, sólo bastaba con dar los últimos exámenes y sería lo que siempre soñó, un auror.
Esa mañana despertó más temprano de lo normal y los nervios lo invadieron rápidamente; y si no podía hacerlo? Si era demasiado cobarde para pasar la prueba?Debería abandonarlo ahora y comenzar a buscar otro empleo? Se sentó de golpe, que sería de su futuro si no podía hacerlo?
-Ron...- lo llamó su comprometida desde el otro lado de la cama.
- Lo siento Herms- la castaña notó el nerviosismo en su voz y se abrazó a él somnolienta.
- No estés nervioso, lo harás bien- intentó calmarlo mientras él la abrazaba por la cintura.
- No lo sé Herms...y si no puedo hacerlo?-
- Ron, lo harás bien, confió en ti y se que lo lograrás- se acercó a él y lo besó, pero Ron la pegó más a él y profundizó el beso, haciendo que la castaña se separa y le sonriera picaramente - Ambos sabemos que si eso sucede luego no querrás irte- le recordó mientras jugaba con su cabello.
- Vamos....por favor- intentó convencerla mientras besaba su cuello.
- Ron son las siete de la mañana...tenemos todo el día-
- Pero no debo irme hasta las ocho treinta, por favor-
- Ya he dicho que no Ronald-
- Una ducha....?- propuso con una sonrisa, haciendo reír a la castaña.
- Será sólo una ducha?- le preguntó levantando una ceja.
- Si es lo que quieres, si-
- De acuerdo- se levantó y dirigió a la puerta del baño bajo la mirada del pelirrojo- acaso no vienes?- éste se levantó rápidamente y corrió para alcanzarla.
- No estés nervioso Ron - le susurró mientras le enjabonaba la espalda- sabes el hechizo y sabe a que hacer, aparte, no es como si nunca te hubieras enfrentado a un boggart....puedes hacerlo- lo giró y abrazo por el cuello.
- Lo se...sólo que no- se vio interrumpido por los labios de la castaña.
- Podrás hacerlo- le sonrió y volvió a besarlo.
Unos minutos más tarde Ron se encontraba listo para irse, aunque estaba un poco más seguro de si mismo Hermione no había podido hacer desaparecer sus nervios.- Hoy no iré al Ministerio, te esperaré aquí, si?- el pelirrojo asintió nerviosamente y la abrazó- vamos, lo harás bien- lo tomó de las mejillas y lo besó. La observó lo suficiente para intentar mantener la seguridad que sólo ella lograba hacerle tener y se desapareció.
Al llegar tomó asiento en uno de los sofás más alejados e intentó que lo único que invadiera su cabeza fuera Hermione, la única que siempre lograba hacerlo creer en sí mismo y saber que podría lograr lo que se propusiera. Ella tenía razón, no sería la primera vez que se enfrentaría a un boggart, sabía como hacerlo y no dejaría que una estúpida araña gigante arruinara su sueño.- Weasley, Ronald Bilius- lo llamó una mujer desde su escritorio, y lo guió hacia una habitación, la cual estaba completamente vacia, sin contar por las luces y un viejo armario del otro lado. Sin previo aviso las luces titilaron y el armario comenzo a abrirse, Ron cogió su varita y se preparó para enfrentarse a la araña gigante, pero de un segundo a otro una luz voló por la habitación y un grito agudo resono por todas partes, pero no era un grito cualquiera, era ella. Rápidamente busco el lugar de donde provenía, y ahí estaba ella, en el suelo, gritando y llorando.
- HERMIONE!- gritó fuertemente mientras corría junto a ella, pero la única respuesta que obtuvo fueron más gritos y sacudidas -Hermione!- jadeo entre lágrimas al dejarse caer junto a ella, pero cada vez que decía su nombre sólo la veía retorcerse más. Con todas sus fuerzas levantó la vista y observó a su alrededor en busca de ayuda, pero nadie estaba allí, y en ese momento lo entendió: no era Hermione, era su boggart. Secó sus lágrimas y apuntó al "cuerpo de Hermione".
-Ridikulus!- gritó y de un segundo a otro la figura cambio y el boggart volvió al armario; por su parte Ron, salió de la habitación y sin siquiera mirar a nadie o despedirse se apareció en su casa, donde se encontró con la castaña en el sofá leyendo uno de sus libros.
- Como te ha ido!?- preguntó emocionada, poniendose de pié, pero en lugar de responderle Ron se acercó a ella y la abrazó fuertemente -que sucedió?- le preguntó preocupada al notarlo llorar.
- Voy a dejarlo, no quiero seguir con esto - se explicó mientras ella secaba sus lágrimas.
- Que?! Que sucedió Ron?- el pelirrojo se dejó caer en el sofá y se tomó la cabeza con ambas manos.
- Eras tú.... estabas sufriendo- le explicó con la voz quebrada.
- De que hablas?- se sentó a su lado y lo abrazó por los hombros.
- El maldito boggart...no fue la araña, eras tú...y estabas sufriendo- la observó por unos segundos y la abrazó protectoramente contra su pecho- no seguiré con esto...- susurró luegos de unos minutos de silencio-voy a dejarlo, tal vez George pueda darme empleo o-
- No - lo interrumpió la castaña- no lo dejarás Ron-
- Hermione no quiero volver a ver eso! Si? Y estoy seguro de que de todas formas no me dejarán volver allí, ni siquiera espere a que me den la orden de dejar la habitación-
- Pero si pudiste deshacerte del boggart, cierto?- el pelirrojo asintió, con la vista clavada en sus pies- entonces mañana irás nuevamente, te disculparás y pedirás terminar con tu entrenamiento- terminó alzando un poco la voz.
-No volveré allí- repitió Ron cruzandose de brazos.
- Si lo harás Ronald. Por Merlín, ser auror siempre ha sido tu sueño, y no dejaré que lo heches todo a perder por mi culpa-
- No es tu culpa....simplemente creo que te amo demasiado- la tomó por la cadera y la hizo acercarse a él para besarla.
- Entonces hazlo por mí Ron, por favor, ve- le insistió.
- Pero y si...-
- Nada de peros Ron, mañana irás y harás lo que dije.....es tu sueño y estás a sólo un par de días de cumplirlo- lo tomó de las mejillas y lo besó nuevamente.
- De acuerdo, mañana iré- dijo luego de un largo suspiro- te amo- le susurró.
- También yo- le respondió de la misma manera; Ron se recostó en el sofá, haciendola caer sobre él y comenzó a besarla.
- Acaso recuerdas lo que me dijiste en la mañana ?- le preguntó picaramente.
- Ahora?- preguntó con una sonrisa.
- Dijiste que tendríamos todo el día, y debemos comenzar en algún momento, no?- la castaña limpió los últimos rastros de lagrimas sonriendo y lo beso, después de todo el apoyo que se brindaban era necesario para ambos.