Capitulo 12

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Joe declinó la ayuda de Tyler principalmente porque no quería meterlo en líos en caso de que lo atraparan, no sería justo. Cruzaba las habitaciones con todas las precauciones que le eran posibles, se quedaba quieto cuando creía escuchar ruidos cerca y después de unos quince minutos, comenzó a sudar, la computadora de la secretaria estaba muy cerca. Joe encendió el ordenador y miró la contraseña que le habían dado, una parte de su mente le decía que la palabra "unicornio" no podía ser una clave aceptable para alguien mayor de doce años, sin embargo, entró al sistema sin ningún problema.

Entró a la base de datos y solo por curiosidad tecleó su nombre en el buscador, su archivo incluía toda su historia académica, todos los reportes y detenciones que había acumulado y un montón de datos personales. Era un reporte completo que lo hizo sentir casi desnudo. Tecleó el nombre de Elizabeth en el buscador y le aparecieron cerca de treinta resultados. Suspiró pesadamente cuando la chica que buscaba no fue la primera ni la única en aparecer, aunque tampoco había albergado esperanzas de que fuera tan sencillo. Jaló la silla y se puso cómodo mientras deslizaba el puntero por la pantalla, intentando hacer todo lo más rápido posible, pero ninguna de ellas se acercaba a su recuerdo. Todas eran demasiado diferentes, estaba seguro.

Quedaban únicamente tres opciones cuando lo escuchó. El sonido de una puerta al abrirse y pasos sobre la alfombra. Sus dedos temblorosos no podían controlar el movimiento del cursor y su mente le insistía en revisar por lo menos uno de los archivos tratando de hacer un clic sobre el correcto. El corazón se le paralizó cuando vio un apellido irlandés en la lista.

O'Connell.

La pantalla se apagó, Joe casi gritó, su mirada desquiciada se enfocó en la persona frente a él. Julie estaba ahí con una mirada que mezclaba enojo y exasperación, dejando caer el cable gris tras el escritorio.

—¿Qué esperas para ponerte de pie? —preguntó con brusquedad, Joe no podía moverse de su lugar.

—¿Qué estás haciendo aquí? —respondió Joe mientras ella lo jalaba del brazo y lo guiaba a la salida.

—Salvándote

—¿Tienes idea de lo que acabas de hacer? ¡Estaba a la mitad de algo importante! —le reclamó.

—Lo único que vas a lograr es que te expulsen —gruñó, contuvieron el aliento cuando escucharon pasos.

—Por acá —susurró y corrieron, abriendo la primera puerta vacía que encontraron.

—Rápido, rápido —pidió ella mientras entraban a la habitación vacía, cerrando la puerta, con el corazón martilleando en sus oídos, escucharon los pasos alejándose y ambos suspiraron aliviados.

—¿Cómo sabías que estaría aquí?

—Tyler me contó todo, se preocupa por ti, deberías estar agradecido. Allison te delató, por supuesto, ¿en serio creíste que sería tan fácil?

—Estaba a punto de lograrlo.

—¿Cómo pudiste creerle?

—Técnicamente dijo era verdad.

—¿Dónde estamos? —preguntó Julie mirando a su alrededor, sacó su móvil para usar la linterna.

Era una habitación amplia con un par de ventanas distribuidas a lo largo del muro este que apenas daban algo de iluminación debido a la gran cantidad de muebles y cajas apiladas por todas partes. Comenzó a caminar, fascinada, por el pasillo que formaba toda la basura y casi sonrió aunque no supo porqué. Encontró las cajas que correspondían al archivo muerto, ahí debían guardar los expedientes de todos los alumnos que habían pasado por esa escuela, todos los documentos de contabilidad, todo lo que hacía que la escuela funcionara; más adelante se encontró con cajas llenas de libros de texto, el más antiguo era de 1957, debía ser de la primera generación. Había un montón de pupitres envueltos en plástico en uno de los rincones y cajas con ordenadores nuevos encima de ellos, una puerta al fondo parecía zumbar y lanzar pequeñas ondas de energía, si su instinto no la engañaba, el servidor debía estar ahí.

La Heredera (1) El Misterio del CastilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora