Before I fall | «Yoonmin».

31.

Yoon Gi se acomodó en el sofá del nuevo departamento de la morena con una taza de café entre sus manos sin decir nada mientras sentía la mirada de Melissa sobre él. Estaba incómodo. Ella lo ponía incómodo.

—¿Podrías dejar de mirarme? —preguntó enojado.

—No hasta que respondas lo que te pregunté.

El verdementa se giró hacia ella, irritado. Era una mujer tan exasperante, en serio.

—¡No me haz preguntado nada!

—¿Qué haces aquí? —comenzó a preguntar la morena—. Es tarde y los chicos deben estar preocupados por ti.

—Necesito una explicación sobre porqué te fuiste—respondió volviendo a mirar la taza entre sus manos, sin apartar la mirada.

—Qué mentiroso —murmuró la morena fuminándolo con la mirada—. Viniste aquí a refugiarte.

Yoon Gi abrió la boca para responderle, pero nada salió. Era verdad. Según su amiga estaba con la regla y por eso se había marchado, pero lo que no entendía era porqué se había marchado si NamJoon junto a Jimin habían salido a comprarle sus tampones... No le cuadraba, pero sabía que estar en el apartamento significaba ver al pelinaranja y él no quería eso, al menos no aún.

—Igual respóndeme, no te cuesta nada.

—Me cuesta el alma, Gaspar —dramatizó, riendo—. No es buena idea que me quede en su hogar siendo que yo tengo el mío. Es difícil de explicar y un tema delicado, pero créeme, es mejor de esta manera; todo va a estar más relajado —hizo una pausa mientras recordaba lo que Jimin le había confesado horas atrás. Definitivamente iba a investigar aquello—. ¿A qué hora te vas? Tengo que hacer unas cosas.

Yoon Gi entrecerró los ojos mientras miraba a Melissa estupefacto.

—¿Me estás echando?

—Depende —respondió—. ¿Te enojarías si te dijera que sí?

—Yah, prometiste ayudarme y hacerme compañía, pero de la nada sales y dices que no te quedarás conmigo y encima ahora me corres de tu casa —reclamó, dejando la taza encima de la pequeña mesa frente a ellos y cruzando sus brazos. ¿Qué les había picado a todos que andaban tan distintos? NamJoon teniendo secretos con Jimin y Melissa, estos últimos esquivándolo... De pronto, una idea vino a su mente—. No te gustara Jimin, ¿verdad? Mira que el beso que se dieron hace unos meses pareció muy real y...

—¿De verdad te estás poniendo celoso de mí? —preguntó la morena sin poder creérselo—. Ah, en serio, qué pasa con ustedes dos y por qué me ven como alguien que quiere entrometerse en su relación —suspiró cansada. Había sido un día agotador y podía sentir como el Jet Lag cada vez se hacía más presente—. Sé lo que dije Yoon Gi, pero es necesario que te marches. Que estés aquí en este momento me pone ansiosa... A-además va a venir una amiga —titubeó—, llegará en la madrugada y tengo que descansar para poder ir a buscarla al aeropuerto porque tú sabes lo difícil que es levantarse temprano y...

—No seas mentirosa —pidió Yoon Gi. Estaba hartándose de la situación. Todos lo esquivaban y todos le mentía, ¿qué estaba sucediendo?

—Bien —accedió la morena a regañadientes—. Pero escúchame, ¿sí? Tienes que estar con los chicos —dijo, mirando al verdementa fijamente—. Tienes que estar con Jimin. No puedes dejarlo solo, tienes que... Yoon Gi, escúchame por una vez en tu vida, no lo puedes dejar solo, él se pondrá triste si no te ve en el departamento —terminó de decir mientras veía como el mayor esquivaba su mirada y un pequeño sonrojo aparecía en su rostro.

—Él no se pondrá triste —su mirada decayó y nuevamente sentía un malestar en su pecho. Odiaba el momento en que confirmó lo que sentía—. Tienes que dejar de meterme ideas en la cabeza de que hay algo entre nosotros, me lastimas. Él me confirmó que no es así en la mañana.