-Te quiero -dijo ella mirando las preciosas vistas, apoyada en la barandilla del puente.
-¿Sabes que? Te amo desde que te sentases justo a mi lado en el aeropuerto.-dijo él cogiéndola de la cintura y atrayéndola hacia él.
-No digas tonterías. Sabes...
Yo: ¡Carlos María Perez Marco! ¿¡Como subes esa foto y te quedan tan pancho?!
Me levanto del sofá y me dirijo hacia a la habitación de Carlos, abro la puerta sin llamar antes y me encuentro a Carlos haciéndose fotos, tirado en la cama, sin camiseta y con los calzoncillos sobresaliendo un poco por debajo del pantalón. Me muerdo el labio, si hay algo que me pone mucho es que a los chicos les sobresalga un poco los calzoncillos cuando no llevan camiseta.
Muevo la cabeza de un lado a otro, intentando borrar de mi cabeza una baraja de ideas que hacer con Carlos ahora mismo en la cama. Este chaval es superior a mí.
Carlos se da cuenta de que le estoy mirando y sonríe, se hace a un lado, invitándome a tumbarme con él, lo hago pero no todo lo cerca que quiero. Saco el móvil y le enseñó la foto que acaba de subir a snapchat.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Yo: Ésta foto no era necesaria subirla. Has revolucionado a tus fans.
Carlos: Sí que era necesaria, sí. Ahora verás por qué.
Abre Twitter y se va a las menciones, encontrándose con un montón de mensajes comentando la foto.
"Si alguien encuentra mis bragas, por favor que me lo diga y paso a recogerlas, gracias."
"Hasta luego Mari Carmen"
"Últimamente enseñas mucho las tetis eh"
"Yo esta noche NO SUEÑO COSAS SANAS"
Yo: Dios, el de las bragas me ha matado.
Carlos: Pues espera diez minutos a que suba la suya Blas. Vamos a alimentar Blarlos.
Yo: ¿Que va a subir, una captura vuestra del vídeo que os hice el otro día?
Lo veo negar, consiguiendo que su flequillo rebote en su frente.
Carlos: Blas sólo va a subir una foto con una frase subidita de tono, en cinco minutos verás lo que pasa.
Deja el móvil al lado y me acerco a su cuerpo, apoyo mi cabeza en su pecho y el empieza a acariciar mi pelo.
Carlos: Empiezas a tener el pelo muy largo.
La verdad es que tiene razón, llegué a España con el pelo un poco por debajo de los hombros y ahora ya me llega hasta la mitad de la espalda y necesito un tinte urgente.
Yo: Tengo que ir a la peluquería urgentemente.
Carlos: Si quieres te acompaño a la que suelo ir yo.
Yo: Vale.
El móvil de Carlos empieza a sonar, lo coge y se empieza a reír.
