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Midorima

Entre otras cosas, quería tirar por un puente a la Kuroko. Ella y yo estábamos en mi casa, jugando serpientes y escaleras, esperando a que la luz volviese.

-Hiciste trampa -le acuse.

-¿Yo? -preguntó Tetsuna con aire inocente-. Yo nunca hago trampa.

-¡Acabas de subir por una serpiente! ¡Eso definitivamente es trampa! -exclamé, señalando su ficha dos casillas injustamente delante de la mía.

-No es culpa mía que mi ficha sepa trepar serpientes y la tuya no.

Una vena se me saltó en la frente.

-Como sea, ya me cansé de jugar -miré hacía afuera. Era de día. De mañana, de hecho. Kuroko y yo estábamos en equipo de clase y nos habíamos reunido a hacer la tarea el sábado por la mañana.

-Con la luz que hay, bien podemos adelantar al proyecto -dije.

-Cierto -asintió ella-, pero se que sólo lo haces porque voy ganando en serpientes y escaleras.

-¡Entiende que estas jugando sucio!

Sacamos nuestras libretas y comenzamos a trabajar. Kuroko no usaba perfumes, pero al tenerla tan cerca, podía oler su shampoo. Era de almendras.

-¿Puedo tocar tu cabello? -pregunté como quien no quiere la cosa.

-¿Eh? Supongo que sí ¿Porque?

Me encogí de hombros.

-Nada más, parece suave.

Ella asintió y yo alargue la mano para tocar el corto matorral de rizos mal cepillados.

-¿Te gusta?- preguntó ella, mientras volvía a escribir.

Mis mejillas se pusieron calientes, pero aún así no aparte la mano de su cabello.

-Sí, me gusta.

Pasamos bien la mañana. Ella no me dijo que dejará de acariciarla y yo seguí revolviendo sus rizos por quince o veinte minutos más, jugando con ellos. 

El cabello de un Acuario, ese era mi ítem de la suerte aquel día.

Una Muñeca Entre Los Milagros || Kuroko No Básquet FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora