La Heredera (1) El Misterio del Castillo

Capítulo 33

Los cincuenta lugares para ir al gran y esperado juego final se llenaron en poco menos de un día. Las camionetas blancas los esperaban en la entrada principal mientras la directora y la subdirectora revisaban una vez más las listas de los alumnos mientras los profesores asignados para cuidar a los alumnos se preparaban para el viaje.

—¡El equipo de football al primer autobús! —indicó la directora cuando vio llegar a los muchachos cargando las maletas y con los rostros llenos de nervios y emoción.

—¿Contra qué escuela jugaremos? —preguntó Drew.

—No te preocupes por eso ahora —respondió el entrenador.

—¿Por qué no vienen ellos aquí como los otros partidos?

—Quedamos segundos en el tablero, la escuela líder tiene el derecho a elegir la sede.

—¿Iremos muy lejos? —preguntó Nathen mientras le pasaba su maleta a Drew, quien estaba tratando de acomodar el montón de armaduras en el asiento trasero.

—No realmente y como escuela visitante no podemos llegar tarde. Suban a la camioneta, ¿alguien ha visto a O'Connell? —preguntó mirando a Joe quien subió al autobús sin decir nada, como había hecho los últimos días.

—No debe tardar —le calmó Drew con una sonrisa—, seguramente está entretenida con algo...

—O alguien —bromeó Cameron señalando en la dirección contraria, la chica venía caminando junto a Taylor, quien cargaba con la mochila, ambos sonreían.

—¡Ya era hora! —exclamó el entrenador con una sonrisa, dándole un abrazo rápido—. ¿Estás lista?

—No puedo esperar —admitió, Taylor le pasó la mochila a Drew.

—¿Vendrás con nosotros? —preguntó el entrenador mirando al muchacho.

—¡Por supuesto! No me lo perdería, ya me están esperando en la otra camioneta.

—¿Seguro? Hay mucho espacio aquí.

—Esta es exclusiva del equipo —sonrió amablemente—, no sé si a la directora le haga gracia enterarse de que profané el espacio sagrado —el entrenador soltó una carcajada.

—Bien, nos veremos allá.

Se despidió dándole un suave apretón en la mano que la hizo sonrojarse, el entrenador le dio una mirada complice que ella fingió no notar y se apresuró a ocupar el asiento junto a Drew. Las camionetas se mantuvieron unidas en todo el camino, el ambiente en general era de ánimo aun cuando seguían discutiendo las estrategias del juego; el único que se mantenía distante era Joseph, había algo en su expresión, algo detrás de su mirada que le hacía creer que quizá ya no estaba furioso, quizá había vuelto a ese comportamiento de desinterés absoluto, quizá en realidad nada de esto le interesaba y no sabía si eso era mejor o peor.

Se detuvieron frente a una gran escuela de piedra gris y pegaron los rostros al cristal, observando la cantidad de gente que había en la entrada, dieron la vuelta a la cuadra y entraron en el estacionamiento con cuidado, había un mar de estudiantes vestidos de rojo, montados en sus autos, gritando y chiflando; agitaban sus banderas y gorros, algunos llevaban las mejillas pintadas, otros pelucas rojo brillante, pero todas las miradas estaban puestas en ellos.

FINAL DEL CAMPEONATO NACIONAL DE FOOTBALL ESTUDIANTIL.

BIENVENIDOS.

—Esto va a ser divertido —sonrió Julie mientras Nathen iba pasando las mochilas.

—¿Por todas las miradas asesinas a nuestro alrededor? —bromeó Drew mientras se colgaban las mochilas y miraban a su alrededor, reconoció algunos rostros en la multitud y por supuesto que la reconocieron.