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Di media vuelta para besar a Declan; en lo único que podía pensar era en besarlo; quien ya no llevaba el uniforme blanco de la C.R.V. si no que llevaba una camiseta negra y sobre ella una camisa a cuadros azul oscuro, arremangada hasta los codos, con unos pantalones negros, que lo hacían tan característico.

Me miro con una sonrisa llena de picardía y deseo, recorriendo mi cuerpo. Solo eso basto para recordarme que aun estaba con traje de baño, un bikini negro. Me cubrí como pude con ambas manos. Declan rio, y se quito la camisa.

—Toma —me paso la camisa. —Cúbrete.

—Gracias —me abotone la camisa que me llegaba hasta los muslos.

—Sexy —dijo Declan, observándome.

— ¿Por qué es sexy? —pregunte.

—Por que cuando una chica usa la camisa de un chico, sin nada mas debajo, significa que se han acostado... —antes de que pudiera terminar la frase, recibió un golpe de mi parte en el brazo. — ¿Por qué el golpe? —pregunto sin inmutarse, su brazo era tan musculoso que apenas lo debió de haber sentido.

—Por haber dicho eso —respondí enojada. —No nos hemos acostado.

—Eso no quiere decir que no hay oportunidad.

—Ya cállate —sonrió con autosuficiencia. Aunque no quiera admitirlo una fuerza más poderosa que mi fuerza de voluntad, me atraía a Declan. Supongo que siempre me gustado lo peligroso, inseguro, lo indebido. Antes prefería irme por el camino difícil, que tomar el fácil, como lo harían la mayoría de las personas.

¿Es posible amar a alguien bueno; con un amor correspondido; el camino fácil o desear a alguien malo y peligroso; con lo que puede ser solo una aventura; el camino difícil? Había cambiado, e intentaba tomar el camino fácil. No sé si es porque el camino fácil, de una u otra forma también es el camino difícil, o es que mi pasado me absorbía hacia el camino difícil, como siempre. ¿Cómo puedo estar en esta situación?

Sentí como sus labios se posaron suavemente sobre los míos, y respondí inconscientemente.

— ¿Y eso qué? —pregunte cuando el beso acabo.

—Estabas como ida —respondió.

— ¿Y no pudiste chasquear los dedos, aplaudir o llamarme? —enuncie con los dedos.

—Podría haberlo hecho —rio bajo y sensual.

— ¿Y no lo hiciste porque...?

—Me gustan tus besos —completo la oración.

— ¡LEAN! —grito Thomas desde la piscina, rescatándome de posiblemente hundirme en el barco Declan. — ¡LEAN!

—Yo voy —me dijo Declan

Vi como se dirigía hacia la piscina y hablaba con Thomas, indicándole como salir.

Al cabo de un rato estaba Declan con Thomas a mi lado hablando de lo divertida que eran las piscinas.

Una Misión MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora