Gracias por leer

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Así nos la pasamos las siguientes 2 horas, nos dieron comida. Thomas nos enseño como pintaba con los dedos. Y antes de irnos nos dijo que le leyéramos un cuento. Nunca había sentido tanta ternura en mi vida. Al terminar el cuento de los tres cerdito y el lobo, Thomas ya dormía profundamente. Al irnos le dijimos a la secretaria que le dijera a Thomas que vendríamos dentro de unos días. No podríamos olvidarnos de eso niño.

Ahora estoy caminando por el pasillo con Sam, 'escuchando' como habla sobre su padre y la sobreprotección que les pone en la mansión.

- ¿Qué sobreprotección? Ya la hemos cruzado muchas veces sin ser vistas –dijo mi conciencia.

-Eso ya lo sé –le respondí.

En estos últimos días me han mandado casi a diario a revisar la gran mansión. Donde en una de esas búsquedas, mi entrometida yo sé a puesto a revisar los cajones y ha encontrado algo muy interesante.

Una Misión MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora