Namjoon continuaba en silencio esperando a que el menor prosiguiera con su relato, no quería presionarlo a hablar y ni mucho menos interrumpirlo para que decidiera encerrarse en sí mismo nuevamente, no ahora que tenía la posibilidad de saber la raíz del problema. Esperó pacientemente mientras hacía con Jimin lo que su madre hacia con él de pequeño: acariciaba suavemente su cabello, pasando las hebras naranjas entre sus dedos y rascando en apenas un leve roce su cabeza. Observó al menor y notó que tenía los ojos cerrados con una expresión relajada en su rostro, se veía como si estuviera dormido. Suspirando, tomó el jugo de fresas que compró y bebió un sorbo. Quizás la historia sería para otra noche.
-Su nombre era Min Seok. Kang Min Seok -se sobresaltó al escuchar la voz del menor de la nada que por un momento, detuvo el cariño que le estaba haciendo al pelinaranja en la cabeza. Cuando dejó de estar tan sorprendido, retomó lo que hacía al mismo tiempo que Jimin continuaba hablando-. Y tenía el cabello tan negro; yo siempre le decía que era como un agujero negro porque tenía demasiado cabello, si metía mi mano quedaba atrapada porque nunca se peinaba.
»Lo conocí a los ocho años en la escuela; él tenía doce y era un estudiante transferido. Recuerdo que apenas me vio se acercó a decirme que era un niño feo. Era altanero...Y por primera vez en un largo tiempo, NamJoon escuchó una risa de alegría brotar de la garganta del menor.
-Él era una persona realmente hermosa, y yo sé que me quería -se enderezó, dejando el regazo del mayor y se dedicó a observar las estrellas que adornaban el cielo de Seúl. Suspiró melancólico cuando el recuerdo de todas las noches que habían hecho lo mismo llegaba como una estrella fugaz y desaparecía de la misma manera-. Pero nada es perfecto, Hyung; a Minnie su padre lo maltrataba, su madre nunca estaba en casa y yo no sabía qué significaba ni qué hacer, entonces para calmarme me explicó que su padre lo hacía porque lo quería mucho. Pero mi cerebro era un estúpido y hacía preguntas y pedía cosas estúpidas. "¿Por qué su papi le pega, Hyung? ¿Por qué el mío no lo hace? Mi papi no me quiere porque no me golpea. ¿Hyung, usted me quiere? Si me quiere, golpeeme, por favor".
Jimin guardó silencio. Su recuerdo y todos los momentos que habían pasado estaban tan vívidamente grabados en su memoria que ya no podía más, estaba harto.
-Me repitió durante varios minutos que era un estúpido. En fin -continuó suspirando-, un par de años después yo ya sabía lo que realmente significaba y no aguantaba verlo actuar como si nada, maquillándose para que no se le notara, siendo agresivo... Traté de quererlo, de ser una mejor persona por y para él, de ayudarlo, traté de decirle que todo estaba bien y que entendía por lo que estaba pasando, pero la verdad es que sólo logré dos de esas cosas.
»Lo siguiente que recuerdo es que hablamos, y me dejó en claro que jamás entendería lo que él sentía hasta que yo lo viviera en carne propia.Jimin volvió a guardar silencio, respirando profundamente y dándose fuerzas para continuar. Quizá contarle a alguien la historia completa podía ayudarle a sanar, porque lo necesitaba, lo anhelada.
-Así que se aseguró de que lo viviera en carne propia. Hizo conmigo lo mismo que su padre hizo con él... Y mucho más.
NamJoon comenzó a toser mientras dejaba de lado su bebida. Carraspeó, aún sintiendo cómo su garganta se cerraba. Lo último lo había tomado tan de sorpresa que no pudo evitar votar de su boca lo que había tomado.
¿Jimin hablaba en serio? Mil y una cosas venían a su mente ante las palabras del menor, y rogaba en ese minuto, con toda su alma, que por favor no fuera ninguna de ellas. Aún así permaneció en silencio, dando todo de sí para permanecer callado y atento a lo que diría a continuación el pelinaranja, y no se arrepintiera.
-Recuerdo cada uno de los golpes, Hyung... Me decía a mí mismo que estaba bien, que me ayudaría para entender cómo se sentía, que lo ayudaba a desahogarse, que... -tragó saliva en un intento de aliviar el nudo que se encontraba formando en su garganta-. Cada vez que Minnie era golpeado por su papá yo llegaba con un nuevo moratón a casa. Estaba tan cegado, tan... -calló Jimin por unos segundos. ¿Debía decirlo en voz alta? ¿Debía confesar hasta lo más pequeño y lo más oculto? Todo dentro de sí le gritaba que no, una alucinación de Minnie se negaba rotundamente frente a él y le amenazaba. Y esa fue la señal para que decidiera que debía hacerlo-. Estaba enamorado.
»Mi madre cuando se enteró de todo estuvo dispuesta a separarme de él, lo intentó con la misma determinación con la que yo lo había intentado con Minnie. Pero yo no la dejé, superé cada uno de los obstáculos que mis padres me hicieron porque él era mucho más que un amigo, él era... Él era mi todo, yo no podía siquiera imaginar una situación donde él no estuviera, no podía pasar ningún momento sin soñar con que él estaba a mi lado haciéndome sentir bien. Por lo que corrí, por primera vez salía de casa sin permiso, por primera vez hacía lo que Minnie siempre me había pedido. Le conté todo lo que había estado pasando, le hice saber que nos querían lejos el uno del otro, que su madre y la mía nos iban a separar... Él creyó que yo estaba de acuerdo, pensó que yo no quería estar más con él y entonces dijo, fuerte y claro: "El mundo siempre va a tratar de separarnos Jimin-ah, la gente no es capaz de darse cuenta ni de sentir todo lo que sucede y existe entre nosotros, de que me perteneces... Me traicionaste, bebé. Y es una lástima que una persona tan extraordinaria como tú se haya vuelto un inútil justo como los demás".
»Su padre no llegaba desde hacía dos semanas, y eso significaba dos semanas sin golpes por lo que me ponía feliz de que ninguno de los dos estaba lastimado, pero por primera vez, Min Seok me golpeó porque quiso y cómo quiso después de sacar sus conclusiones.
»Recuerdo que le gritaba que se detuviera, que no era cierto y que en realidad le había dicho porque no quería que nos separarán, entonces me propuso escaparnos, me dijo que cumpliría dieciséis en un par de días y que conocía gracias a su padre un lugar donde aceptaban a menores para trabajar. Me negué, obviamente. Tenía sólo once años y no iba a cumplir los doce hasta ocho meses más... Comenzó a gritar me que yo lo odiaba, que no lo quería, que las "cositas en mi estómago" eran falsas y lo que realmente quería era matarlo y destruirlo, y alejarme de él. No sabía qué hacer para callarlo, Hyung, gritaba demasiado y estaba tan asustando.Lágrimas comenzaron a inundar los ojos de Jimin. Le dolía tanto el pecho, sentía que no podía respirar al recordar todo de nuevo. Al sentir cómo todo volvía a pasar frente a sus ojos a medida que lo contaba, podía ver a un Jimin de once años taparse los oídos mientras un Min Seok de quince le gritaba y lo tironeaba. Todo estaba sucediendo frente a sus ojos.
