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La lluvia por fin había cesado.

No se había detenido en toda la noche pero ella permanecía en el mismo lugar.
Se encontraba ahí sola, hincada sobre sus rodillas, en medio de la carretera con su largo cabello mojado y su cara empapada probablemente sucia.

Sólo esperaba lo que el destino quisiera para ella, temblaba debido al frío pues además de la lluvia estaba en pleno inicio del invierno, pero seguía ahí inmóvil, incluso no pestañeo al ver una motocicleta y una camioneta aparcar frente a ella.

Llego a pensar que se trataba de ese horrible hombre pero sólo se quedó ahí observando. De la camioneta bajo un chico con rasgos asiáticos y de la motocicletas bajo un hombre con una ballesta y un poncho bastante colorido, ambos hombres se acercaron a ella decididos.

-¿Estás sola? -preguntó el asiático, ella se limito a asentir. El trataba de descifrar su mirada pero estaba más muerta que un caminante. -Yo soy Glenn, el es Daryl -Señalo al hombre de la ballesta -¿Cual es tu nombre?

-Erin -Contesto con un hilo de voz pues hace bastante tiempo que no hablaba con nadie.

-¿Siempre has estado sola? -Nego

-Todos murieron -Su mirada se profundizó al recordar que gracias a todos los que murieron ella estaba con vida y se odiaba por eso.

El asiático miró al arquero.

-¿Cuántos Caminantes has matado? -preguntó ahora el arquero.

-¿Caminantes?

-Caminantes, podridos, muertos es la misma mierda.

-No lo sé, bastantes.

-¿Cuantas personas has matado?

-Sólo una.

-¿Porque?

-Quiso lastimarme, ni siquiera puedo considerarlo una persona -ellos se miraron parecían comunicarse con la mirada.

-¿Quieres venir con nosotros? Pregunto Glenn amablemente, el brillo en los ojos de ella apareció y asintió levemente -¿No vas a preguntarnos quienes somos?

-No.. sólo quiero que las cosas cambien -contesto antes de soltarse a llorar como niña pequeña, el asiático posó su mano en el hombro de ella como consolandola y el arquero se despojo de aquel poncho colorido que llevaba y se lo puso encima.

-Vamos -hablo el asiático mientras la ayudaba a ponerse en pie pues se notaba que tenía días sin comer ni dormir por lo que estaba bastante débil. La ayudó incluso a subir a la camioneta como copiloto. -Toma -Ella miro las manos de Glenn, una tenía una botella de agua y la otra una lata de comida. -Debes tener hambre, come, el camino será largo -Le dijo el amable chico, entonces Erin dudo, ¿Será esto real? ¿Aún hay gente así de amable en este nuevo mundo? Pero optó por creerlo, ya que aunque durará poco, aunque esto pudiera ser un engaño por ahora la hacia sentir viva de nuevo.

-Lo pagaré de cualquier forma..

-No te preocupes -El sonrió y ella no supo que hacer, hace tanto que no se encontraba con nadie tan amable, oculto su mirada y Glenn puso la camioneta en marcha. Se tomó toda la botella se agua de un sorbo y comió el contenido de la lata lentamente pues no estaba acostumbrada a comer así de bien. -En cuanto lleguemos mi suegro podrá revisarte, es nuestro doctor. Es la persona más amable que vas a conocer.

-¿Más que tú? -Se avergonzo con su pregunta y terminó por sonrojarse, Glenn soltó una risita, pues la chica que viajaba ahora con el, no parecía ser la misma que habían encontrado hace poco.

-Mucho más. Todos son amables, incluso Daryl, debería hablarte de todos, para que estés preparada ¿Te gustaría que lo hiciera? -Asintió levemente ¿Como podía decirle que no a una persona tan amable? -¡Bien! Ya te hablé de Hershel, mi suegro, la persona más amable y confiable del mundo. Después está su hija Maggie mi esposa, ella es igual que el de amable pero tiene su carácter y es hermosa. -Ella sonrió al escuchar como se expresaba de ella. -Mi cuñada Beth, le gusta mucho cantar y canta bastante bien, ya la escucharás. Daryl, el hombre que me acompañó, el suele ser bastante duro y grosero pero es una gran persona, siempre ayuda a los demás y se arriesga por todos. -Erin lo miro por la ventana, el pareció sentirlo y la miro de reojo.

-¿Tienen un campamento?

-¡Oh, si! Olvide decirte, vivimos en una prisión, aunque no suene bonito es lo mejor que podemos tener ahora. Es muy seguro, y tenemos bastante espacio.

-Me imagino..

-¡Ya lo verás! ¿En quién me quedé?..

-Daryl

-Cierto.. pues también está Rick es nuestro líder, era sheriff, gracias a el nos hemos mantenido con vida, aunque a veces es bastante duro también. Su hijo Carl es joven, pero maduro bastante debido a todo esto y su hija Judith nació hace un mes más o menos.

-Hace mucho que no veo un bebé.

-Es preciosa, su mamá murió en el parto desafortunadamente, pero todos le ayudamos a cuidarla, también está Carol, que es como la mamá del grupo y cocina delicioso, aunque nos queden sólo dos patatas ella se las arreglará para que todos logremos comer y que sea delicioso.

-¿Será correcto que yo llegué a su hogar?.. -Preguntó algo temerosa.

-¡Por supuesto! Entre más gente buena este con nosotros más fuertes somos, además puedes formar parte de nuestra familia.

-¿Crees que soy una buena persona?

-Si, aunque no lo creas, Daryl y yo tenemos la habilidad de reconocer a gente buena y mala por eso nosotros estamos en busca de personas.

-He hecho cosas horribles..

-Todos hemos hecho cosas horribles para sobrevivir pero ya verás como las cosas mejorarán. -Erin volvió a asentir levemente y el silencio inundo la camioneta, cerro los ojos y cayó en profundo sueño sin darse cuenta. Despertó cuando unas manos la movían delicadamente tratando de despertarla.

-¿Crees que este bien? -Escucho una voz femenina. -¡Papá debe revisarla rápido! Llevenla a una celda, iré por papá. -Podía ver pero vagamente, sus fuerzas habían desaparecido y sentía su cuerpo más pesado que nunca, además del terrible calor que sentía.

Alguien la levantó y camino con ella en brazos, ella intentaba abrir sus ojos pero estaban mucho más pesados que antes, sólo logro ver unos pequeños ojos azules y perdió la batalla dejándolos cerrarse.

Walking among the Dead (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora