Capítulo 34

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Ya estaba oscureciendo y la lluvia iba en aumento, se escuchaban algunos truenos lejanos mientras los alumnos se apresuraban a irse, algunos enojados por la derrota, otros riéndose a carcajadas, algunos ocultándose de la lluvia y otros caminando tranquilamente. Recibió todo tipo de miradas mientras atravesaba los pasillos hacia la salida, algunos la recordaban otros no, incluso escuchó el nombre de Carlota entre los murmullos y una parte de ella se preguntó dónde estaría; sus dos amigos estaban en la puerta del estacionamiento, refugiados bajo el largo techo blanco, sonrió al recordar la incontable cantidad de veces que se habían reunido ahí.

—Creímos que no vendrías —dijo Mary cuando les puso los brazos sobre los hombros.

—Eres la Señorita Popularidad, has de tener miles de admiradores esperándote —dijo Ashton mientras la abrazaba—.¿Qué se siente conquistar dos escuelas?

—No soy la Señorita Popularidad —dijo ella torciendo los ojos—, y no conquisté nada, solo fue una casualidad.

—Pues tu vida es muy interesante de todas formas.

—¿Vas a quedarte? —preguntó Mary.

—Vamos por un helado y después te llevo de vuelta –sugirió Ashton con una sonrisa, ella sonrió y suspiró.

—Ojalá pudiera pero hay una lista y todo, créeme, la directora tiene un sistema infalible para evitar fugas.

—¿Qué pasa? Por lo general no están tan calladas —preguntó Ashton mirando a las chicas, parecían tensas.

—Nada, es solo que...

—Resulta que tenemos amigos en común en la academia —explicó Mary torciendo los ojos—, y al parecer Jules no está contenta con eso.

—¿No estoy contenta? —repitió completamente sorprendida—. En realidad estoy muy sorprendida de que nunca me dijeras lo que sucedió con Joseph o... Adam, en Chicago.

—¿Quién es Joseph? —preguntó Ashton tratando de entender lo que sucedía.

    Como si lo hubiesen invocado, Joseph apareció en el estacionamiento con su expresión huraña, sujetando el peso de su hermano con el brazo derecho; habían dicho que su lesión no era grave pero no podía caminar por su cuenta.

—Ese es Joseph...

—¿Y cuál es el problema?

—Lo conociste como Adam, cuando estábamos saliendo... ¿recuerdas Chicago?

—¿El chico de la cafetería? —preguntó Ashton—.¿Cómo es que aún lo recuerda?

—Sospecho que una paliza no es tan fácil de olvidar —soltó Julie, sintiendo un enojo repentino, no esperaba esa clase de respuesta de sus amigos.

    Joseph caminó hacia a ellos decididamente después de asegurarse de que Tyler tenía bien sujeto a Nathen, Ashton parecía sonreír y Mary no sabía exactamente qué hacer. Podía verlo, podía imaginarla ahí cada mañana, riéndose de las personas al pasar, podía ver a Mary contándole la historia de un patético chico que había intentado invitarle un café y conseguido una paliza a cambio, podía ver a Julie reírse y sentía el odio recorriéndole el cuerpo. La escuchó gritar y la sintió intentando detenerlo pero no fue totalmente consciente del momento en que su puño se estrelló en la mandíbula de Ashton, derribándolo para darle un par de puñetazos más y tampoco fue consciente del momento en que Drew y Taylor se lanzaron hacia él para alejarlo de ellos y el alboroto que se ocasionó después.

—Joe, ¡basta! –exclamó Drew sujetándolo firmemente, Taylor le ayudó—. ¿Te has vuelto loco?

—Joe, déjalo –gritó Julie intentando hacerlo retroceder con ayuda de los muchachos.

La Heredera (1) El Misterio del CastilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora