Mansión desconocida a las lejanías de Grecia.Las situaciones que antes habían acontecido dañaron mucho el corazón de aquel chico de una grande y hermosa sonrisa con una voz inigualable que transmitía tranquilidad y agrado para aquel que se atreviera escucharle. Ese joven, el caballero de bronce quien poseía la armadura de Andrómeda, aquel que se le llamaba peliverde, ese chico al que todos conocían por el nombre de Shun estaba tan devastado, soñando que estaba tan feliz en un campo con flores muy bellas como él y un conejito al que acariciaba una y otra vez, pero entonces el paraíso en el que se encontraba fue destruido por el viento, las flores fueron arrancadas y secadas mientras que el conejito que tenía en manos estaba tan asustado, miró al cielo y observo distintas imágenes en el pero entonces al momento de hacerlo un azul electrizante iluminó todo el panorama, era un rayo que hizo que todo temblara y que se escucharan unos gritos feos como si se estuviese en el infierno.
El peliverde comenzó a llorar tras ver a los cuerpos inertes de sus camaradas, lloró tanto que él también se tiró al piso tras ver el cuerpo de la señorita Saori sangrar en una torre gigantesca. Se estremeció y se removió en la cama en la que estaba cubierto con sedas rojas.
Despertó de golpe cuando sintió que le dañaban.
— ¡Atena! — Gritó como si la chica pelilila estuviese en algún peligro. Sentía venir una gran migraña, volteo a los lados tratando de buscarle como si aún estuviese en su sueño.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué me duele tanto la cabeza? Sobo su sien mientras daba un masaje.
Un mareo constante se apoderó de todo su ser cuando trató de ponerse de pie. Su vista era tan borrosa de repente, trataba de abrir los ojos, pero su vista aún no se acostumbraba que de nuevo hizo el intento logrando ver con mayor claridad.
— ¡Ay! —Se quejó tras sentir otra punzada; no podía creer el dolor de cabeza que tenía hasta que dejó de quejarse del dolor tras recordar cómo es que había llegado a su habitación si lo único que recordaba es que había abandonado a Aldebarán y a Shiryu en el restaurante tailandés.
Soy un mal amigo. Se recriminó asimismo.
Soy tan mala persona. ¿Cómo pude hacerlo? Se arrepintió, estaba dispuesto a levantarse y pedir una disculpa una vez viéndolos, pero se exaltó esta vez porque se había alejado del restaurante y no había nadie cuando sintió que se cayó al piso.
Abrió los ojos de golpe tras mirar bien todo el panorama, estaba tan cambiado; paredes muy brillosas, estantes lujosos, pisos de mármol con cerámica, cuadros del siglo xv y uno que otro adorno que parecía como si estuviese bañado en oro.
Teas procesar todo sintió un opresión en el pecho; se asustó cuando observo que estaba en un lugar totalmente desconocido para él
— ¡¿Por qué estoy aquí?! — El caballero de Andrómeda se levantó exaltado tras observar con severidad su 'habitación' la cual no era suya: las paredes de la habitación eran de un color vino además de que tenía un ventanal con unas cortinas blancas enormes e inmaculadas que colgaban casi desde el techo.
No pudieron haber remodelado la mansión ni tampoco dejar la estructura diferente ni mucho menos ser otra habitación de la mansión Kido.
Su reloj de patito no estaba al frente y mucho menos sus estantes. Sin duda no era su cuarto ni la mansión.
Sí, llegó a pensar que su señorita Saori había hecho una remodelación, pero descartó la idea una vez que se acordó que ella jamás haría tal cosa ya que se aferraba a que la mansión se conservara tal y como el señor Mitsumasa Kido la dejó puesto que le traía gratos recuerdos de la niñez a la pelilila en donde fue feliz y muy mimada que le era difícil dejarlos ir. Era cierto que la señorita Saori no tenía buen comportamiento de niña y una que otra vez maltrataba a otros niños, pero era porque la pasaba demasiado rato jugando y no sabía que ella era Atena.
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MI SHUN |BlUE DREAM| HyogaxShun
Fiksi PenggemarDiferentes historias, diferentes momentos, pero en todas ellas hay un recuerdo. Algunos se aman, otros se odian unos se quieren en secreto, pero al final de todo esto, podrán superarlo? Atena lo sabe, pero ella no puede hacer nada, son sus caballero...