El tiempo parecía no querer pasar, los nervios parecían no querer desaparecer y las ansias estaban matandolo, y como no, si sólo estaba a minutos de casarse con la mujer que amaba.
Desde el cuarto de Ron podía ver como todos terminaban de acomodar los últimos detalles del jardín, ya que como Ginny había deseado, la ceremonia y fiesta se harían en la Madriguera, al igual que las de todos sus hermanos.
Con una sonrisa se dedicó a terminar de arreglar su túnica de gala pensando en la nueva parte de su vida que comenzaría en tan sólo un par de minutos, pero unos golpes en la puerta lo hicieron salir de sus pensamientos para dirigirse a abrir.
- Oh Harry querido! - gritó felizmente Molly entrando en la habitación y abrazandolo - que bien te ves !- lo elogió con una sonrisa.
- Gracias....como esta Ginny? -
- Te aseguro que menos nerviosa que tú- le sonrió maternalmente y acomodó su corbata- Cariño quiero que recuerdes que tanto Arthur como yo apoyamos su matrimonio al máximo, y aunque no quieran admitirlo sé que también lo hacen los muchachos - a pesar de no estar seguro de porque se lo dijo lo comprendió de inmediato al ver 5 cabezas pelirrojas asomarse por la puerta.
- Podemos hablar con Harry? -pregunto Bill a su madre, la cual asintió y se dirigió a la puerta.
- Por favor no lo asusten demasiado -rogó a sus hijos antes de salir. Los hermanos Weasley entraron a la habitación y se ubicaron al rededor del azabache, que buscaba algo de apoyo en su mejor amigo.
- Harry -lo llamó Bill haciéndolo sobresaltar- como sabes Ginny es la primera mujer Weasley en generaciones, y en consecuencia, nuestra hermanita -los demás pelirrojos asistieron seriamente mientras miraban a su hermano mayor - no creo que quede demás decir que, si ocurre algo, cualquier cosa, aunque sea la más mínima indispensable, que la haga sentir mal o la lastime de alguna manera, te la verás con nosotros.....y creo que ya haz visto de lo que es capaz un Weasley enojado - dijo haciendo referencia a Ron- y no creo que te gustaría saber de que son capaces cinco, así que dejamos a tu criterio lo que le hagas a nuestra hermanita, si ?-todas las miradas recayeron en él, que los observaba temeroso.
- Si, pero...pero no creo que....es decir, creo que no será necesario que recurran a ello - dijo tímidamente y con la voz algo temblorosa.
- Mejor así, o en cambio, lo lamento Harry, pero se trata de mi hermana- le dijo Ron amenazadoramente.
- RONALD! -todos los presentes sé giraron rápidamente hacia la puerta, donde se encontraba Hermione con los brazos en jarras mirando a su novio con reproche.
- Herms sólo estamos hablando -dijo intentando usar un tono inocente.
- No soy idiota Ronald, dejenlo tranquilo por Merlín! - se quejó con todos, haciendo sonreír al azabache - ahora ven Ron, debemos ir a ayudar a Ginny con su vestido - lo tomó fuertemente del brazo y lo obligó a salir de la habitación haciendo reír a los pelirrojos.
- No te pedimos que te dejes mandonear cómo Ron, pero algo parecido no nos molestaría - dijo George entre risas.
- De acuerdo, te dejamos tranquilo pero asegúrate de no olvidar esta conversación - dijo Charlie aún teniendo una sonrisa.
Unos minutos más tarde se encontraba parado en el "altar" esperando por su futura esposa; el jardín de la Madriguera se encontraba repleto de cabezas pelirrojas, y entre ellas alguna castaña, blanca e incluso azul, teniendo en cuenta al pequeño Teddy, quien sonreía a su padrino desde los brazos de su abuela.
Los murmullos se interrumpieron inmediatamente al oír la melodía que simbolizaba la entrada de Ginny, la cual caminaba felizmente tomada del brazo de su padre, quien sonreía a todos.
Al verla con ese hermoso vestido blanco, que delineaba, solamente lo necesario, sus curvas y caía perfectamente por sus piernas, con esa hermosa sonrisa que tanto la caracterizaba y observandolo sólo a él, no pudo evitar sentirse el hombre más feliz del mundo, o eso pensó hasta que ella llegó a su lado y tomó sus temblorosas manos. A pesar de que la ceremonia fue rápida ninguno de los dos pudo dejar de mirar al otro y de vez en cuando intercambiaban una sonrisa, como si sus ojos hablaran por ellos.
- Si, acepto - dijo la temblorosa voz de Harry acompañada por una enorme sonrisa.
- Si, acepto- dijo Ginny felizmente con algunas lágrimas acumuladas; el azabache soltó sus manos y tomó su cadera, acercandola a él.
- Te amo -le susurró antes de besarla y abrazarla fuertemente.
La fiesta, a diferencia de la ceremonia tuvo algún que otro inconveniente pero ninguno llegó a arruinarla, por ejemplo el intentar que George soltara un vaso de whisky de fuego que se recargada sólo, ya que había llegado a tal punto donde había recostado medio cuerpo sobre la mesa y sólo se dedicaba a murmurar el nombre de su gemelo.
Una vez finalizada la fiesta y que todos los invitados se fueran, la pareja se apareció en Grimmauld Place, donde al apenas entrar se unieron en un fuerte abrazo.
- Te amo Harry - le susurró la pelirroja al abrazarlo por el cuello.
- También te amo -se inclinó lo necesario y la besó - Travesura Realizada - susurró con una sonrisa.
- Oh, no te lo creas Potter, aún tenemos toda la noche por delante -le dijo con una sonrisa antes de comenzar a besarlo.