-Lentamente y con el paso de esos años comencé a entender todo lo que sentía. Cuando su padre le golpeaba y luego él venía y me golpeaba de la misma manera, podía sentir la misma furia y ansiedad que él sentía cuando su padre se apoderaba de sus instintos más primitivos. Comencé a convertirme en él, comenzamos a sentir igual, comencé a alterarme igual de fácil que él cuando algo le desesperaba. Me convertí en Minnie, Hyung, y hasta el día de hoy lo sigo siendo -la rabia que salía de las palabras de Jimin le calaban tan hondo que podía sentir el ambiente cambiar, podía sentir la cabeza del pelinaranja maquinar mientras pensaba qué palabras usar en el relato. Estaba tan atónito por todo lo que el menor le había contado hasta el momento que sólo quería callarlo y comenzar a llorar, pero ni su lengua ni sus corneas empezaron a funcionar-. Así que la rabia que comencé a sentir cuando él no me creyó fue tan grande que de un manotón solté su agarre de mí y le grité igual como él lo había hecho conmigo, pero en vez de gritarle cosas malas e hirientes, le grité que lo quería y lo amaba, que él lo era todo para mí... Que él me importaba más que mi familia y que siempre lo haría. No me creyó, y me obligó a que se lo demostrara, que me entregara en cuerpo y alma... Pero él no era estúpido y ya sabía que mi alma la tenía, así que hizo la única cosa que le haría tener también mi cuerpo.
»Grité de dolor en esa casa del árbol hasta que la última penetración se hizo presemte y hasta que la última gota de su semen quedó en mí. Robó lo único que me quedaba y me pertenecía, y entre toda la sangre que había a mi alrededor, me vi también a mí en una esquina, llorando, por lo que aquel animal me había echo. Era como si ese Jimin que me miraba desde esa esquina era toda la inocencia y juicio que quedaban en mí. Y yo t-traté una vez más, hice el último intento para salvar a alguien, para salvarme a mí, que en ese pequeño espacio alcé mi mano y la puse sobre el inocente Jimin que miraba todo y le pedí, entre lágrimas, que olvidara todo.
»La última parte que quedaba de mí murió ese día.NamJoon no supo en qué momento había comenzado a llorar junto a Jimin, sentía todo dentro de sí romperse en el preciso instante que el pelinaranja secó con brusquedad sus lágrimas. A NamJoon le dolía, le dolía que el menor fingiera ser fuerte, fingiera que no estaba bien llorar.
Por qué alguien debía sufrir demasiado, en qué mentalidad estaba bien hacerle todo eso a un niño, a una inocente criatura que sólo buscaba dar amor. Su madre le decía que Dios no daba más de lo que podían soportar, pero aquello era excesivo, si realmente había un Dios era uno muy maldito y que no le importaba nada.
Sin dudarlo, envolvió en sus brazos al pelinaranja, imaginando a un pequeño niño de once años llorar destrozado y de dolor.
-No voy a dejar que nada más te lastime, pequeño -murmuró, imaginando aquel niño que Jimin había descrito-. Todo va a estar bien, te lo juro.
-Estoy tan feliz de que al fin está muerto, Hyung, y-yo... Se lo merecía, merecía cada uno de los cortes que se hizo en su muñeca, merecía que yo le ignorara cuando me llamó implorando que fuera a verle, que me necesitaba... -lágrimas nuevas comenzaron a caer en sus heladas mejillas mientras leves pucheros le impedían continuar hablando. Se sentía tan liviano, sentía que todo el peso que había estado llevando durante doce años desaparecía, pero todo le dolía, todo estaba destrozado-. Realmente me convertí en él, porque así mismo como él dejó morir a su padre ahogado en su propio vómito, yo le dejé morir desangrado...
NamJoon alzó su mano mientras los sollozos del menor eran cada vez más fuertes, alzó su mano mientras el pequeño se aferraba a sus ropas y gritaba que le dolía todo y que no podía respirar. Alzó su mano y la posó en los ojos de Jimin, y le pidió, entre sollozos, que olvidara todo.
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Ojalá lo disfruten aunque haya pasado tanto tiempo.
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Before I fall | «Yoonmin».
FanfictionLas enfermedades mentales pueden ser peligrosas cuando no sabes cómo enfrentarlas y no tienes a nadie a tu lado. Tu mente te puede jugar malas pasadas, comienzas a desarrollar emociones extrañas y tus pensamientos te traicionan hasta el punto de hac...