Capítulo 30

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Mu, colonia de refugiados. Entendiendo mejor a la muerte

Shemaz y Tristán subieron juntos a la habitación que Gorez les había reservado una llave, en aquel pasillo de tapizado azul con piso de argamasa desnuda y polvorienta. Aunque intuían por los leves sonidos de las habitaciones, como el de las luchas en los reñideros transmitidas a la pantalla o en cajas de música transmitiendo a bandas tocar canciones, que éstas tenían a sus residentes dentro.

Supuso Shemaz que en aquel edificio se hospedaban trabajadores de turno nocturno, que era por eso que ellos estaban en sus cuartos. Subieron a los pisos siguientes y el ambiente era igual de calmo, con aquellos murmullos de inquilinos haciendo sus ratos de ocio. Llegaron al último piso y buscaron la veinteava habitación, y no tardaron en hallarla al final del breve pasillo, en la última puerta de la derecha.

La llave correspondía al cerrojo. La puerta se abrió y ambos hallaron los mismos aditamentos y mobiliario en su nueva. "Mira, nuestra habitación tiene lo mismo que la de... el cantinero" dijo Tristán. No hizo falta decirlo, pero el referirse por sus nombres era peligroso si los rodeaban potenciales soplones, agentes de La Daga, o ambos al tiempo. El niño se bajó del hombro de Shemaz y fue directamente a la ventana, se trepó por la cortina cual cuerda de escalada hasta el marco ingerior donde se sentó de lado con la pierna colgando. Vio los funiculares llevar pasajeros en las vías principales, así como el humo saliendo de las chimeneas de talleres y factorías ubicadas al oeste.

-¿Qué haces ahí, Tristán? -Preguntó al verlo en la ventana.
-Solo miro la ciudad, hermano mayor. Ver tanta gente en una ciudad tan grande, después de vivir toda una vida sin salir de casa, es simplemente abrumador
-Imagino el impacto, pequeño. ¿Quieres saber por qué hay aquí una mezcolanza de razas y etnias? Porque la hay
-Dime, Hermano Mayor.
-Esta ciudad, así como otras en este continente, es habitada casi íntegramente por refugiados de guerra.
-¿Refugiados? Qué es eso?
-Gente exiliada de su país de origen y que van a otra tierra a buscar una nueva vida. Mi Padre, luego de sus conquistas en lo que ahora son "El Árbol de los Diez Reinos", vio que muchos perdieron a sus familias o acabaron en la ruina económica.
-¿Gente desplazada? Entonces solo las gentes comunes fueron las más afectadas mientras la nobleza...
-No solo ellos, Tristán. Tanto el pueblo llano como nobles derrocados fueron reubicados en lugared como éste.
-Así que los trajeron aquí, a Mu, para que tengan un nuevo lugar para vivir; y a los otros para que no molesten al gobierno.
-Captas rápido, Tristán. Son todos de diferentes culturas, razas y lenguajes, pero aquí están todos bajo las mismas leyes de Lamathia. Los mismos derechos y deberes para todos.

Shemaz fue a la alacena refrigerante frente a la mesa en busca de algún alimento, dentro encontró un tazón con gazpacho y una nota: "Mandé prepararte algo para cuando llegaras a tu apartamento. Gorez".

-¿Derechos? ¿Eso que es? -dijo Tristán al voltear.
-Son garantías que la ley te da, y nadie te las puede quitar, Tristán -dijo Shemaz sacando el tazón de la gabeta refrigerada. Cada casta tiene su carta de derechos, y aquí los humanos están justo por debajo de todas las demás razas.
-¿Y eso por qué? ¿Qué hicieron los míos para que eso pasara?
-Los kelts consideran una raza esclava a los tuyos. Las especies creadas con fines esclavistas casi no tienen derechos aquí. Menos aún luego de los alzamientos adamas que tuvieron décadas más tarde.
-¿Es por eso que los de mi especie no han podido aprobar el ingreso en el Santuario?
-Uhm, sí -dijo Shemaz luego de tragar la primera cucharada. No quieren que ustedes aprendan magia, y por eso aquí hicieron particularmente difícil el aprobar los exámenes de admision.
-Y yo soy el primero en aprobar.
-Sí, y eso hará correr la voz por todo Mu, y seguramente en Athalan también.
-¿Eso no hace que el santuario tenga problemas con el imperio?
-En un principio, sí -dijo Shemaz al convidar con la cuchara a su pupilo. Pero como los elementales no pueden negarle la oportunidad de adquirir sus saberes a nadie, resolvieron hacer las pruebas más complicadas como para que un adama lograse pasarlas.
-Ya capto. Así no se meten en problemas con el emperador ni contradicen su camino.

El Primero De Los Elementales |La Leyenda de Tristán el Iniciado I|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora