Diferentes historias, diferentes momentos, pero en todas ellas hay un recuerdo. Algunos se aman, otros se odian unos se quieren en secreto, pero al final de todo esto, podrán superarlo?
Atena lo sabe, pero ella no puede hacer nada, son sus caballero...
La noche pronto comenzaba a caer, el cielo estrellado aún persistía, pero estaba nublado por lo cual era difícil de apreciar por las nubes y por la tormentosa lluvia en la cual el caballero de Cisne daba vueltas de una lado a otro en su motocicleta, yendo a cada uno de los lugares donde posiblemente Shun podría estar.
Pero en ninguno estaba Andromeda.
Hyoga lo estaba lamentando realmente, lo único que quería era encontrarlo.
Hyoga se sentía casi muerto al no tener la cercanía de aquel chico. Era demasiado tarde como para seguir culpándose, pero era inevitable.
《Piensa, Hyoga. Piensa》se decía asimismo.
Estaba pasando por una fuerte migraña que lo llevó a descontrolarse llorando bajo aquella tormentosa lluvia en un parque desconocido.
Lloró demasiado, lloró como nunca lo había hecho e intentaba pedir consuelo a su madre mientras su vista se enfocaba en aquel cielo.
Se equivocaba cuando decía que ese amor Eris podría propiciarlo, solo estaba equivocado porque realmente quien podría otorgarle calidez era Shun.
Su Shun.
《Mi shun》Pensó mientras negaba y, entonces entendió que había despersonalizado a aquel joven.
Relamió su labios y luego limpió sus lágrimas.
Todo era un terrible caos porque estaba pensando más de manera personal que por su deber como caballero, pero también era una persona, un ser humano con sentimientos que no le importó poner a Shun por encima de la Diosa Atena.
Estaba dispuesto a encontrarlo a como diera lugar cuando se decidió la lluvia había cesado un poco. Hyoga se puso de pie, pero volvió a sentarse cuando un felino blanquecino y pomposo se subió en sus muslos.
Aquello le desconcertó un poco pues el felino de inmediato se restregó mientras este tenía aquel "motorcito ronquecino encendido ".
Prr...prr.
Hyoga no era de tener mascotas o ser muy fan de ello, pero por inercia llevó sus manos a aquel pelaje que para nada estaba empapado.
¿De dónde apareció? Se cuestionó volteando a ambos lados una y otra vez, pero a la segunda vez que volteó miró una silueta oscura a lo lejos.
Quizá eran sus reflejos, pero aquella silueta ya tenía incluso una voz masculina que le puso en alerta.
-Lamento incomodarte, pero Molino es muy cariñoso.-aquel tipo habló con toda la tranquilidad del mundo.
Hyoga no hizo más que soltar al gato el cual no se iba.
La voz de aquel hombre joven de cierto modo era atractiva y sensualidad cosa que le llamó la atención a Hyoga y no porque le gustó, simplemente le extrañaba porque la voz también era demasiado varonil e hipnótica.
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