Capitulo 9

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CAPITULO 9

-¡Ashley! ¿Estuviste leyendo mis cosas? –Trevor se niega a subir al auto. –¿Qué mas leíste?

No sé que mierda hacer. Estoy estancada. Miro a Vanessa y su confusión se hace mas notoria. No sabe lo que pasa, Trevor está enojado, y yo... bueno, yo estoy igual.

-Ashley. Responde. –sus palabras son duras. Joder, no lo había visto así.

-No, claro que no. –le sonrío. –¿Por qué no entras al auto, cariño? Hablémoslo en privado.

-¿Cariño? ¿Qué diablos te sucede? ¿Qué le dijiste a Vanessa?

Vanessa me mira y yo le sonrío.

-Lo nuestro, Trevor. Le pregunté si te conocía, nada más.

Trevor la mira con un sentimiento encendido. ¿En verdad le gusta?

-¿Es eso cierto? –le pregunta en un murmuro. Es obvio que le gusta. Apenas se atreve a hablarle normal.

-Si... –responde ella mirándolo fijamente a los ojos. ¡Bah! ¡Y a ella también!

Tengo que admitir que me siento como la tercera rueda de la carreta. Mi cólera hierve.

-¡Trevor no tengo más tiempo! ¿Quieres moverte? –los interrumpí.

Trevor me mira con ira. Y yo a él. Definitivamente lo nuestro como equipo no funciona. Lo detesto y el me detesta. Y créanme que esto no va a ser como en las típicas películas o libros que terminan del odio al amor. No, señores y señoras, yo, la maravillosa Ashley Burton no caeré en la vil trampa del amor. La que la mayoría de ingenuos caen. Me pregunto que se sentirá estar enamorada.

Y lo más irónico es que si no me enamoro en treinta días... desapareceré. ¡Viva la muerte! ¡Viva Vanessa y Trevor! ¡Viva el mundo! ¡Viva mi sarcasmo! ¡Viva!

-¿Vanessa quieres acompañarnos? –las palabras que interrumpieron mi dilema interior me hicieron devolverme a la realidad. ¡¿Pero qué miércoles estaba haciendo?!

-¿Qué? –interrumpí verazmente.

-No quiero molestarlos... –dijo ella con su vocecita.

-Me gustaría charlar un poco contigo. Créeme, tu presencia no es la que molesta aquí. –me miró de reojo.

Claro, ahora yo era la mala. ¡Pues jódete!

-Pero ustedes son novios, no me gusta interrumpir, además tengo cosas que hacer. –Trevor tose y me mira frunciendo el ceño. Ella proseguía. –De hecho, tengo que ir a imprimir un documento para mi prueba cuádruple. –mira al suelo. –Lo siento.

Trevor me mira y se muerde los labios.

-No somos novios. –dice después de unos segundos. Luego empieza a reír. –¿Por qué piensas eso?

Vanessa fija sus ojos oscuros en mí. Triple mierda en el día.

-¿Tu no habías dicho que lo eran? –pregunta mirándonos a los dos.

-Pues... terminamos. –sonreí. –Hace unos segundos.

Trevor se echa a reír. Y mi paciencia pierde su hilo. Aprieto el acelerador y dejo que Trevor se quede con la monja.

Mi vida no se va a detener por nada, ni nadie.

Y menos, óiganme bien, señores y señoras: Por un cerdo sin cola. 

La sonrisa de la muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora