37 Distorsión

6.2K 1K 437
                                    

Cuando el sol se volvió a asomar a través de las cortinas, el cuarto se vio apenas iluminado. Yoon Gi abrió sus ojos lentamente y miró a su costado.

Jung Kook seguía durmiendo. Tenía la boca levemente abierta y agarraba con su mano las sábanas. Su respiración era muy pausada. Se veía como un ángel.

Los dedos del rubio pasaron por sus cabellos, acariciándolo con suavidad para no despertarlo.

Observó cada detalle de su rostro desde su frente hasta el mentón. Era perfecto.

Le resultaba extraño que no despertase. Se veía plácidamente dormido, pero no recibir respuesta lo estaba poniendo nervioso.

Tocó su mejilla, acariciándolo con la palma de su mano.

No respondía.


—Jung Kook—pronunció en voz alta, sin recibir contestación.


Lo movió apenas para tratar de provocar una reacción en él, pero nada.

Su cuerpo empezaba a sentir miedo.

Lo tocó con ambas manos. Lo volvió a mover y, cuando lo hizo, Kook se convirtió en polvo.

Entre sus dedos resbalaba lo que ahora era un Jung Kook hecho cenizas.

No podía reaccionar ante aquello. El cuerpo que tocó se deshizo en menos de un pestañeo. Su ángel se hizo polvo.


—Jung Kook, no...—dijo en un llanto ahogado, tensado de pies a cabeza.


Todo se volvió oscuro. El sol desapareció y quedó sumido en un ambiente desolado. No se escuchaba ningún ruido a su alrededor.

Rogaba que fuera un mal sueño.

Algo sonó tras su nuca. Un silbido suave que, por alguna razón, lo hizo sentir temor.

Era una canción de cuna, algo relajante, pero que ponía su piel de gallina.

Se giró lentamente hacia aquel silbido para saber quién era la persona o cosa que lo provocaba; no había nadie.

Cuando volvió la vista al frente, se topó con una figura de mujer. Los ojos, completamente negros, lo observaban de muy cerca, amenazantes.


—Aléjate de él—dijo la mujer, tomando el cuello de Yoon Gi y apretándolo con fuerza.


El aire le faltaba y no podía moverse, ni defenderse. Sentía su cuello arder, le dolía. Quería volver a la realidad, pero tampoco estaba muy seguro de si eso lo era o no.

Sus ojos se cerraron y abrieron de repente.

El sol estaba ahí otra vez. Temía voltear su vista a un costado y no verlo.

Él seguía ahí. Kook seguía durmiendo.

Yoon Gi sonrió aliviado al verlo y lo tocó para comprobar que no se convertiría en polvo, desapareciendo de su lado.

Se levantó entonces en dirección al baño. Mojó su cara con agua fría y se miró al espejo.

No se había dado cuenta de esas marcas en su cuello. Dedos finos lo marcaban como un tatuaje perverso impregnado en su piel.

Tocó esa zona y sintió ardor.

¿Aquello había sido un sueño?¿ O realmente ocurrió?

No estaba seguro, pero esas marcas dolían y ardían.

Salió del baño y volvió al cuarto. Se quedó observando al pelinegro dormir plácidamente, con aquel collar colgando de su cuello.

Yoon Gi tuvo suerte de no ser atacado. 616 no podía tocar a nadie si no era por otro medio, como manipular a alguien u obligarlo a Jung Kook tomando control de su cuerpo.

Pensaba si acaso ahora era el momento adecuado para quitárselo. Desataría la ira de 616 por completo y entonces, le ofrecería su cuerpo a cambio del de Kook.

Ni siquiera pensó en lo que llegaría a ocurrir. Podría aceptarlo o no. Y si las cosas salían mal, Jung Kook también se vería afectado.

Ahora ya no sabía qué hacer o qué creer.

Se sentía un poco perdido, así que daría solo por un momento, un paso al costado.

Pyromaniac [SuKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora