06.

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—Aún no puedo creerlo.

Melissa miró al rubio y sonrió tiernamente mientras se acercaba más a él, quien gustoso la recibió a su lado, pasando uno de sus delgados brazos sobre los hombros de la morena.

—Llevas diciendo eso durante la última hora —se burló.

—Disculpa que no pueda creer que la única amiga que tuve en la infancia y que luego me abandonó...

—Oye, yo no te abandoné, se terminaron mis años de intercambio —se quejó interrumpiéndolo, sintiendo levemente como su estómago se contaría de culpa.

Yoon Gi miró rápidamente a la morena, medio sonrió, y continuó hablando.

—No puedo creer que esté aquí esa amiga. ¿Recuerdas cuando intenté besarte al primer mes? —preguntó en casi un susurró. Melissa vio como sus pálidas mejillas comenzaban a sonrojarse y rió divertida.

En la escuela, había sido muy gracioso verles juntos puesto que eran demasiado diferentes. Si bien, ambos eran silenciosos y no conversaban mucho, pero eso sería cuando estaban separados. Al momento de juntarse, se volvían dos cotorras habladoras. Melissa había sido centímetros más alta que Yoon Gi, mucho más morena que el Gasparín que había tenido como amigo y, desde luego, con mucho más cuerpo que el anoréxico (así le decía) de él.

—Claro que recuerdo, Yoon Gi Oppa —murmuró riendo mientras se inclinaba en el asiento para apretar con sus pequeñas manos las rojas y rellenas de mejillas de su amigo—. Eras tan tierno todo confundido diciendo que me querías.

Yoon Gi sonrió divertido, sonrojándose aún más. Como había pertenecido al consejo estudiantil, ese año le había tocado por descarte mostrar el establecimiento a todos los alumnos nuevos y entre ellos, se encontraba una morena más alta que él, que había causado revuelo al no ser sus facciones como los demás. Yoon Gi había quedado "enamorado" a primera vista y había intentado hacérselo saber de inmediato, fracasando en todos los intentos hasta que ésta, ya cansada de que su único amigo en aquel lugar no parase de repetirle que estaba enamorado de ella, lo hizo entender a golpes de que no estaba enamorado, ni gustaba de ella, ni se sentía atraído: era simplemente una cara diferente que llamaba la atención. Yoon Gi se dio cuenta al segundo de que Melissa tenía razón y, avergonzado, se disculpó por los dos meses en lo que no le dejó tranquila.

—¡Yah Meli-ssi! Siempre me molestas con lo mismo, ¿no te aburres? —preguntó aún más avergonzado que antes.

Melissa rió.

—¿Cómo me voy a aburrir si mira como te pones? Te quejas de que te molesto, pero me das el contenido: tú empezaste con el tema.

Yoon Gi frunció el ceño sin quitar la sonrisa de cara. Había echado de menos tener a alguien con quien hablar de esa manera. Con los chicos, usualmente eran bromas y demases, actuaban como hermanos. Pero Melissa, su Melissa, era mucho más que eso.

—Pero sólo porque no había tema para hablar —intentó excusarse, riendo por la mentira mala que acababa de decir.

—¡Sigues igual de mal mentiroso! Te voy a dar unas clases para que aprendas algo alguna vez en tu vida.

Melissa se acomodó en el asiento del pequeño parque donde se encontraban y rió, sin importarle y sin saber que no eran los únicos en aquel parque.

***

—Entonces, ¿digo que sí?

—No, Jiminie.

—¿Digo que no?

Taehyung suspiró frustrado. Encontraba increíble que un ser humano de ya de veinte años fuera tan estúpido a veces.

Before I fall | «Yoonmin».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora