Una Muñeca Entre Los Milagros || Kuroko No Básquet Fanfic

8

Aomine

-Quiero que conste que me juraste que no le dirás a nadie sobre esto.

-Bien.

-Me gusta Kise.

-Al comino. Le voy a decir.

-¡Tetsu!

Era un día como cualquier otro. Había invitado a Tetsu después de la escuela a jugar un videojuego que había comprado la semana pasada. Entre comida, una broma y otra, llegamos al tema de las parejas. Tetsu tenía sus propias ideas cuando de pareja se trataba y me era divertido escucharlas todas.

-Vas a morir soltera -le dije. Ella se encogió de hombros.

-¿Y tu, Aomine-kun? ¿Hay alguien especial para ti?

Me quedé callado unos segundos, sopesando mi respuesta. Me gustaba el rubio idiota desde hace un año, eso lo tenía claro, sin embargo no sabía que tan bueno sería hacer pública esa información.

-¿Si te digo me juras no decirlo a nadie?

-Lo juro -dijo con una mano en su pecho.

Era Tetsuna así que suspiré. Sus ojos grandes me miraron inexpresivos como siempre. Fría como un bloque de hielo, repetí en mi cabeza. Pero acabé soltándolo.

Y aquí es donde empezamos.

-¡No puedes decirle! ¡Lo juraste!

-Juré no no decirle, es decir que, por juramento, le tengo que decir.

-¡Tetsu! ¡No puedes hacerme esto! -exclamé. Tetsuna se limitó a seguir con el videojuego. Estaba acostada de cabeza en el mueble con los pequeños piecillos trepados en el respaldo.

-¿Y si se lo dices tú? -cuestionó-. No creo que te vaya tan mal si haces eso.

De nuevo, me quedé en silencio mirándola. Por un momento me culpe por no ser un chico más normal, uno que pudiera ver la belleza de Tetsuna en un sentido romántico, pero saqué esa idea de mi mente enseguida; era quien era y estaba orgulloso de ello, con todo y que me gustara el rubio idiota.

-¿Porque dices que no me iría tan mal? -quise saber.

-Lo siento, tengo otro juramento que respetar, pero deberías tomarlo en cuenta -dijo ella.

-¿Eso significa que no le dirás a Kise?

-Eso significa que valoro tu  amistad -corrigió ella-, y no, no le diré a Kise -añadió con una pequeña sonrisa.

El alma me volvió al cuerpo y seguimos jugando videojuegos, sin embargo... entre más lo pensaba con la voz de Tetsu en mi cabeza, menos loco me parecía el confesarme con el rubio idiota.