La Heredera (1) El Misterio del Castillo

Capítulo 32

El agua caliente llenó las pequeñas tazas de porcelana blanca, Laura colocó un infusor en cada uno y rápidamente el líquido tomo un color ambarino. Tomó las tacitas y puso una frente a Julie, quien desde su llegada había permanecido callada, su mirada estaba ausente y sus ojos se veían cansados, sus manos se estrujaban nerviosamente, la comisura de sus labios estaba curvada hacia abajo.

—El té te vendrá bien —dijo Laura con mucha calma y delicadeza—. Tómalo mientras está caliente.

—¿Vas a darme agua caliente con hierbas en un momento así? —musitó Julie con voz ronca.

—Te ayudará a relajarte un poco, es mi mejor tratamiento.

—Gracias —murmuró poniendo sus manos frías en torno a la taza, un calor reconfortante le recorrió el cuerpo entero con el primer sorbo—. Está rico.

—¿Estás lista para tu entrevista?
—Tengo dos —Laura sonrió, ella intentó imitarla—. Si, supongo que si, aún tengo que hacer una parada en la dirección para recoger las láminas que le pedí a mi mamá y tengo todo un discurso ensayado en mi cabeza porque he tenido mucho tiempo libre... Qué podría salir mal...

—Tal vez quieras saber que Allison fue suspendida de la escuadra y tendrá una nota en su expediente, me parece que sus padres vendrán a hablar con la directora.

—Debió ser toda una sorpresa recibir esa llamada —suspiró—, aunque quizá cuando sepan que estuve involucrada, mi papá busque la manera de salvarla de cualquier castigo.

—Pudiste haberla frenado, tienes esa clase de poner.

—También pude haber dicho la verdad y no la habría usado contra mí.

—Lo que Allison hizo fue abrir heridas muy graves y absolutamente nadie más debería saber esas cosas a menos que decidas compartirlas.

—Tal vez estaba cansada de ocultarme, quizá no la frené porque quería que la verdad se supiera.

—¿Y esa era la forma de hacerlo, en frente de toda la escuela?

—Qué más da. Todos parecen sumamente decepcionados aunque honestamente no sé porqué...

—Allison mostró tu lado más vulnerable e hizo que pareciera un crimen...

—No quiero ser una víctima.

—Lo fuiste.

—Le mentí a Joseph... Es lo que sé hacer al parecer.

—Esto no se trata de quién engañó a quién sino de cómo un trauma puede generar este tipo de mecanismos de defensa, nadie puede ni debe culparte de cerrarte a ciertas cosas u omitir tu pasado. Joseph debería saberlo bien...

—¿Qué?

—Todos tienen secretos, Jules, incluso Joseph.

—¿Te refieres a Mary?

—Joseph era una persona muy distinta cuando llegó aquí, alegre y extrovertido, era difícil hacer que guardara silencio sin importar en dónde lo sentáramos y un día volvió de sus vacaciones como otra persona. Nadie supo porqué, creo que ni siquiera su hermano porque dejaron de pasar tiempo juntos y probablemente nadie lo sabe excepto tu. Cuando lo vi supe que tenía el corazón roto pero nunca lo vi con ninguna chica en los pasillos... Dime algo, después de que te contó su historia, ¿su forma de ser tuvo sentido?

—Mucho, y lo que Allison le hizo... —se detuvo a media oración. Allison. Allison les había hecho tanto daño. Allison sabía lo que le había pasado y lo que podía suceder si se lo hacía a alguien más y no le importó, nunca le había importado, se preguntó en qué momento había decidido que lo que había pasado con Aaron y lo que le había dicho a Carlota ya no tenía ninguna clase de valor. ¿En qué momento Allison se había convertido en lo que era, y quizá más importante, qué tanto era por su influencia?