XXXI

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Mansión Kido

Kiki, aquel lemuriano pequeño estaba corriendo por toda la mansión mientras trataba de atrapar una pequeña mariposa casi como el oro; el pequeño osaba de atraparlas siempre y después las dejaba ir, pero ese día estaba tan aburrido porque la luz se había ido de nuevo a causa de las ventiscas. La luz se iba y luego volvía ilusionando al pobre pupilo de Mu. Kiki bufó mientras ponía las manos en su cintura y musitaba un poco para saber qué otra cosa hacer además de esconder artículos personales de algunos caballeros y quebrar jarrón que se topara.

Mü no lo había llamado en todo el día, Kiki pensaba que su maestro ya se había olvidado de él, pero era mejor así; pues no se daría cuenta de las vagancias que el pequeño hacía.

—¡Ay! ¿Qué haré?—Kiki comenzó a elevarse un poco para alcanzar el mirador pequeño que tenía y ver de quién trataba. Observó que era un chico con cabello blanco que tenía una sonrisa espectacular; parecían dientes de un conejito muy bello, su cabello era como el mismísimo algodón de nube y unos ojitos con una marca en ellos. El chico sostenía un bolso de lado en forma de ballena.

Kiki le pareció agradable que abrió la puerta con su pensamiento.

—Es para la mansión...—El chico se detuvo para poder mirar hacia al frente, aún tenía una sonrisa amplia, y cuando por fin miró su sonrisa se borró asustándose. Estaba viendo al lemuriano flotar.

—¡Es un duendeeeee!—Soltó en un grito ahogado para después quedarse en shock completamente: jamás había visto algo así que terminó desmayándose del susto.

Kiki se había dado cuenta y bajó rápido para ver al chico quien había caído de puro rostro al piso. Incluso lo que traía también.

"Qué hago, qué hago" Kiki pensaba con preocupación, sabía que lo iban a regañar por andar usando sus poderes nada más así delante de cualquier humano. Como pudo, arrastró al chico hacia dentro cerrando la puerta detrás de él. Pensaba que lo había matado de algún susto.

El lemuriano musitó.

Luego agarró uno de sus pies para arrástralo por las escaleras muy apenas. El pequeño se limpiaba el sudor de la frente con su antebrazo; el chico estaba pesado, incluso lo tuvo que trasladar hasta una de las habitaciones dejándolo en la cama junto con sus pertenencias. Lo encerró ahí y luego se fue a la cocina a comer algo mientras encontraba alguna solución.

No había alguien que pudiera ayudarle, ni si quiera estaba Shun, Shiryu había salido, Aldebarán salía con su nueva novia Jessica. Hyoga ni si quiera se había visto durante casi media semana.

Estaba solo prácticamente aunque hubiera alguno que otro caballero, pero estaban dormidos. Kiki pensó en Jabu, pero estaba aún mal de su pie, no había sanado además de que tenía algo de gripe que no lo dejaba levantarse de cama. Luego el pequeño pensó en la majestad, Aioria que fue rápido transportándose a la sala y tomar el teléfono y comenzar a marcarle.

Tenía bastante tiempo que no miraba al caballero de Leo y era porque estaba de vacaciones con el chico que supuestamente sería el heredero de la fundación graad y de la mansión Kido e hijo de Tatsumi.

Comenzó a marcarle:

"Esta llamada no puede ser completada, el número que usted marcó se encuentra ocupado o fuera de servicio, por favor reintente más tarde".

El lemuriano soltó un gruñido, no podía ser que Aioria no contestara, él les había prometido responder siempre que estuvieran en alguna situación que les afectara y Kiki ahora sentía que esa situación le afectara.

"¿Qué estás haciendo, Kiki?" Kiki se sobresaltó cuando en su mente escuchó la voz su maestro Mu. El pequeño casi soltaba el llanto. No contestaría a su llamado aunque sabía que más tarde se daría cuenta.

MI SHUN  |BlUE DREAM|         HyogaxShun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora