Capítulo 20

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Stiles despertó aturdido, sentía su cabeza dar vueltas y su cuerpo dormido. Tardó un rato en enfocar la mirada y ver a su alrededor encontrándose en una habitación de grisáceas paredes y una gran verja y lo supo en ese momento: había sido capturado por la otra manada. Intentó calmar su acelerado corazón, moviendo su cuerpo de paso para descubrir que solo tenía un grillete en la pierna y que la cadena era larga, tragó saliva mientras se ponía de pie mirando que todo estuviese en su sitio, descubrió que sus saquitos de acónito y muérdago no estaban pero le relajó ver que no tenía heridas solo un pequeño corte en el labio, seguramente lo habrían noqueado con un golpe en la cabeza.

Se levantó para explorar un poco y notó una pequeña ventana cubierta por una reja, decidió asomarse para intentar descubrir donde se encontraba pero esta estaba demasiado elevada y la pared no tenía ninguna imperfección que le ayudase a elevarse para ver. Resignado se asomó a la gran verja que hacia de pared y entrada, asomó su rostro por entre los barrotes viendo un pequeño pasillo y una puerta al fondo, le recordó a una cárcel pero solo estaba esa celda. Retrocedió apoyándose en la pared del fondo y dejándose caer, suspirando mientras llevaba sus manos a su cabeza, sentía uno de sus ataques de pánico presionar su pecho.

Solo podía desear que la manada le encontrara rápido, antes de que algo malo le pasara a manos de esa manada enemiga.

Observó como la luz que se colaba por la ventana se iba moviendo por el suelo, signo del tiempo pasar. Se alegró en cierta manera de que ningún miembro de la manada enemiga le hubiese "visitado" pero sentía que se volvería loco si no hacía algo pues desde que despertó intentó no hacer mucho ruido para no llamar la atención, pero algo le decía que ellos ya sabían que estaba despierto. La luz del sol oscureció hasta desaparecer por completo y contempló la luna creciente, debían de faltar aun dos semanas para que fuera luna llena y pensar en eso le recordó a la manada, en especial Derek.

Los echaba de menos, incluso al pedante de Jackson.

La mañana llegó alumbrando su rostro y provocandole una molestia en los ojos, se encontraba estirado en mitad de la celda, al menos había dormido un par de horas. Escuchó entonces ruido, varias pisadas mezcladas con golpes y gruñidos que provocó que pensara lo peor mientras se pegaba a una de las esquinas.

La puerta del pasillo se abrió con un gran estruendo, escuchó más claro los gruñidos y quejas hasta que llegaron justo donde estaba él. Observó como dos hombres sostenían a un chico que rondaría su edad el cual gruñía y pataleaba, se metieron dentro tirando del chico que con dientes y garras intentaba soltarse sin éxito, acabó encadenado de manos y jalando de estas con puro terror mientras los otros dos lobos salían de la celda entre risas, ignorando por completo al humano. El cual se temió lo peor, ese lobo lo mataría.

Se encogió en aquella esquina cruzando los dedos para que aquel nuevo compañero de celda no lo viera.

-Eh -le llamó, provocando en el humano un quejido- ¿Estas bien?

Y sin entender Stiles alzó la vista, viendo delante de el a un chico de cabellos negros y ojos que no sabía bien si eran marrones o verdosos. Lo miró de abajo a a arriba con el ceño fruncido, ganándose una sonrisa ladina en el hombre lobo.

-No te voy a comer -se bruló- aunque no hay mucho donde hincar el diente.

-Oh gracias, eso me da más confianzas -soltó con sarcasmo mientras lo fulminaba con la mirada- ¿Quién eres?

-Mi nombre es Luka -se presentó, tironeando un poco de los grilletes de sus manos.

-¿Luka no es nombre de chica? -alzó una ceja, burlándose ahora él.

I want to bite youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora