Pyromaniac [SuKook]

17 Cambios

Pasaron unos meses después de la muerte del Dr.Kim y el lugar fue dejado a cargo de otra persona.

Muchas enfermeras estaban indignadas y acongojadas por la situación y, sobre todo por el carácter de ese hombre.

Era un médico y psicólogo bastante más joven que Kim, quizás unos diez o quince años menos. Pero lo que a todos tenía preocupados era la poca importancia que le daba al tiempo recreativo de los niños.

No los dejaba salir si no era por separado o de a pequeños grupos y solo podían hacerlo por una hora. El resto del día debían estar en sus habitaciones.

Y quien más enojado estaba por eso era Yoon Gi.

Durante esos meses en los que el nuevo estuvo manejando el lugar y conociéndolo, el rubio tuvo varios ataque de ansiedad y fue trasladado a otro cuarto por haber quemado las sábanas de su cama.

El hombre lo calificó en su expediente como altamente peligroso, inestable y violento. Yoon Gi lo odiaba, con todo su ser y no le importaba que lo hubiese aislado al peor de los cuartos.

Una de las cosas que más extrañaba era a Jung Kook. Decidió perdonarlo, pero hacía rato no lo veía y temía no poder a volver a verlo nunca más.

Quería irse de ese lugar, para siempre. Pero no tenía a dónde; ese era su mayor problema.

Llegada la noche, como siempre hacía, se escapó. Y esperaba que estaba vez no lo pillaran como en sus anteriores intentos.

Fue al cuarto del pelinegro y una vez que forzó la puerta, entró y lo encontró tumbado en la cama con los ojos cerrados.

—Jung Kook—lo llamó en un susurro, acariciando su pelo.

El pequeño abrió lentamente los ojos y luego se los refregó con sus manos. Se veía muy adormilado, cosa que lo hacía mucho más tierno de lo que ya era. Se sentó sobre su cama y al ver a Yoon Gi sonrió y lo abrazó.

—Yoon Gi, pensé que no vendrías más—dijo casi llorando—Tengo miedo.

—Siempre logro manipular las cerraduras, es pan comido—comentó orgulloso— ¿De qué tienes miedo?

—Es que ese hombre anoche vino y...—lo miró a los ojos con temor a hablar.

—¿Qué pasó? ¿Te hizo algo?—el pelinegro seguía callado—Jung Kook, habla...

—Él me inyectó algo raro... —se miró el brazo y luego le mostró la marca en su piel—Me dormí y no recuerdo qué pasó.

Yoon Gi empezaba a sospechar lo peor de aquel hombre. Kook era muy inocente y manipulable.

—¿Te dieron tu medicación antes de que te inyectara?—preguntó serio.

—Sí... Wen me leyó un cuento y luego estuve despierto hasta que llegó.

Jung Kook no dejaba de mirar a Yoon Gi y de tratar de recordar algo más. No comprendía por qué lo había inyectado, ni por qué había cerrado la puerta con llave cuando ingresó.

—¿Te duele el brazo?—Yoon Gi pasó sus dedos por la piel lastimada y Kook se quejó—.Perdón.

—Me duele mucho, el cuerpo también. No dormí casi nada cuando luego desperté y...—se acercó a su oído para susurrarle—él me dijo que iba a ser castigado, no sé por qué—se alejó y siguió mirándolo.

—Kook...—Yoon Gi agarró ambas manos del niño y las apretó con fuerza— Dime si recuerdas más cosas; es muy importante.

—No sé —dijo dubitativo, esperando que algo más volviera a su mente —Ese hombre había cerrado con llave y... Creo que me gritó cosas feas porque lo rasguñé antes de que me inyectara.

—¡Es un hijo de puta!—gritó Yoon Gi asustando a Kook—¡Lo mataré!

—¿Q-qué...?

Yoon Gi sabía lo que pasó. Era demasiado evidente todo. Había oído cosas de ese tipo que ocurrían en otros hospitales. No necesitaba pruebas, para nada. Le diría a Son lo sucedido, dado que Jung Kook estaba perdido y no entendía nada.

—¿Qué pasa, Yoon Gi? ¿Por qué lloras?—el rubio lo abrazó con fuerza contra su pecho y Kook, sin comprender lo rodeó también con los suyos.

—Nunca te dejaré solo, ¿está bien?

—Y-yo tampoco...

La noche la pasaron abrazados, incluso durmieron así. A Yoon Gi no le importaba si alguien lo veía fuera fuera de su cuarto.

Pero nadie iba a poder separarlo de Jung Kook, ni siquiera 616 podría con él.

No dejaría que lo tocaran, ni que lo lastimaran.

Nunca.