16 Adiós, papá.

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Eran de los días más grises y tristes para todo el hospital.

Exactamente dos meses pasaron, y sucedió.

El Dr.Kim falleció.

Yoon Gi fue el primero (de entre todos los niños) en saberlo. Hubo dos días seguidos que no fue a verlo, dos días en los que no escuchó su voz, ni sus pasos, ni sus manos abriendo la puerta del cuarto.

Ese día que lo supo, había salido de su cuarto en dirección al despacho y, ahí, oyó todo.

"Anoche recibimos la noticia. El doctor falleció cerca de la madrugada".

Después de oír eso, el corazón de Yoon Gi se rompió. Lloró y lloró sin consuelo alguno, metido bajo las sábanas.

Ya nada valía la pena.



Unas semanas después...

Son estaba tras la puerta, mirando con sus ojos a través de la pequeña ventanilla. El niño rubio estaba acurrucado con todas las sábanas cubriéndolo. Era como ver a un pobre cachorro indefenso.

Ella abrió lentamente la puerta y caminó con cuidado hacia él.


—Yoon Gi, hace una semana no comes casi nada, debes alimentarte...


No escuchó respuesta, nada.

Sabía que estaba muy afectado. Se suponía que el anciano Kim era lo más cercano a una familia para él.

Son lo entendía perfectamente. Ella y todas las demás lo adoraban y le tenían un enorme cariño, pero debían seguir adelante. Y ahora el lugar estaba a cargo de otra persona.


—Tae Yeon volverá en unos días. Sé que la extrañas, ella es tu cuidadora—sonrió apenada—Además... Jung Kook me dijo que quería estar contigo, dice que eres su único amigo.


Cuando ella lo mencionó al pequeño pelinegro, Yoon Gi abrió levemente sus ojos y se destapó con discreción.


—¿Jung Kook...?


—Sí—Son le extendió la mano y el rubio la miró—Vamos, saldremos al patio un rato con Jung Kook. ¿Quieres?


Quería salir, pero no sabía si quería ver al niño. Seguía enojado por lo que le hizo y, a decir verdad, el que le dijera que lo quería no iba a cambiar nada. Era muy cabeza dura.

Sacó su mano de debajo de la sábana y tomó la mano de Wendy. Ella lo ayudó a levantarse y con un pañuelo secó sus lágrimas.

Le daba mucha lástima verlo así, y más porque los días anteriores tuvieron que inyectarle la medicina, ya que se negaba a las pastillas.

No era simplemente calmar su ansiedad...

Después de colocarse sus zapatillas, salieron del cuarto y fueron en busca de Jung Kook.

El pelinegro estaba parado en la puerta, como esperando que lo fueran a buscar.


—Hola, Kook—Wendy abrió la puerta del cuarto y entró—.Vayamos a dar una vuelta. Traje a alguien que nos acompañará.


Kook asintió y tomó la mano de su cuidadora. Caminaron fuera del cuarto y Kook se encontró con el rubio, parado en el pasillo y de brazos cruzados.


—¡Yoon Gi!—lo llamó Kook entusiasmado, soltando a Wendy y corriendo hacia él para abrazarlo.


—Hola...


La cara de Yoon Gi no decía nada, nada más que haber estado llorando por horas. Sus ojos seguían vidriosos y, por alguna razón, el sentir ese abrazo lo hacía querer soltar más lágrimas.

Se quedó quieto mientras los brazos delgados del chico lo abrazaban y sobre su hombro sentía el peso de su cabeza.


—Te extrañé—dijo Kook en voz baja.


No recibió respuesta.

Salieron al patio junto a Wendy y ésta se quedó charlando con una compañera, sin dejar de mirar a los niños.

Éstos caminaron hasta sentarse en un banco de madera. Yoon Gi estaba callado, miraba hacia lo lejos sin prestarle atención al pelinegro, quien tironeaba de su camisa con timidez.


—Yoon Gi...—lo llamaba por segunda vez, en voz baja—¿Estás enojado conmigo?


La mirada del rubio se desvió a un costado para ver a esos grandes ojos negros que lo único que le transmitían era culpa.


—Me hiciste daño...


—Pero te juro que no fui yo...—sus ojos empezaron a cristalizarse y agarró la camisa del rubio con fuerza—No quise lastimarte.


—Creí que te gustó el beso, pero ya veo que no—se paró del banco para marcharse, pero Kook lo agarró del brazo.


—Sí, sí me gustó—se sonrojó al decirle y agachó su cabeza—Me gustó mucho...


—¡Mentiroso!—Yoon Gi se giró para quedar frente a frente. Lo agarró de los brazos y lo zarandeó mientras que de sus ojos caían lágrimas—Eres mentiroso, como papá... Mentiroso, me abandonó... Luego tú lo harás.


El llanto del rubio se intensificó. Sus brazos ahora flaquearon y dejó caer su cabeza y su cuerpo contra el de Kook, quien enseguida lo apretó contra él.


—Yo no te abandonaré. Lo juro, Yoon Gi.

Pyromaniac [SuKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora