Viviendo Con 5 Hermanos

|Capitulo 21|

Próxima dedicación @DaphneFranco

ASHTON

Desde que entré por la puerta de la habitación de Venus sabía que estaba peor que ayer. Tenía más ojeras y la piel mucho más pálida pero me dije que era por la luz que entraba en la habitación. Mientras contaba otra posible broma hacia uno de sus hermanos me fijé mejor en ella y era como yo decía.

Estaba pálida, ojerosa y tenía una mirada cansada. Tenía la mano en la cabeza como sobándosela pero parecía que no era consciente de eso y era un acto reflejo del dolor y bajó la cabeza. Paré de hablar y me acerqué a ella. 

―Venus, vamos a decírselo a tus hermanos ―dije acercándome pero parecía que no me escuchaba, tenía la mirada perdida―. ¿Venus?

Estaba por levantarle la cabeza para que me mirase a los ojos pero se alejó hacia una pared para apoyarse en ella.

Se veía cada vez peor. Miré a Rose y vi una mueca de preocupación en su cara pero no me miraba, nos acercamos hacia Venus para sentarle en la cama pero se desmayó y la llegué a coger antes de que se cayese al suelo.

―¡Venus! ―grité desesperado―. Rose avisa a Dylan, Tyler o a quién sea, ¡rápido! ―le grité mientras la cogía en brazos y le notaba la piel muy fría ya que se le había subido la camiseta por la parte de la espalda.

Rose asintió y fue corriendo llamando a gritos a sus hermanos. Estos al escuchar los gritos vinieron de inmediato y vieron a su hermana desmayada en mi brazos.

No les dejé que hicieran preguntas, sino que corriendo mientras bajaba las escaleras con ella en brazos fui directo hacia mi coche. Rose les contó lo que paso y mientras ellos se iban en otro coche yo me senté en la parte de atrás del mío mientras Rose conducía rápidamente hacia el hospital más cercano.

Luego de tres semáforos pasados, dos gritos de viejas y muchos pitidos de coche llegamos al hospital. Sin esperar a que estacione el coche, bajé con Venus aún en mis brazos llamando a gritos a las enfermeras.

―¡Un médico por favor! ¡Alguien que me ayude mi amiga se ha desmayado! ―Intentaba no sonar tan desesperado como me sentía, pero era imposible.

Muchas enfermeras aparecieron y se la llevaron acostada en una camilla, corrieron hacia una sala dónde ponía 'Emergencias' y me cerraron la puerta en la cara.

Pataleé hasta que un guardia de seguridad me echó de esa zona y me condujo a la sala de espera dónde se encontraban sus hermanos y Rose. Todos me miraron para saber si sabía algo pero negué con la cabeza.

Apenas habían pasado unos segundos desde que la metieron en la sala pero ya estaba desesperado. Lo último que vi de ella fue su pálida cara, en la cual cruzaba un rastro de dolor.

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Pasaron horas desde que Venus entró en la sala de emergencia y veías a médicos entrando rápidamente hacia allí con muchas máquinas lo que solo hacía mis nervios aumentar. Después de diez largos minutos esperando, un médico apareció y se colocó junto a nosotros.

―¿Familiares de Venus Summer? ―dijo mirando en su lista.

―Nosotros ―dijimos a la vez y nos miramos, mientras el médico miraba raro a Rose porque claramente era la única rubia y la que no se parecía.

―Soy su prima ―dijo mintiendo y el médico asintió.

―No se preocupen, la Srta. Summer solo ha tenido un desmayo por el cansancio. Ahora mismo está despierta si queréis podéis pasar a verla.

Todos sentimos y nos sentimos mucho mejor que antes. Decidimos ir todos juntos para que pudiera dormir tranquila hoy.

Cuando entramos la vimos tumbada en una cama riendo con una enfermera que estaba hablando con ella. Sonreímos ante tal escena y nos acercamos.

Al instante pararon de hablar y la enfermera se fue de allí agregándola al teléfono diciéndole que tendrían que quedar y esta asintió.

―Hola cielo, ¿estás mejor? ―dije con una sonrisa al verla tan llena de energía, no como horas antes.

―Por supuesto que si, es solo que no dormí mucho y justo cuando vosotros veníais iba a dormir. Tuve una semana de insomnio pero nada preocupante ―dijo sonriendo, un poco sonrojada, tenía mucho mejor cara que antes―. Aunque la guerra no ha acabado aquí, a partir de mañana las bromas serán más pesadas ―dijo sonriendo maliciosamente a Dylan el cual solo se rió.

―Voy a ganar pequeña rata ―dijo Dylan burlón.

―Eso nunca mastodonte ―dijo Venus sonriendo picara.

Sus hermanos hablaron con ella y le preguntaron de todo. Ella solo se reía y les decía que estaba bien y no había de que preocuparse.

El médico entró y nos avisó que mañana a las once ya podría salir. Todos asentimos y nos despedimos de ella para dejarla dormir.