34 Decisión

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Al otro día, Yoon Gi estuvo leyendo más cosas en ese libro. Se interesó demasiado por todos los rituales que habían escritos en él.

Buscó también, sin éxito, algo relacionado con la maternidad. Quería averiguar por qué la madre de Kook había involucrado a su hijo con algo tan desagradable y oscuro.

Paseó su dedo por las letras, siguiendo la lectura en voz alta dentro de las cuatro paredes de su cuarto. Aquel párrafo llamó su atención y, a la vez, erizó sus vellos.


—Sólo ofrecer otro cuerpo puede liberarlo...—leyó—Otro cuerpo.


Pasó página rápidamente y buscó algo que le indicara unas instrucciones, pasos... Todo estaba entremezclado y no lograba entender.

Empezó a frustrarse y dejó un momento el libro a un lado. Masajeó su cuello y suspiró pesado.


—Mierda...—susurró para sí mismo.


Llevó su mano hacia su pecho para agarrar el collar, pero recordó que se lo dejó a Jung Kook. Creía que le serviría mucho más a él, para que 616 no se le acercara.

Se acostó entonces boca arriba y cubrió sus ojos.

Una brisa congelada entró por su ventana, levantando las cortinas. No le inquietó ni le molestó, se sentía demasiado cansado. Sólo era viento.

Pero aquella brisa fue viajando hasta pasar a su alrededor. La sintió por sus brazos, manos... Y cuando se descubrió, pasó por su cara.

Se incorporó de inmediato y observó a su alrededor, pero no veía nada.

Sí lo sentía, cerca y amenazante.

Escuchó luego el ruido de algo romperse. Corrió hacia esa dirección y acabó frente al espejo del baño. No era precisamente lo que se había roto, pero notó unas letras, como si hubieran sido escritas con algo muy fino, como con uñas afiladas.

"Aléjate de él"

Sintió cómo las pulsaciones subían, cómo su cuerpo se tensaba. Miró hacia atrás y corrió hasta la sala. Ahí vio los cristales.

La ventana tenía el vidrio roto, como si hubiesen lanzado una piedra a propósito. No creyó que fueran maleantes, ni una mala broma.

Sabía quién fue.

A pesar de sentir temor por esa amenaza, no dejaría de lucha por tratar de resolver las cosas.

Fue a tomar nuevamente su libro y releyó cada palabra, cada explicación. Todo.

Volvió a aquella parte que encontró en un principio. Podría ser la única forma de solucionarlo.


—Sacrificar otro cuerpo, dejar que lo más temido por el afectado lo consuma. Sólo de ese modo él se irá...—leyó—Si quien haya sido afectado comete suicido, su alma será torturada eternamente en el infierno...


Yoon Gi no terminaba de comprender. Aquellas palabras sólo lo llevaban a pensar en morir. Era lo único que entendía.

Pero haría lo que fuera por Kook. Lo haría para librarlo de aquella cosa, para que dejara de sufrir.

Si debía sacrificar un cuerpo, sacrificaría el suyo propio.

Era una locura, pero no había otro modo. Prefería sufrir él antes que lo hiciera Kook.

Pyromaniac [SuKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora