Lo haría mil veces más

2.8K 214 47
                                    

Draco P.O.V

Sentía dolor en todo el cuerpo, apenas  y podía moverme, abrí lentamente los ojos, moví un poco la cabeza para ubicarme un poco, estábamos de vuelta en casa de Sirius, reconocía la habitación. Un pequeño apretón en la mano me hizo girar de nuevo, Hermione estaba dormida junto a mi con su mano entrelazada a la mía, si fuera más romántico diría que encajan perfectamente pero lamentablemente no soy un chico amoroso.

-Hermione.- la moví lentamente y la vi arrugar el entrecejo.- Hermione

-Ummm.- abría lentamente sus ojos, su cabello volvia a estar enredado.- ¿Qué pasa?- sonreí con ternura al verla, su rostro ligeramente marcado por las sábanas.- Merlín, ¿Cómo estás? ¿te duele algo?

-Casi no, todo está bien ¿Cuánto dormí?

-Unas horas, acaba de anochecer.- suspire y volví a mirar hacia el techo.- yo...quería saber porque lo hiciste

-¿Hacer el que?

-Sabes de que hablo, arriesgaste tu vida por mi, pudiste haberte lanzado a la chimenea como los demás

-Simplemente no podía.- frunci el entrecejo, ni yo me lo podía creer.- no lo se Hermione, soy parte de tu equipo, fuiste la primera en aceptarme, me perdonaste todos los insultos de antes.- comenzaba a enumerar con los dedos.- nos has mantenido con vida estas semanas y bueno...eres mi amiga ¿no?





Hermione P.O.V

Un dolor intenso se instaló en mi pecho al oír la palabra 'amiga', bajé la mirada viendo mis zapatos.

-Supongo que si...

Sentía el típico nudo en la garganta, los ojos ardían queriendo soltar las lagrimas que  me esforzaba por mantener dentro de ellos.

-¿Ocurre algo?

-Nada

Quería gritarle que me ocurría todo, que no podía soportar el hecho de ser sólo su amiga, no podía seguir negando que un fuerte sentimiento se instalaba en mi, no podía negar que ese sentimiento estaba relacionado con el rubio que arriesgó su vida  ilusionandome al hacerlo, haciéndome creer que sentía lo mismo que yo.

-Oye si es por lo de los insultos, sabes que lo siento en verdad, yo nunca...

No lo dejé terminar cuando lo paré con una mano.

-No es eso, debes descansar, debo ir con los chicos.

Corrí la silla para atrás dispuesta a salir de la habitación para controlar un poco nos sentimientos.

-¿Sabes? No tienes porque mentir.

Tenía la mano en la perilla de la puerta cuando sus palabras llegaron a mis odios.

-No estoy mintiendo

-¿Entonces que son esas lágrimas en tus ojos?

Cerré con fuerza los ojos, no podía mostrarme así frente a él, ¿es que acaso nunca dejaría de ser una niña llorona?

-No se de que hablas.

-No siempre tienes que mostrarte fuerte.

-Soy fuerte.

-No lo negué nunca.- casi podía sentir su sonrisa detrás de mí.- sólo recuerda que los ojos son la ventana del alma

Suspire fuertemente y giré hacia él, le demostraría que no me conoce.

-Deacuerdo, ¿Quieres saber que me pasa?.- el platinado asintió con la cabeza.- me pasa que no puedo dejar de pensar en ti, en la mirada que tenías cuando notaste que me había quedado atrás, no entiendo que te ocurre, no debias salvarme.

RegretfulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora