Capítulo 25

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Que ropa para más cursi, es lo primero que pienso al verme en el espejo de los baños públicos. Me sentía una tipa ridícula, pues olía a niña fresa.
Era la auténtica ropa de una niña fresa.
Genial, aquí estoy yo, Ashley, usando la ropa estilo My Little Pony de Vanessa.
Shiro me mira por el espejo.

-¿Qué pasa? ¿No vas a hablar? -le pregunto con una mueca.
Ella sonríe y asiente con la cabeza.

-¿De tanto reírte te has quedado afónica?

Ella asiente otra vez, agarrándose el cuello.
Le saco la lengua.

-¡Buajaja! -río de forma malvada. ¡Karma! -luego la vuelvo a mirar. -Espera... ¿Los espíritus pueden quedarse afónicos? -pregunto confundida.

-No, pero quería sentirme como un humano. -da una pirueta. -Pero a ti la gente si te esta mirando raro.

Me volteo y me asombro. La gente habla de mi alrededor.

-Esa es la chica loca que hizo caer a un modelo.

-¿Ah, sí? A parte de loca, habla sola.

-Las drogas...

-¡Esta juventud!

¿Quieren que haga el ridículo? Gente estúpida, ¿por qué me juzgan sin conocerme? Un sentimiento parecido a la vergüenza pública empezó a invadirme...
¿Desde cuando me importa lo que los demás digan? No, no. La Ashley normal no permitiría que los comentarios de los demás le afecten.
Cierro los ojos y respiro.
Me duele. Me siento mal.

Shiro me observa, y se vuelve transparente de repente, asustada.

-Se fuerte, pequeña Ashley. Así es como se siente ser humana. -su voz rasposa es más que reconocible.
Cada vello de mi nuca se eriza como un gato asustado.

Las luces titilan, y las viejitas, y mujeres salen asustadas.

-¡Esa chica esta poseída!

-¡Corto-circuito! -chilla una mujer joven.

Las llaves empiezan a girar, y el agua que emanan, no es agua, es sangre de un rojo casi negro.

-Ashley, el juego se está poniendo demasiado fácil. -murmura en mi oído. -No quiero que consigas tu alma fácilmente.

Mi voz no sale de mi garganta. Tengo miedo. Por primera vez siento miedo a la muerte.

-Quiero acción, pequeña Ashley. -su sombra es reflejada detrás de mi, en el espejo.
Esto parece una película de terror, donde el demonio, el asesino, esta a punto de matar y devorar a su víctima.

Y yo, Ashley, soy la víctima.

-¡Si quieres deshacerte de mi, hazlo ya! -grité.

Las llaves de agua se detuvieron. Las luces se encendieron.
Y la muerte, comenzó a hablar.

-Ashley, si tu mueres ahora. ¿De que serviría? No tienes alma. Pero cuando la consigas... Debes cuidarte. Se me haría muy fácil matarte, y ya tendría un alma a la cual recoger.

Me sonríe.

-Y cuando ese día llegue, ya no será una ironía que la muerte ayude a la vida.

La sonrisa de la muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora