Familia Granger

4.3K 302 6
                                    

P.O.V Draco.
Cuando vi desaparecer a la castaña observé la habitación con cuidado, me acerqué a la ventana y miré a través de ella, ¿quién lo diría? Yo, Draco Malfoy, un orgulloso sangre pura nada más y nada menos que en el mundo muggle con una sangre sucia.
Me fijé en los colores de la habitación, blanco y negro, yo hubiera preferido un verde y plateado, pero se veía realmente bien así, la habitación estaba iluminada, no se parecía en nada a mi habitación en la mansión, suspire cansado y me dejé caer en la cama, me gustaba, era extremadamente suave pero había algo que no me dejaba estar tranquilo, en la habitación frente a la mía, estaba aquella chica que nunca dejé de molestar en el colegio, siempre buscaba hacerla sentir menos, pero ahora...ahora esa castaña no salía de mis pensamientos y me torturaba al pensar todas las veces que la traté como un ser inferior, ¿aun así ella quería seguir ayudándome?, sonreí inconscientemente al formular esa pregunta en mi mente, ¿por qué ayudaría a alguien que la trataba como la escoria del mundo mágico? Quizás tiene muy buen corazón, o tal vez porque es ingenua, me divierte pensar que ella cree poder cambiarme para bien.
Cerré los ojos y suspire profundamente antes de escuchar alguien llamar a la puerta.
-Esta abierto.- seguía sin abrir los ojos, no quería perder la poca tranquilidad que había conseguido hace unos minutos.
-Malfoy...- abrí un ojo y la vi ahí parada, vi a esa chica de ojos color miel parada frente a mí con la vista en algún punto del suelo.
-¿Sí, Granger?
-Yo...quería hablar contigo.- sus mejillas se tornaron de un dulce color rosa que se notaba a través del enmarañado cabello de la joven, sonreí de lado al darme cuenta de lo nerviosa que estaba, ese nerviosismo lo estaba provocando yo, con mi sola presencia.
-Adelante, habla.- me senté en una esquina de la cama abriendo por fin mis ojos.
-Bueno, hay muchos ataques a familias muggle's y yo...yo.- sus manos temblaban ligeramente por lo que decidí cortarla antes de que empeorara.
-Tienes miedo por tú familia, ¿no es así?.- asintió con un ligero movimiento de cabeza.- me imagino que tienes un plan, ¿me equivoco?
-No, yo...yo tengo una idea en mente, pero creo que es un poco...tonto.- la vi mover la cabeza en negación y luego alzó la mirada hasta conectar con la mía.
-Dime cual es la idea y te diré si es tonto.
-Yo pensaba borrarles la memoria a mis padres.- abrí los ojos en señal de sorpresa, estaba preparado para cualquier cosa, menos esto.
-¿Quieres quitarles todos los recuerdos que tienen junto a ti?
-Sí, eso mismo.- se mordió el labio inferior con un toque de nerviosismo.- te dije que era tonto.
-No, no es tonto.- la miraba fijamente mientras ella jugaba con sus manos.
-¿No?.
-No, es arriesgado.- levanté con mi mano su mentón.- ¿estas segura de querer hacerlo?.- la castaña miraba toda la habitación, evitando mi mirada.
-Sí, estoy segura.- solté lentamente su mentón y suspire levemente.
-Bien, ya me dirás cuando quieres llevar a cabo el plan.
-Yo...quisiera que fuera cuanto antes, no quiero seguir poniéndolos en peligro.
-¿Modificarás sus vidas?
-Sí, los enviaré lejos de aquí.
-¿A dónde?
-Aún no lo sé...pero los quiero lejos, está guerra no es suya.
Sonreí con nostalgia recordando a mi madre, tampoco era nuestra guerra.
-Tienes razón, ¿algo más que quieras decirme?
-No, nada más.- asentí lentamente con la cabeza y la vi dar media vuelta para empezar a caminar hacia la salida, pero al llegar se detuvo y giró a verme.- gracias por ayudarnos, Malfoy.- me encogí de hombros con una mueca.
-Lo prometí y un Malfoy nunca rompe una promesa.- las comisuras de su boca se alzaron levemente en una pequeña sonrisa y salió del cuarto, volviendo a dejarme con mi soledad, la cual aprovecho para pensar en mí madre, mi pobre madre que se mantuvo junto a mi padre a pesar de sus malas decisiones, mi padre, un hombre frío que nunca demostró cariño hacia mi o hacia mi madre, aveces solo quería irme de ahí, llevarme a mi madre conmigo y no volver jamás, pero luego veía ese brillo en los ojos de mi madre cuando lo veía a él, no podía quitarle eso, ella siempre me hablaba de amor, del amor que ella sentía hacia mi padre, pero ahora me pregunto ¿de que le sirvió el amor que le tiene a mi padre? Sólo ocasionó que se hundiera más rápido, cerré los ojos fuertemente queriendo contener las lágrimas que amenazaban con salir, un Malfoy no debe llorar y menos con personas cerca, pero esta vez me lo permití.
Lloré, lloré por mi madre, lloré por mi padre, por su falta de cariño, lloré por la marca que tenía en mi brazo, que ahora sólo servía como muestra clara de mis errores, lloré por todo lo que no había llorado, lloré por las personas que ahora me están ayudando sin importarles mi pasado, lloré por todas las personas que han muerto luchando una guerra que no es suya, lloré de angustia, de dolor, lloré por esta guerra, lloré por la muerte del director del viejo colegio, y sí, aunque cueste admitirlo, lloré por haber hecho sentir menos a esa joven de gran corazón.


P.O.V Hermione
La presencia del platinado me ponía nerviosa, no estaba acostumbrada a tener tan cerca a un chico, pensé que sería lo mismo que estar con Harry o Ron, pero estaba equivocada, no era lo mismo, aquellos chicos son mis mejores amigos, y este chico de ojos grises era mi enemigo, ahora que mis padres están en peligro lo puedo entender mejor, puedo entender porque hizo todo aquello, en su lugar, yo habría hecho lo mismo para mantener a salvo a mis padres, me levanté de mi cama y caminé hacia la salida sin hacer ruido, pero al momento de abrir la puerta y estar frente a su puerta, me arrepentí, se escuchaba con algo de dificultad un pequeño sollozo, no podía creer que aquel chico estuviera llorando, siempre se mostraba tan fuerte frente a los demás, es ahora cuando por fin comprendo que esa era su forma de protegerse, un chico frágil se escondía detrás de esos insultos y nadie nunca se daba cuenta.
Di media vuelta y volví a mi cuarto, sabía que si entraba con él, estaría hiriendo su orgullo y es lo que menos necesitaba ahora mismo, dejé que se deshaogara tranquilamente, ya tendríamos mucho tiempo para hablar.

RegretfulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora