Sólo un golpe

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Draco P.O.V 

Habíamos llegado a un café dentro de la estación subterránea, en el poco tiempo que estuve en la casa de Hermione, me enseñó diferentes tipos de café, pensé que nunca me serviría y ahora Weasley es el único que parece estúpido, estoy disfrutando esto.

-Morgana.- golpee mi frente con una mano.- lo olvidé por completo.
-¿Qué ocurre, Draco?
-Potter aún tiene su rastreador, si el ministro está muerto y no lo retiraron antes...estamos perdidos.
-¿Pero que no es ilegal dejarle el rastreador?
-Claro que si Weasley, pero los mortifagos no se pondrán a pensar en la ley si tienen a Potter en total alcance.

La castaña a mi lado suspiró y adoptó la misma posición que yo, ¿qué haríamos ahora?, no podíamos teletransportarnos sin que lo derectaran.
-Bien, lo del rastreador es lo de menos, ahora necesitamos un plan para encontrar los horrocruxes y matar a Voldemort.- ahogue un grito al escucharlo nombrar.
-¿Cuántas veces te he dicho que no digas su nombre?.
-Vamos Draco, tú estas haciendo que el ego de Voldemort aumente.
-¡Hermione, no digas su nombre!
-¡Oh por Merlín!, ¿tú también, Ronald?
-Malfoy tiene razón, no debemos nombrar su nombre, ¿es que no entienden?.

Bajé la mirada mientras mordia mi labio inferior, algo malo iba a pasar, se podía tocar la tensión del momento.
Dos hombres vestidos con algún tipo de uniforme azul entraron en la cafetería, los vi avanzar hasta el mostrador y tomar lentamente sus varitas.
-¡Abajo!.- todos siguieron mi orden justo a tiempo, un segundo tarde y estaríamos muertos, usamos las bancas como escudo.- ¡desmaius!
-¡Protego!

Hechizos iban y venían por todas partes hasta que por fin acabamos con los dos, la chica que nos atendía no pudo elegir mejor momento para salir con nuestros pedidos.
-Vete.- la chica miró a Hermione como si estuviera loca.- ¡que te vayas!.- la chica dio la vuelta y volvió a la cocina asustada.- bajen las persianas y apaguen las luces.
Weasley apagó las luces con el desiluminador que Dumbledore le había dejado, entre Potter y yo bajamos las persianas y nos acercamos hacia los dos cuerpos detrás de la barra.
-Este es Dolohov, a el otro no lo conozco.- mi vista estaba centrada en el mencionado, sentí la ira recorrerme como un escalofrío, no olvidaría jamás como trataba a mi madre.
-Draco, oye Draco.- miré a la castaña pero inmediatamente me fijé de nuevo en el mortifago.
-Déjame hacerle daño, sólo un golpe.
-No te dejaré Draco, eso no te hará mejor que ellos.
-Entonces borrales la memoria, encargate de uno, yo me encargo del otro.

Me acerqué al otro chico que estaba tirado, quizás era nuevo, acababa de manchar su vida el pobre chico.
-Obliviate.- giré ligeramente la muñeca mientras un hilo azul salía de la varita, dejé caer mis brazos a cada lado de mí.- falta la chica pero antes arreglemos esto.

Entre los cuatro dejamos el café como al inicio, Weasley devolvió la luz y Hermione le borró la memoria a la chica.
Volvimos a las frías calles de Londres, no había parado de buscar una explicación a todo esto, presentía que algo así de malo pasaría, abrí exageradamente los ojos y miré a los demás, la mirada del pelirrojo chocó con la mía, ambos asentimos, pensábamos lo mismo y estábamos en lo correcto, el nombre del Señor Tenebroso era tabú, ahora me sentía un poco más tranquilo al averiguar la razón de mi presentimiento pero a la vez estaba más preocupado, Potter y Hermione eran difíciles de convencer, no dejarían de nombrarlo si no se lo pedíamos.

-Lo tengo, vamos a la casa que Sirius te dejó.
Todos la giramos a ver y los dos chicos de al lado asintieron, no me quedaba de otra que aceptar, caminamos a el callejón dónde anteriormente habíamos estado y nos tomamos de la mano, sentí un tirón y después un cuerpo caer sobre mí, pensé que era Hermione por lo pequeño y ligero que se sentía pero al abrir los ojos me encontré con Potter.

-Maldición Potter, quítate de encima animal.
Cuando por fin se hizo a un lado pude pararme y respirar con tranquilidad, sacudí mi ropa para eliminar el exceso de polvo.
Hermione se acercó y apunto unos ladrillos con su varita, como en el caldero chorreante, entramos por la abertura que se hizo y al pasar el último se cerró, todos miramos hacia delante y el polvo se levantó formando a Dumbledore que se acercaba a nosotros.
-¡Carajo, hagan algo!.- miré a Hermione sorprendido por su vocabulario además de que se había agarrado de mi chamarra, el humo se esfumó y Potter apuntó el pasillo.
-Homenum Revelio.- intercambiamos miradas y caminamos hacia la puerta negra al final del pasillo. Apenas entramos todos, Potter se puso a gritar.
-¡Kreacher!.
-¿Sí, amo?.- un elfo de aspecto gruñón apareció frente a nosotros, lo ignore y empecé a inspeccionar la casa, se notaba la elegancia en algunas fotos, en las lámparas y en el alfombrado, si esa era casa de Sirius se podría explicar la elegancia de la misma.
-No pensé que viviría para ver esto.- miré al elfo levantando una ceja.- el último Black en la lista.- sonreí con arrogancia y superioridad, después de todo no la he perdido.- Kreacher está tan feliz de servirle, señor.- hizo una reverencia exagerada, su nariz tocaba el suelo.
-Puedes levantarte Kreacher.- siguió mi orden y volví a sonreír.- ¿tú has cuidado la casa?
-Así es señor, la he mantenido en perfectas condiciones para el día en que un Black volviera a pisar esta casa.
-Haces un buen trabajo, la decoración es muy elegante, digno de la familia Black.
-¡Oh!, hago lo mejor que puedo señor.- parecía que en cualquier momento se pondría a llorar.
-Y lo aprecio, quien mejor que tú para mantener esta casa, por lo que veo has servido a esta casa desde hace mucho.
-Así es, señor.- limpió una lágrima con su mugriento trapo que usaba como ropa, sonreí y miré a los demás, los tres me estaban viendo.
-¿Qué tanto me ven? Si quieres te regalo una foto, Potter.

Los tres apartaron la mirada y emprendieron camino a lo largo del pasillo hasta llegar a una entrada en forma de arco, yo iba atrás con Kreacher quien se había tomado de mi mano, a duras penas podía mantener su mano gracias a la diferencia de estatura. Se sentía bien hacer feliz a alguien que no fuera yo mismo, después de todo si estaba cambiando.

RegretfulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora