Prólogo

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Hace decenas de miles de años, cuando el ser humano como lo conocemos aún no caminaba sobre la tierra, unos seres celestiales venidos desde lejanas estrellas llegaron a nuestro mundo en busca de nuevos territorios y recursos para su nación. Su reino, un gran imperio de incesante crecimiento, era presidido por emperadores de vasto poder e influencia al igual que las casas de nobles que la acompañan a regir tantos mundos.

Mas un día, unos príncipes de costumbres viajeras voltearon hacia un mundo aparentemente insignificante, recientemente descubierto por expedicionarios de su país; un mundo al que llamaron Urasa, nuestro mundo, el cual les recordó vagamente al suyo propio. El interés de éstos príncipes del cielo en ése pequeño orbe azul fue el inicio de nuestra historia, tanto de éste relato como de nuestra especie misma, la humana.

Los Kelts. La cultura de los conquistadores de las estrellas.

Hace decenas de miles de años, los ancestrales seres que se llamaban a sí mismos como Kelts, llegaron a la Tierra desde lejanas estrellas en sus buques de acero guiados por los faros cósmicos y las corrientes de la marea estelar. El nombre de su patria original era Lamathia, situada en una estrella a la que llamaba Hailée correspondiente con la conocida hoy como Sirio, y que llegaron hasta nuestro vecindario estelar cruzando túneles entre los astros, movidos por sus ansias de conquista y expansión imperial.

Los Kelts son de rasgos muy similares a los humanos pero con el triple de tamaño, ojos amarillos de pupila vertical, orejas puntiagudas y piel verdosa; suelen ser pelirrojos o rubios, aunque también podían encontrarse albinos o de cabellos negros. Tanto por su tamaño como en proporción son más fuertes y longevos que el ser humano. Su sociedad está estratificada en castas, basándose principalmente en su aspecto físico: la realeza, los nobles y los guerreros eran ligeramente más altos que un kelt promedio y más robustos, con cabellos que van del pelirrojo al rubio. Los sacerdotes, eruditos y sabios eran más delgados que los kelts de casta superior, y son de cabellos albinos. El pueblo llano, compuesto por artesanos, comerciantes, obreros, cazadores y campesinos, eran algo más pequeños que los kelts de las castas anteriores; igualando en tano a un adolescente de alta alcurnia. En el escalón más bajo de su sociedad se encuentran los esclavos y los provincianos de pueblos conquistados, cuyas vidas son para los kelts como los animales de granja lo son para nosotros.

Su sociedad se rige por una monarquía imperial, con su corte de ministros y un concejo de familias nobles, que también funge de aparato judicial en casos de alto poder de decisión. El pueblo llano tiene juzgados de paz en cada ciudad a fin de resolver disputas legales, a cargo de un juez designado por un gobernador de una de las cinco casas nobles: Hillagan, Kathacan, Rommagan, Majhuin y Bolster. Su sociedad también tiene un grandioso acervo de conocimientos de las ciencias naturales y mágicas, al punto de hacer de la magia parte esencial de la vida cotidiana de sus ciudadanos.

La creación del ser humano

Al llegar a nuestro planeta se habían topado con una diversidad floreciente de formas de vida, de entre las cuales un ser antropoide destacaba por su adaptabilidad e inteligencia, era la especie homínida. Simios de grueso pelaje y cinco dedos en manos y piés que incluían pulgares, mamíferos sexuados que usaban herramientas rudimentarias de palo, hueso y piedra. En sus observaciones notaron que eran seres gregarios y con un grado apreciable de manipulación del fuego y un lenguaje mayormente basado en chillidos, gruñidos y sonidos guturales.

Viendo las aptitudes que el homínido tenía, los kelts vieron en ellos un potencial evolutivo que podría llevarlos a ser similares a ellos si los dejaban desenvolverse en su libre albedrío, así que intentaron emplearlos como raza esclava. Lo torpes que eran para el manejo de las herramientas que les daban y la poca resistencia a los trabajos pesados los hacía poco idóneos para una vida de servidumbre, así que el concejo kelt de eruditos y naturósofos trató el tema de los homínidos de Urasa, y decidieron lo siguiente:

El Primero De Los Elementales |La Leyenda de Tristán el Iniciado I|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora