Trevor "En el mundo de los juegos prohibidos"

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-Me alegra verte, Trevor.
Vanessa me mira, después de que aquella loca que vino a invadir mi vida, gracias a la muerte, se fuera cabreada en su camioneta.
-A mi también. -le respondí, mientras trataba de no ser tan obvio y sonrojarme.
Me había gustado Vanessa toda mi vida. La conocí gracias a Louis, mi mejor amigo en la plaza, en un día de verano, ella siempre fue hermosa, andaba en su bici, además era bondadosa conmigo como ninguna chica que haya conocido antes. Y yo... Yo era un gordito come wafles.
También fue en ese entonces en el que conocí a Ashley. En las clases de Concientización para Niños y Jóvenes, me acuerdo de que iba con su mamá siempre. Y ella solía ser diferente. Era de cabello negro corto, tenía ojos grises azulados tirando a negros, y era mas amable.
Poco a poco y a medida que pasaban los días la vi ensombrecerse, pero sus ojos seguían iguales.
Me enteré de que su madre había muerto, luego fallecieron sus hermanos, y su abuela. Muchos niños y amigos me contaban de que ella estaba maldita. Todos se alejaban de ella. Cosas de niños, si, cosas de niños, me repetía.
La ultima vez que la vi fue cuando iba agarrada de la mano con su mamá. Me acuerdo que le daba siempre mis alfajores, o caramelos. En el fondo quería que la alegría le llegara a los ojos inexpresivos que tenía. Y aun tiene.
Por otro lado, Louis... Louis siempre fue alegre, extrovertido y arriesgado. Fisicamente tiene rasgos japoneses o coreanos, lo que destaca de el son sus ojos de color avellana verdosos. Se parece a V y a Jungkook de una banda asiática de Kpop. No puedo esperar a verlo levantarse. Sé que apenas abra los ojos querrá salir y bailar break dance, baile urbano, y el tan famoso tango. Louis ama el tango más que a su propio pene.
Me río para mis adentros.
-¿Te gustaría salir algún día? -juego con mis dedos, mientras Vanessa alza sus cejas.
Noto que mira al suelo, y se muerde los labios. Miércoles. ¿La he cagado?
-Me encantaría. -sonríe. -Pero... La chica de hace un rato...
-No. -la interrumpí. -Es una chica loca, estaba molestándote hace un rato... La estoy ayudando, por motivos personales. No tenemos esa relación...
Vanessa inhaló y se relajo.
-Bueno... Entonces te veo la próxima semana.
-¿Te paso a buscar a tu casa el sábado? -indago, mas seguro de mi mismo.
-Sí, ya sabes donde vivo, Trevor. -asiente con la cabeza. Luego, se pone de puntitas y me da un beso en la mejilla.
Trago saliva.
-Adiós. -le respondí, medio atontado.

***

Voy en busca de mi bicicleta. No tengo auto, siempre me gustó pedalear mas que manejar. Tengo que evitar que algo malo le suceda a la loca insoportable de Ashley. La muerte, se me presentó, y me dio la oportunidad de salvar a Louis de su estado en coma. Si ayudo a que Ashley cambie, y logre amar a alguien, lo recuperaré. A Louis. A mi mejor amigo.
-Pero... ¿Como puedo estar seguro de que ella haya cambiado de verdad? -murmuro en voz alta.
Mi mamá arregla los muebles desde adentro, la veo por la ventanilla de la parte trasera.
-Eso se puede solucionar.
Aquella voz rasposa me congela.
-¡Dios! -me muerdo los labios. -Muerte, no te aparezcas así, por favor.
-¿Trevor? No andes hablando solo. -mi mamá me corrige desde el sofá.
-No me ve. -la muerte sonríe.
-¿Por qué has venido? -le pregunto educadamente. A la muerte le tengo respeto. Al igual que la vida.
-Vengo a darte la habilidad de que sientas las emociones de Ashley. Y ella sentirá las tuyas. Van a estar conectados.
Abrí los ojos como platos.
-¿Cuando? -pregunté.
-Ya lo veras. -me acarició el cráneo, dijo mientras se evaporaba en el aire.
En menos de tres segundos, mi teléfono sonó. 
-Idiota, un sujeto, el policía precoz me está siguiendo. -fue lo que apenas escuché.
Era la loca de Ashley.
-¿Te metiste en drogas? -comenté. Sinceramente, Ashley es insoportable, y mentirosa.
-¡Es un acosador! Trevor, no estoy bromeando! -me explicó rápidamente, con nerviosismo.
Wow. Ella es muy buena con el teatro.
-¡Que buena eres en serio, si fueras actriz en vez de bailarina exótica serías millonaria! -bromeé. ¿En donde estaría?
-¡Venga ya, Trevor! ¡Me cago en el dinero! -rugió explosivamente. -No se qué hacer, ese sujeto dice que me parezco a...
-Esta bien. -la interrumpo. -Estas haciendo esto porque no te agrada Vanessa.
-No, claro que no. -respondió. -¡Trevor, es en serio, ni siquiera sé en que calle estoy!
-Ashley, donde me estes mintiendo... -empecé a decir, para luego preguntarle donde estaba.
-Eres un idiota. -colgó.
Agarré el teléfono, mientras lo apretaba en mi mano. ¡Porque ella es tan complicada! ¡¿Donde miércoles se habrá metido?!
Tomé la bicicleta y me puse a buscar desde la dirección que había tomado ella. No me contestaba el teléfono.
Maldición, Ashley, me está volviendo loco.

La sonrisa de la muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora