Dumbledore tiene estilo

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Draco P.O.V

Luego de un rato vimos una figura subir la colina, no la distinguimos hasta que no estuvo a unos cuantos metros de nosotros.

-Se ha ido, tienen que bajar, Draco tiene que esconderse.
Hice una pequeña mueca, hoy también celebrabamos la boda de Bill y Fleur, no era el mejor momento para celebrar una boda y menos de ese tamaño, la señora Weasley nos traía a todos muy apurados desde ayer, poniendo la carpa y adornando el jardín, ¿para qué el jardín si nadie lo iba a ver?, me despedí de Tonks y de Remus y camine colina abajo para ir a ordenar las cosas para irnos. Cuando pasé por el jardín ya no había nadie, la mesa había desaparecido al igual que las decoraciones que puso la castaña en los árboles, entre en la casa rápidamente y subí las escaleras hacia la habitación que compartía con Potter y Weasley.

-Te estábamos esperando.- lleve una mano a mi pecho por el susto que me dio sólo de ver al trío de oro sentados en las camas.
-Deberían esperar que uno los vea, casi me matan de un susto.
-No seas exagerado Malfoy, esto es importante.- rode los ojos al oír hablar a Potter, aún no estaba muy contento que digamos.
-Tú dirás.
-Dumbledore te dejó algo en su testamento.- frunci el ceño y me acerqué un poco más a ellos.- el ministro nos dejó lo que te corresponde, a su parecer no tiene mayor significado pero yo estoy seguro que es importante en nuestra misión.
-¿Qué es?.- me senté en la orilla de mi cama.
El chico de lentes me extendió una pequeña caja, levante una ceja, ¿Dumbledore me iba a pedir matrimonio?, reprimi una sonrisa y la abrí.
-¿Qué demonios?, esto es un collar del colmillo de un basilisco, ¿de qué me sirve?
-No lo sabemos, pero si Dumbledore lo dejó, debe ser importante, también te dejo esto.

La castaña me dio una pluma de fénix o eso creo, parecía falsa, le di un vuelta y abrí los ojos más de lo normal, caminé un poco hacia la ventana.
-¿Qué haces, Draco?
-Yo tenía una así, me la retiraron en Hogwarts cuando la encontraron.- hice una mueca y presione la parte central de la pluma, salió una pequeña cuchilla de la parte de arriba, sonreí abiertamente, sigue igual que la última vez que la vi, sólo que se notaba más brillosa.
-Joder, con razón te la quitaron.- miré con burla a Weasley y me volví a sentar.
-Supongo que quería regresarmela.
-Bien, ya que esto quedó claro y te entregamos tus cosas, Hermione, ¿podrías salir para que podamos arreglarnos?.
La castaña salió y yo me tumbe boca abajo en la cama.
-Sabes que hacer, ¿verdad Malfoy?
-Me quedaré aquí escondido, con el bolso de Hermione esperando que vuelvan.
-¿Y qué si algo pasa? Quiero decir, si nos atacan.
-No había pensado en eso Ron.- puse los ojos en blanco y me levanté un poco.
- Si eso pasa me daré cuenta, estaré cerca de una ventana, tienen que salir de ahí y correr hacia el jardín.
-¿Y dejar a todas las perdí ahí solas?
-Déjame decirte Weasley que si decides quedarte a ayudar, serás el primer blanco de los mortifagos y encontes serás la cena de Nagini.
-¿Quién es Nagini?.- ellos de verdad no saben nada del Señor Tenebroso.
-La serpiente del Señor Tenebroso.
-¿Por qué lo sigues llamando así?, su nombre es Vol...- le lancé una almohada para que no terminara de nombrarlo.
-Callate, su nombre me causa escalofríos, debo admitir que es ingenioso pero da un algo que...no se como explicarlo
-Entiendo.
-¿De verdad, Weasley?
-Sí, yo siento lo mismo, hasta siento que decir su nombre está prohibido.
-Siento lo mismo, como si algo fuera a pasar después.
-Bueno, ¿qué ustedes le siguen teniendo miedo?.
-¿Tú no Harry?, podría matarte en cualquier momento.
-Es más fácil morir que vivir.- murmuré tan bajo que era imposible que ellos escucharan, después de todo ya habían iniciado una pelea de quien tenía más miedo a el Señor Tenebroso.

Cuándo ellos se fueron me quedé viendo la pluma, la giré y encontré unas pequeñas letras.
"Directo en el alma de una sola estocada".
Me levanté rápidamente, no dejaba de repetir esas palabras, ¿quería que la clavara en alguien?, vaya director que me tocó.
-Dumbledore tiene estilo, sabe armar frases geniales.- solté unas risitas y luego recordé que hablaba solo.- maldición, me estoy volviendo loco.

Me levanté y metí unas cuántas cosas más en el bolso, algo de comida para el glotón de Weasley además de agua y más ropa, no sabía que llevarle a Hermione así que metí todo un cajón en la bolsa, volví a reír al imaginarme la cara que pondría Hermione, también metí las cosas que nos dejó Dumbledore.
Me asomé un poco por la ventana y al ver un humo negro romper la carpa tomé todas las cosas y corrí por las escaleras hasta la puerta del jardín, sólo estaba Weasley, lo apunté con mi varita.

-¿Ronald?
-Draco, que bueno que estás aquí.
-¿Qué fue lo primero que te dije cuando estábamos en primer año?
-¿Qué te...- lo corté y apunte más de cerca.
-¡Contesta!.
-Esa ropa vieja y...el cabello naranja, dijiste que debía ser un Weasley por las pecas.- lo miré detenidamente sin bajar la varita aún.- vamos, baja eso.
-¿Cuál es la relación que tengo con tú hermana?
-Ella me ha dicho que eres su amigo.- bajé la varita y justo llegaron Hermione acompañada de Potter.
-Gracias a Merlín que están aquí, tenemos que irnos ahora.

Nos tomamos de la mano y aparecimos en alguna calle muggle, Hermione comenzó a caminar y nosotros detrás de ella, se veía hermosa con ese vestido rojo y al parecer no fui el único que lo noto ya que la mayoría de los chicos tenían su mirada puesta en ella.

-Ven aquí preciosa, vamos a divertirnos un rato.- miré al señor tirado en el suelo con algo de alcohol junto a él.
Fui directamente hacia él junto con Weasley aún lado, alguien tenía que enseñarle a respetar a las mujeres. Cuando estábamos por llegar, Hermione y Potter nos jalaron del brazo para seguir caminando.

-Dejen que le partamos la cara.- asentí hacia Weasley y tratamos de quitarnos de encima a Potter.
-Chicos, no vale la pena, esta borracho.- frunci el ceño y me quite la chamarra, la coloqué en los hombros de la castaña logrando taparla un poco de las curiosas miradas de los muggles.- gracias Draco.- le sonreí de lado y caminamos hasta un callejón.
-¿Qué hacemos aquí, Hermione?.- miré a todos lados y luego miré a Potter
-Tienen que cambiarse, no pensarán ir así.
-¿Tú te cambiaras también?.- todos miramos a Weasley haciendo una mueca, aveces era muy lento.
-Weasley, yo no tengo puesta ropa para una celebración.
-Cierto, lo olvidé.- intercambiamos miradas y suspiramos.
-Cambiense ustedes primero, chicos.- la ojimiel comenzó a pasarles su ropa hasta que se escuchó caer algo dentro.- ¿qué metiste?.- me miró y yo sólo pude alzar los hombros.
-Unos cuantos libros y un cajón.
-¿Un cajón para qué?.
-No sabía que ropa traerte, agarré el cajón entero.- me miró con una sonrisa y sentí la sangre subir a mis mejillas.
-Gracias.
-No hay de que.-
Luego de un rato Potter y Weasley salieron del callejón y tocó el turno de la castaña, los tres le dimos la espalda y nos colocamos en la entrada del callejón evitando que alguien más la viera.
-Listo chicos, andando.
Caminamos hacia la estación del tren para pensar cuál sería la siguiente parada, definitivamente este día había sido el peor, no sabía como estarían Tonks y los demás, no vería a mi mamá en mucho tiempo.
-No te quedes atrás, Draco.
Cerré los ojos un momento y corrí para alcanzarlos de nuevo.

RegretfulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora