14.

1.3K 215 21
                                    

Jimin jadeo y tiró el cuerpo del rubio hacia él, dejando una casi inexistente distancia entre ellos. Sentía el calor corporal que el mayor emanaba y se relajó, nada malo pasaría, ¿verdad? Por lo que se dejó llevar por primera vez ante las emociones tan familiares que se encontraba sintiendo.

—Jimin-ah —murmuró el rubio mientras posaba sus manos sobre las del menor—. Relájate, por favor.

—Hyung Gi... No puedo hacer esto —musitó acobardándose. Se sentía ridículo por haber aguantado casi todo y justo al final arrepentirse—. Lo siento mucho, sé lo mucho que Hyung lo quería.

—Aún lo quiero, Jimin, así que prepárate —le avisó con una sonrisa traviesa, provocando que los ojos del pelinaranja de abrieran desmesuradamente.

—¿Q-qué? Pero Hyung... —trató de protestar, pero su voz se vio interrumpida por la promesa del mayor: había vuelto a reproducir la película luego de que el menor la pausara. Jimin miró la pantalla con auténtico terror y realmente se arrepintió de todo, de pedir cambio se habitación, de haber llorado como un bebé frente a su líder, de todo—. ¡Dios mío, giró la cabeza! ¡Pausela, Hyung, por favor pausela! —lloriqueó aún más, fortaleciendo el agarre en el brazo del mayor, pero aún así no cerró sus ojos ni los desvió de la pantalla.

—Ah, Jiminnie —rió divertido—. Tienes que superar tus miedos. Anda, ve a apagar las luces nuevamente.

—¡No! —soltó una exclamación ahogada, abriendo los ojos con mayor terror al ver cómo avanzaba la película—. ¡La está siguiendo, Hyung, la está siguiendo!

—Nadie la sigue, Jimin.

—¡Está llorando el bebé!

Min Yoon Gi observó de soslayo al menor que seguía apretando fuertemente su brazo por los nervios y no le importó saber que probablemente sus dedos quedarían marcados de una manera horrible en su blanquecina piel. Vio cómo lentamente la mirada del pelinaranja pasaba de terror a fascinación.

—Lo sé, estoy viendo lo mismo que tú —contestó con una sonrisa al ver como el brillo de tristeza se encontraba desapareciendo de los ojos se Jimin.

—¡No está el bebé! —la boca de Jimin se abrió junto con sus ojos. Nunca pensó que una película podría a llegar a ser tan cruda en las imágenes. Ahogó una exclamación—. Las muñecas...

Yoon Gi sintió el agarre de Jimin cada vez hacerse más fuerte, por lo que volvió a posar su mano sobre la de él, intentando que así se relajara y no le apretara tan fuerte, pero se distrajo cuando comenzaron a sonar pizadas de la televisión.

Jimin estaba tan absorto en la película que no sintió la mano de Yoon Gi sobre la de él, y ciertamente no escuchó al rubio murmurarle un "salgan de ahí, salgan de ahí" a la pantalla.

—¡Dios, no! —gritó Jimin cuando algo negro apareció de la nada en la pantalla, apretando con aún más fuerza el brazo del rubio. No quería ver más esa película—. ¡Hazlo, Min! —lloriqueó mientras se lanzaba hacía Yoon Gi y le abrazaba, escondiendo su cara en el cuello del otro. Lágrimas reales amenazaban con salir se sus ojos—. Por favor —suplicó en un murmuro.

—Jimin-ah —murmuró de vuelta, intentando aguantar la risa que le causaba ver al pelinaranja asustado—, tranquilo, no es real.

—¿Que no es real? ¡Está basada en una historia real! —justificó el pelinaranja, haciendo cada vez más fuerte el abrazo. Podía escuchar de trasfondo cómo la película seguía avanzando, y nada le causaba más terror en ese momento que lo que iba a pasar a continuación en el film—. Yoon Gi... por favor.

El rubio tiró su cuello hacia atrás para mirar al pelinaranja y hacerle entrar en razón o al menos calmarlo. Miró fijamente como sus ojos se encontraban cerrados con terror puro grabado en su rostro y se sintió culpable por haber abusado de la buena disposición de Jimin, y de que el menor prácticamente haría lo que fuera por la gente con tal de caerles bien o que no se enojaran con él. Tenía que hacer algo para arreglarlo, no podía permitirse pensar en la sola posibilidad de su Dongsaeng sufriendo o pasando un mal rato.

Before I fall | «Yoonmin».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora