Diferentes historias, diferentes momentos, pero en todas ellas hay un recuerdo. Algunos se aman, otros se odian unos se quieren en secreto, pero al final de todo esto, podrán superarlo?
Atena lo sabe, pero ella no puede hacer nada, son sus caballero...
Era otro dia más y el peliverde se encontraba bañándose; ya que hoy todos irían al cine para ver una película de terror. Esa idea no le agradaba para nada al menor, pues no era amante de las películas de terror. Siempre sintió pánico emocional ante ellas la última vez que miro una película de terror fue a lado de Hyoga y cuando digo de última vez fue hace ya un año cuando ambos fuero a la casa de peliculas y rentaron una para pasar tarde de amigos.
Ya había terminado de bañarse, salió del baño y miro una bolsa grande, le dio tanta curiosidad:
Para: Shun. De: Saori con mucho Amor.
Abrió la bolsa y se encontró el suéter cremita con orejas de gatito; era el suéter que había visto en el centro comercial, el suéter con bonitas orejitas de gatito que observo ayer, se alegró mucho y bastante.
Decidido a cambiarse, se puso una camisa blanca y un pantalón negro.
Al terminar, salió de su habitación, bajo las escaleras notando que todos se encontraban en la sala en la misma postura al igual que ayer.
— Ya están listos muchachos.Tatsumipreguntó muy feliz, pues lo estaba porque acompañaría a la señorita Saori a ver una película.
— Espera Tatsumi, que no vez que estoy comiendo, o estas ciego. — Seiya reprochó mientras se ahogaba con algunos panqueques y huevos revueltos.
"Seiya." Todos pronunciaron su nombre por lo grosero que era.
— Lo siento te confundí con Shiryu. — Seiya rió como si de un buen chiste se tratara.
Y es que esa era la costumbre de él.
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— Seiya por si no sabes, ya no estoy ciego. Shiryu aclaro mientras se cruzaba de brazos y se recargaba en el marco del pasillo.
—Shiryu, cálmate solo era un chiste. — Seiya afirmo mientras bebía café el cual casi escupía porque le había puesto sal en vez de azúcar y todo por estar distraído en sus 'bromas'.
— Un chiste muy malo y sin sentido como tú. — El dragón agregó mientras en su rostro se formaba una sonrisa de victoria.
— Oh. —Hyoga pronuncio dándole más cabida a la pelea que seguramente surgiría.
— ¡Ya dejen las estupideces mocosos!, ¡son unos pendejos!. La voz varonil de Ikki los saco de sus pensamientos y todos se giraron hasta él seguramente para contestarle.
—Ja, ja, ja. Ikki te creía en mi pansa. – Seiya rio al parecer al chico todo era un juego.
— ¿Qué me estás diciendo pony?. —Se enderezó del marco de la puerta dispuesto a ir y pegarle un par de veces, hiperventilaba para tratar de controlarse.
