I want to bite you

Capítulo 11

Derek dejó su coche cerca de la mansión Hale, se paró unos segundos para buscar el aroma del humano, pero no lo encontró. Frustrado corrió sintiendo que algo lo guiaría y así fue porque al poco encontró el olor que tanto buscaba. En cinco minutos encontró a un Stiles perdido en el bosque, alzando el móvil en busca de señal.

-Stiles -lo llamó, suspirando de alivio.

-¡Derek! -corrió hacia él -Scot no me lo cogía, menos mal que tu si.

-¿Qué hacías en el bosque? -del alivio pasó al enfado -es peligroso.

-Pues... el coche se me quedo parado y no fui capaz de arreglarlo -se justificó.

-Eso no explica que haces aquí.

-Bueno... estaba buscando unas cosas ¿vale? -se cruzó de brazos, refunfuñando.

Derek suspiró y con un gesto de cabeza le indicó que lo siguiera. Al pasar al lado del Jeep Stiles se paró.

-No se que le ha pasado -soltó mirándolo.

-Pueden ser muchas cosas- se acercó y abrió el capó- pero no soy un experto, no se decirte -miró y al ver que no encontraba nada raro se encogió de hombros, cerrando el capó.

-¿Dónde tienes el coche? -cerró el suyo con seguro tras coger las cosas de la guantera.

-Frente a la mansión -escuchó un quejido de Stiles- no esta tan lejos.

-Para un hombre lobo no, pero para mi si.

-¿Y como sabes que tan lejos esta? -alzó sus cejas, curioso y el otro se encogió de hombros.

Volvieron a caminar, estando Derek por delante y Stiles con un monólogo por detrás, el mayor rodó los ojos, sin llegar a entender al menor por los cambios bruscos de tema, la frase "un trasero como un melocotón" le hicieron girarse bruscamente, haciendo que el otro se chocara contra él.

-¿Pero qué te pasa? -se quejó.

-¿Qué estas mirando, melocotón? -alzó una ceja y el menor se puso colorado.

-¿Me estabas escuchando? -asintió Derek- ¿no me ignorabas?- asintió observando el rostro sorprendido del menor - ¡La leche!

-¿Me estabas mirando el culo? -alzó una ceja en unos de sus gestos típicos, intentando no reírse al ver como el otro se ponía aun más colorado.

-Si -admitió mirando al suelo.

-¿Qué hacías en el bosque? -preguntó de golpe, ignorando el escalofrío que le recorrió ante la afirmación del otro.

-Patrullar -soltó para luego taparse la boca.

-¡Lo sabía! -gruñó.

-No es mi culpa -se quejó- es mi plan, tengo derecho a participar en el.

-No -espetó brusco.

-Es injusto -alzó los brazos.

-No lo es, sería muy peligroso para ti.

-No soy tan inútil.

-Lo se, pero aun así no.

Stiles siguió quejándose, moviendo los brazos gesticulando y sacando de quicio al mayor. Derek gruñó agarrándolo de la chaqueta y estampandolo en un árbol, Stiles lo miró serio a los ojos, el mayor apretó su mandíbula y terminó con la distancia que quedaba entre ambos, besando cabreado a Stiles quien movió los brazos por la sorpresa y acabó apoyándolos en los hombros del lobo, sin saber si empujar o no al otro. Cuando terminó por aceptar aquel roce de labios ambos sufrieron una descarga que les recorrió enteros haciéndoles estremecer antes de acabar el beso.

Antes de que el menor dijera algo, cosa imposible por el shock del beso, Derek le agarró del brazo y lo volvió a guiar, divisando a lo lejos su coche. No fue hasta que arrancó que Stiles reaccionó.

-¿Me has besado? -el mayor rodó los ojos -¿Por qué me has besado? ¿Y a que vino la descarga?

-Stiles, o te callas o te...

-Hazlo, arráncame la garganta -se cruzó de brazos, tras interrumpirlo.

Los ojos del mayor brillaron rojos.

-Deja de hacer eso -el otro pareció no comprenderlo -de retarme -gruñó.

-¿Por qué? -le miró con seriedad.

-Porque... -gruñó al no saber la razón -soy alpha, me cabrea que me reten.

-No soy lobo, no cuento.

-Eres parte de la manada -recordó.

-¡Y tu me has besado! -alzó los brazos.

-¿Acaso quieres que te bese otra vez? -no pensó la pregunta y al segundo se maldijo.

-¡Si! -gritó el otro.

Por acto reflejo el mayor frenó de golpe, mirando a Stiles quien tras ponerse rojo negó.

-Digo, no -movió las manos- no es... quiero decir.

Pero no le dio tiempo de divagar ya que el mayor lo volvió a agarrar bruscamente de la camisa, plantandole otro beso que hizo gemir al menor ante la posesividad de este. Cuando se separaron ninguno dijo nada y Derek volvió a conducir.

Tras dejar al menor con un seco "Adiós" arrancó, viendo por el retrovisor como el menor se tapaba la cara y daba algunos saltos, sin saber por que sonrió, viendo aquello como un gesto adorable a la par que divertido y aquel pensamiento lo frustró, lo supo entonces, necesitaba más información y no, no le iba a pedir a Stiles que la buscara.

Con el pensamiento claro se encaminó al veterinario.