Capitulo 8

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—¡Ustedes dos! —gritó el entrenador. Los jóvenes se giraron para verlo atravesar el patio central hasta la fuente donde ellos estaban sentados, habían estado haciendo los deberes toda la tarde lejos de los murmullos y los chismes que inevitablemente estaban inundando la escuela—. Los he estado buscando todo el día.

—Hola, entrenador —saludó la chica con una sonrisa.

—Vamos al campo. Ahora —ordenó el hombre

—¿Qué pasa, entrenador? —preguntó Drew mirando el reloj en su móvil, frunciendo el ceño al ver la hora.

—Una reunión de emergencia, andando —el chico se puso de pie—. También tu O'Connell...

Los chicos intercambiaron una mirada mientras metían sus cosas a la mochila y echaron a andar al campo sin decirse gran cosa. En el campo estaba entrenando el equipo de soccer y el resto del equipo ya estaba reunido en las gradas, casi al centro y muy cerca del césped, Joseph estaba apartado del resto, con los audífonos puestos y la mirada fija en su móvil aún así, se acercó a ellos en cuanto los vio bajando la escalera.

—Gracias por venir tan rápido, chicos —saludó el entrenador quitándose la gorra y agitándose el negro cabello antes de cruzar las manos al frente—. Los he reunido porque tenemos unos cambios que atender de manera urgente. Como ya sabrán, Steve dejó el equipo en algún momento al final del último partido y Cameron ha decidido entregar su uniforme y anotarse en el equipo de Ciencias donde me han dicho se siente mucho más cómodo y feliz. Por otro lado, Billy ya no jugará con nosotros, será todo lo que diremos del asunto, y ahora tenemos dos espacios que cubrir, teníamos práctica esta tarde pero me parece que tendremos que suspenderla en vista de las nuevas circunstancias...

—Pero el partido es la próxima semana, no podemos perderlo o nos iremos al fondo de la clasificación —dijo uno de los chicos, Tyler, si no le fallaba la memoria.

—Sin dos personas ni siquiera podemos jugar, nos descalificarán por default —dijo Logan desde la última fila.

—Lo sé, lo sé, necesito que se tranquilicen todos —los chicos no dijeron nada pero algunos miraron a Joe, quien continuaba sentado en silencio en la esquina derecha, sin mirar a nadie en particular—. Esta mañana he tenido una reunión con la directora y, tras una exhaustiva revisión de los reglamentos y de pensarlo a consciencia, hemos decidido que Julie se una al equipo si es que aún le interesa, eso nos deja con un solo espacio por cubrir y ya me estoy encargando de ello.

—¿Qué? —preguntó ella, apartando la mirada de Joseph tan rápido que se mareó, Drew la sujetó por los hombros y le dio una sacudida llena de emoción, todos la miraban a ella, todos menos el 22.

—No hay nada que impida que seas parte del equipo y nos salvaste en el último juego, mucho más de lo que nos gustaría admitir frente al resto de los equipos deportivos —añadió con una sonrisa cómplice—, ¿qué opinas?

—Yo... Es decir, no sé si el resto del equipo...

—Oh, vamos, O'Connell, déjate de tonterías —dijo Tyler con una sonrisa torcida.

—Si, Jules, todos sabemos que perteneces aquí —la animó Nathen.

—Además ya mandé hacer tu playera —le dijo el entrenador guiñándole un ojo.

—¿Es en serio? —preguntó ella sintiendo que le temblaban las manos de pura emoción, sintiendo que si se ponía de pie se iría de boca hasta el piso.

—Bienvenida al equipo, O'Connell —le dijo entregándole una playera con el número 28 impreso en blanco y su apellido encima, ella no podía hacer otra cosa que sonreír—. Así que con esto dicho, los necesito a todos el sábado a las 9 en el campo, tenemos mucho que hacer para la próxima semana.

La Heredera (1) El Misterio del CastilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora