|Capitulo 17|

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Próximo capitulo dedicado a  @arcoirisamalia 

VENUS

Ayer compré todo lo necesario para hacer mi venganza a Cash. Y para que mis hermanos no creyeran que estoy planeando algo, ayer no les dirigí la palabra que es lo que suelo hacer cuando estoy cabreada.

Hoy me levanto y me pongo unos vaqueros cortos rasgados y una camiseta corta que pone 'Smile'. Me calzo mis All Star y bajo con mi maleta en la espalda, cuya maleta pesa lo suyo debido a todo lo que llevo.

Ayer estuvimos investigando y descubrimos la ducha exacta en que se meten Nash y Cameron, el horario de gimnasia, la hora exacta a la que van a las duchas y qué champú llevan.

Todo lo descubrimos gracias a que pagamos a un chico de primer curso para que nos diera esa información y aceptó.

Cuando llego a la cocina, veo a todos mis hermanos sentados en la mesa. Sigo mi camino hacia el frigorífico sin dirigirles la palabra, cojo un zumo de naranja y me lo tomo mientras cojo las llaves de mi mochila.

Dylan intenta hablarme pero se lo impido con un gesto de la mano y me voy hacia el garaje a coger la moto.

Conduje hacia el instituto donde me esperaba Rose con la harina para las duchas, que era lo único que no me dio tiempo a comprar. Al bajarme de la moto la saludé con la mano y corrí hacia ella. Entramos en el instituto y nos dirigimos a nuestra primera clase que era español.

Durante esa hora no hicimos nada más que perfeccionar la venganza, porque tendríamos que hacerla justo después de esta hora, mientras que ellos están en gimnasia.

En cuanto tocó el timbre, dejamos la clase y fuimos al baño a esperar quince minutos a que empezase la clase. Nosotras teníamos matemáticas pero no nos importaba perder la clase con tal de hacer esto. En ese tiempo sacamos lo primero que teníamos que hacer que era el tinte y repasamos por décima vez el plan.

Luego de ese tiempo, que calculamos que ya se habían marchado de los vestuarios, entramos en estos. Y justo como pensábamos no había nadie.

Le di el tinte naranja chillón para que se lo pusiese en el champú de Nash y yo cogí el rosa fosforito para Cameron. Luego le quitamos la ropa de los casilleros y las metimos en nuestras mochilas y, por último, colocamos la harina en una palanca para que cuando abran la puerta les caiga harina encima.

Cuando terminamos nuestro trabajo chocamos nuestras manos e hicimos un mini baile, que fue interrumpido por el sonido lejano de las voces de los chicos. Nos miramos con pánico y salimos corriendo del vestuario hacia la cafetería. Dónde en diez minutos empezaría a llegar la gente.

NASH

Después de la clase de gimnasia con el profesor James, que es amigo de mi hermana o algo así, nos fuimos todos a las duchas cansados y con ganas de agua fresca.

Lo primero que noto al abrir la puerta de mi ducha es harina cayéndome encima. Espero a que termine toda para girarme por completo y ver a todos los chicos riéndose, menos a Cameron ya que estaba en la misma situación que yo.

―¿Quién ha sido el listillo de la broma? ―pregunté burlón―. Porque le salió mal, ahora me ducharé y me quitaré los restos de harina ―dije obvio―. Así, que la próxima vez, planear algo que no sea tan visto ―Finalice y me metí en la ducha.

Me quité todos los restos de harina del cuerpo y pelo, y me puse el champú y acondicionador para el cabello, porque me gusta cuidarme el pelo.

Cuando termine de la ducha, cogí mi toalla y me la pasé alrededor de la cintura. Salí de esta y fui a mi casillero a por mi ropa, pero vi que todo el mundo me estaba mirando con la boca abierta.

Fruncí el ceño ante esto y opté por lo mejor se me daba, ignorar.

En el casillero me encontré que no estaba mi ropa, algún gracioso me la habría quitado pero no importa.

Fui a pedirle a Cameron a ver si tenía algo pero me quedé mirando su pelo y él también me miró a mi. Nos miramos a los ojos y dijimos:

―Tienes el pelo de color naranja/rosa ―dijimos al unísono diferentes palabras mientras nos reímos, hasta que nos dimos cuenta de la situación.

―Dime por favor que tienes ropa ―Le dije suplicante

―No ―dijo desesperado―. Ahora mismo iba a pedirte yo un recambio porque me han quitado la mía. ¿Quién ha podido...?  ―No terminó la pregunta porque ya sabíamos la respuesta.

―Venus―dijimos mientras suspiramos.

Salimos del vestuario con tan solo una toalla enrollada en la cadera y fuimos a la cafetería dónde tendría que estar ella.

Y así fue, pero estaba toda la cafetería con los móviles encendidos haciéndonos fotos. Yo solo fulminé con la mirada a Venus y vi que Cam ya se estaba dirigiendo a ella sin importarle los demás.

―¿Por qué has hecho esto? ―dijo cuando ya estaba a su lado.

―Por la broma de ayer ―dijo obvia―. ¿De verdad sois tan ingenuos como para pensar que no iba a devolvérsela? ―dijo mientras se reía y allí es cuando me di cuenta de todo.

Ella nos dejó de hablar ayer para que no pensáramos que nos iba a hacer algo y así que pudiera hacerlo tranquilamente. Es más lista de lo que creí.

―Venus, tan solo danos la ropa y ya esta ―dije cansado―. ¿Y por curiosidad, cuándo se nos va el tinte? ―dije con miedo a que se quedase para siempre

―No, dos días como mucho. Aunque después os daré un champú para que se vaya antes ―Nos sonrió―. Tampoco quiero ser tan mala como para dejaros eso más tiempo ―dijo encogiéndose de hombros.

Acepté de inmediato, sabiendo que podía dejarnos simplemente a nuestra suerte. Nos pasó la ropa y fuimos al vestuario a cambiarnos. Las siguientes horas todo el mundo nos hizo fotos y se rieron.

Viviendo Con 5 HermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora