Eso fue grosero

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Draco P.O.V

Era otro día, fui el último en levantarme y la castaña decidió castigarme dejándome sin desayuno por no despertar antes.

-Hermione, ¿en serio no puedo comer algo?
-No, no puedes, debiste despertar a tiempo, Ron tampoco comió y despertó antes que tú.

Miré al pelirrojo y tenía un aspecto terrible.

-Por favor Hermione, no volveré a quedarme dormido.
-Dije que no.

Aproveché la distracción y me escabulli a la cocina, abrí con cuidado la alacena para comer algo. Estaba a punto de alcanzar un paquete de galletas cuando escucho pasos dirigirse a la cocina. Corrí al otro extremo de la cocina y comencé a dar vueltas.

-¡Malfoy!.- miré a la comadreja, esperaba que no fuera a delatarme con Hermione.- si ibas a venir me hubieras avisado, tu distraes a Hermione mientras yo tomo las galletas.

-Hecho, no te las acabes.

Salí de la cocina con las manos en los bolsillos del pantalón y caminé hacia la castaña.

-Nos volvemos a ver.
-Draco no vas a comer, punto.
-No venía para eso, emmm...¿cómo estás?

Rodó los ojos y me hizo a un lado, tomé su mano jalandola hacia mi.

-Espera, tienes un animal en la cabeza.
-Pues quitalo.
-Eso estoy haciendo...listo, se fue.
-Bien...sueltame ya.
-¿Porqué?, ¿es que te pongo nerviosa?
-No es eso, pero Harry puede bajar y vernos.
-No me importa.- sonreí y caminé hacia atrás llevándola conmigo.- es más, bailemos.
-¿Qué?.- trató de zafarse.- estás loco.

Miré hacia la cocina, Weasley ya iba saliendo.

-Oye te estoy hablando.- trató de girar la cabeza.- ¿qué estas viendo?
-¡Nada! Bailemos.

La tomé de la cintura con una mano y uní nuestras manos libres.

- Tururú tuturututu.
-Draco eso no es una canción.
-¿Porqué no inventamos una?

Miré las escaleras, la comadreja ya había subido, solté a la castaña y me aleje un poco.

-Será otro día, olvide algo arriba.
-Draco, ¡Draco ven aquí!
-Lo siento castaña, hablamos luego.

Corrí hacia la habitación y vi al pelirrojo intentando abrir el paquete.

-¡Rápido!, estoy muriendo de hambre.
-Listo.- tomó la mitad del paquete y me pasó el resto a mí.

Comíamos como si no hubiéramos probado nunca una galleta, se notaba la desesperación de nuestros actos, pero ¡Merlín!, no habíamos cenado y nos habían quitado el desayuno, un poco más y hubiera perdido el conocimiento.

-Espero que estén listos porque nos vamos ahora mismo.

Corrimos al baño para asegurarnos que no tuviéramos manchas que nos delataran, fui el primero en salir y caminar hacia las escaleras para llegar hasta la castaña.

-¿Y Potter?
-Creí que estaba con ustedes, no lo he visto desde el desayuno.
-No está en la habitación.

Fruncimos el ceño al mismo tiempo.

-Busca abajo Draco, yo buscaré arriba.
-Bien.

Potter quería jugar a las escondidas, lo que me faltaba.

-Un dos tres por ti Potter.

Abrí cada puerta del infinito corredor hasta llegar al último, esta era distinta a las demás, se notaba en mejores condiciones. Tomé la perilla y la giré para abrirme paso a la habitación, justo en el centro estaba el pelinegro mirando con atención la decoración de la pared.

-Llevo tiempo buscandote, tenemos que irnos.
-No molestes, vete de aquí Malfoy.
-¿Sabes? Eso fue grosero.

Me tiré al suelo junto a él y miré la pared, era el árbol genealógico de los Black, mi madre se encontraba ahí, justo al lado de la loca de mi tía Bellatrix, habían algunas manchas esparcidas en el árbol.

-No quiero ser grosero pero ¿sabes que son esas manchas?
-Integrantes de la familia Black, los que fueron desheredados.
-Sirius fue...
-Lo fue, no apoyaba los maltratos a los sangre sucia, después de que lo echaran de la casa fue con mi padre, decía que los Potter siempre lo recibían con los brazos abiertos.
-Supongo que fue un gran hombre, no lo recuerdo mucho.
-Es el mejor hombre que he conocido.
-Bien, es hora de irnos.
-Te confieso esto ¿y piensas en irnos?
-Sí, tenemos que vencer a quien tú sabes para poder darles el lugar que se merecen tus padres, Sirius y Dumbledore.

Sonrió ligeramente y se levantó, sacudió su ropa, arregló sus gafas y me miró.

-No eres como todos dicen, cuando quieres demuestras ser alguien mejor.
-Por favor, eso sonó muy al estilo de Hermione, no me hagas dudar sobre tu sexualidad.

Ambos reímos y salimos de aquella habitación para reunirnos con la castaña y el pelirrojo que ya nos esperaban en la sala.

-Tardaron mucho.- iba a responder pero la castaña se adelantó.- este es el plan, Ron les ofrecerá algunos dulces que sus hermanos fabricaron, ninguno les causará daño, sólo los mantendremos inconscientes hasta que logremos salir, luego volvemos aquí ¿alguna pregunta?

Los dos chicos y yo negamos para poder irnos cuanto antes.

-Harry, llama a Kreacher por favor.
-¡Kreacher ven aquí!

Un chasquido sonó junto a mí, el pequeño elfo estaba haciendo una reverencia hacia Harry.

-¿Me llamaba amo?
-Así es, obedeceras a Hermione en todo lo que te diga.
-¡Yo no obedecere a ninguna sangre sucia inmunda!
-¡Kreacher!.- sus palabras habían causado un efecto en mí, había pasado demasiado tiempo llamando a la castaña así.- no vuelvas a dirigirte de esa forma a Hermione.
-Kreacher no lo volverá a hacer, señor.

Hermione sacó el guardapelo del bolsillo de su saco y se lo extendió.

-Me parece justo que tú lo tengas, le tienes un gran aprecio a este objeto, nosotros no deberíamos tenerlo.

Todos nos quedamos en silencio, no esperaba que fuera a hacer eso, en realidad yo quería quedarme el guardapelo. Kreacher emitió un sonido desgarrador que nos sacó a todos del trance en el que estábamos, se había puesto a llorar mientras tomaba el guardapelo y se lo colocaba en el cuello, no dejaba de brincar y llorar por todos lados pero al final se detuvo frente a Hermione.

-Gracias señorita, no sabe cuánto se lo agradezco, cuando vuelvan tendrán la mejor cena que hayan visto jamás.
-No es nada Kreacher, tomalo como un obsequio.

Sonreí al pequeño elfo mientras se iba a la cocina, les pedí un pequeño tiempo al trío y fui detrás del elfo.

-Kreacher, escuchame.
-¿Si señor?
-Si algo sale mal, si no volvemos, tendrás que esconderte, no dejes que nadie te vea, no deben saber que alguna vez estuvimos aquí.
-Entendido señor, nadie lo sabrá, Kreacher se escondera, si señor.
-Bien Kreacher, nos tenemos que ir, cuidate mucho.
-Usted también cuidese señor Malfoy.

Le sonreí y salí de la cocina, todos estaban tomados de la mano, la castaña me extendió su mano libre para que la tomara, sin pensarlo dos veces lo hice. Me preparaba física y psicológicamente para lo que vendría, podríamos triunfar pero también podríamos perder.

RegretfulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora