Un automóvil nos intentó atropellar.
-¡Hijo de puta! -grité, levantándome del suelo. Habían latas, y era un terreno arenoso. ¿Qué coños intentaba lograr? ¡Gente estúpida! La bicicleta yacía acostada al otro lado de la carretera, con la llanta delantera rota.
-¡YO NO MORIRÉ! -vociferé.
Me di la vuelta y encontré a Trevor tirado en el suelo, inconsciente. No respiraba, o al menos eso parecía. Le pegué una patadita en el costado de su costilla. Nada. Le soplé en la oreja. Nada. Le jalé el cabello. Nada. Y... Pasé una mano traviesa por Jeffrey. Y nada.
Nada de nada.
-¡Trevor, levántate! ¡Ni se te ocurra jugar conmigo! -me levanté molesta.
Y ahí lo sentí. Fuerte y claro.
Y lo que sentía era su ausencia.
Trevor no estaba ahí. Solo era su cuerpo. Me agaché y puse mi oreja en su pecho. No sentía sus emociones cerca, y sus latidos eran débiles.
¿Qué diablos había pasado? ¡¿Muerte fuiste tú?! Una sensación helada se iba acercando, y el atuendo que llevaba no servia para calmar el frío. Mis piernas, descubiertas a la oscuridad de la noche, lloriqueaban erizadas. Me apreté contra la chaqueta de Trevor.
¿Qué diablos hago? Su cuerpo está ahí, pero su alma no. ¿Como pasó esto?
Una figura apareció.
-Shiro. -dije en cuanto la reconocí.
Ella se acercó a mí. Su cuerpo flotaba a unos cinco centímetros de la tierra, y tenía un cuerpo escultural. Blanca como la nieve. Pura como el cielo. Y caliente como el infierno. Shiro me ponía nerviosa. Esta en mi interior reconocer mi misma naturaleza en las mujeres peligrosas.
-Tu amigo ha echo un viaje astral. -me miró a los ojos como si supiera que iba a preguntarle. Y de la nada, como el aleteo de una paloma, Shiro me mostró su verdadera naturaleza -¡No sabes cuanto me gustan las chicas humanas! ¡Y solo a ti puedo tocarte!
Me sonrojé.
Basta. Basta. Tengo que regresar a Trevor de su viaje astral o lo que sea.
-Shiro... Ehm... ¿Como lo traigo de vuelta? Y... ¿Como mierda hizo un viaje astral? ¿Es peligroso?
-Tranquila. Mientras su alma este sujetada por el cordón de plata a su cuerpo, y no se rompa, todo estará bien. No es peligroso, bueno, depende a qué dimensión haya ingresado.
-¿A qué dimensión fue? ¡Tengo que hacer un viaje astral para encontrarlo! Y...¿Qué es el cordón de plata?
-El cordón de plata es el enlace energético entre nuestro cuerpo astral y nuestro cuerpo sútil.
-Trevor es un estúpido, ¿Como sé que no esta perdido? ¡Tenemos una especie de contrato juntos!
-Espérame un momento. Iré a buscarlo yo. -hizo una seña parecida a la de Goku cuando se teletransporta, y desapareció.
De repente se hizo un insoportable silencio.
-¡Maldita sea! ¡No me dejen sola aquí!
La oscuridad de la noche me gustaba. Pero indiscutiblemente le temía. Y ese frío atroz me helaba los huesos. Me acerqué al cuerpo de Trevor y lo atraje hacía mí. Lo recosté después de haberlo arrastrado en un muro, cerca de una estación de gasolina que quedaba a unos cuatro metros. El maldito era pesado. Pero no quería pasar mas frío. Tomé su brazo dormido y lo pasé por arriba de mis hombros. Me recosté sobre su pecho y me dispuse a esperar lo que restaba de la noche.
La noche, aquella que todo lo ve, y que todo lo esconde.
Lo único que se escuchaba en aquel insoportable silencio eran mis dientes castañetear.
ESTÁS LEYENDO
La sonrisa de la muerte.
RomanceAshley es una chica rebelde. Nunca se enamora, y lleva consigo un pasado asqueroso. No es igual a las demás. Su familia ha muerto. Ahora, se considera una nómada adolescente. La muerte quiere probarla. La sigue, la merodea, pero nunca tiene el pla...