Independent Women - Destiny's Child

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¿Cuantas veces me han hecho ya la misma pregunta? Creo que podría crear la compañía más exitosa de la historia y los medios seguirían preguntándome si tengo algún novio o si quiero hijos. Es increíble. ¿Acaso la sociedad ha perdido la vista de lo que es importante? "No soy sólo un útero con piernas" quiero gritar a este enorme vacío. Pero al parecer, sí lo soy.

Recuerdo la primera vez que me hicieron La Pregunta. Era joven, tan sólo una niña. Había ganado algo de fama, gracias a un vestido que se había vuelto viral en "El Internet" (ustedes no lo saben niños, pero antes de las superconecciones, todo el mundo tenía que usar este estúpido y lento sistema. Fueron tiempo difíciles). Me encontraba en una exposición arte, cuando una señora, un par de años mayor que yo, se me acercó con expresión emocionada.

Vestía unas medias a rayas, un vestido color lila suelto, y llevaba una cámara enorme colgando de su cuello de alfiler. Esa siempre es la primera pista, debí haber sabido que algo iba a terminar mal en esa conversación, pero decidí ignorar el tema. La saludé amablemente e intenté contestar sus preguntas de la mejor forma posible (esfuerzo que, actualmente, no hago)

- Oh Dios, ¿eres tú? ¿Mia Siu?-

Asentí grácilmente.

-No puedo creerlo. Hola- Me ofreció una mano, a modo de saludo - Me llamo stephania, soy periodista de la sección de diseño y estética de la revista. No puedo creer la suerte que he tenido de encontrarte aquí. Por favor déjame tener una exclusiva, solo esta vez. ¿Llevas mucho tiempo en el área de la moda? ¿Siempre has querido ser diseñadora? ¿Previste alguna vez esta fama que te llegó de la noche a la mañana? ¿Ta han invitado a muchos eventos? ¿Quieres hacer una sesión fotográfica? No tengo ningún problema en preparar las cámaras para ti, cuéntame, ¿Tienes novio?-

Disparó todas estas preguntas de la misma manera que una AK-47 dispara muertes. Intenté responder las primeras, pero no tenía tiempo ni para abrir la boca y ya me había interrumpido. Después de bambalear como una idiota, respiré profundo y la miré a los ojos.

-No- Decidí finalmente por respuesta.

Se quedó mirándome fijamente, como si fuera tonta.

-¿Perdón? - Repitió lentamente.

-No – Odio a las víboras de los medios. - No, no llevo mucho tiempo en el área de la moda, ni siquiera quería hacer esto con mi vida cuando era pequeña. No, no me esperaba esta fama, como dije, no es esto a donde quería dirigir mi futuro. No, no me han invitado a muchos eventos ya que, en realidad, lo único que he hecho ha sido coser un vestido con la máquina de mi tía. No, no quiero una sesión fotográfica, muchas gracias, pero no me interesa, y no. No tengo novio.-

Si no igualé su velocidad, la sobrepasé. Su boca estaba levemente abierta, aproveché ese pequeño momento de silencio para escapar, antes de que vuelta al ataque.

Esa misma noche llegué a la casa de mi tía a hacer otro vestido.

Mi madre fue una mujer trabajadora quién, en la casa que solía limpiar, se cortó con un metal oxidado. Nunca pudimos costear la clínica, por lo que murió joven y afiebrada, en la misma cama que murió su madre, mi abuela, un par de años antes que ella.

¿Mi padre? Él nunca estuvo allí. Mi madre nos sacó adelante a mí y a mi hermana por sí sola.

Luego de su muerte, nos fuimos a vivir con mi tía. Una mujer humilde que vivía cosiendo uniformes para colegios de niños ricos. Así aprendí a coser.

Tomé la máquina, el género, y me hundí en ese mundo que solo importan las agujas, los puntos y los clores. Mi mente diseñó patrón por patrón, género por género, nudo por nudo, todo lo que tenía que diseñarse.

Luego subí la foto de mí misma usando el vestido.

Las respuestas fueron aún más positivas. Logré venderlo a ciento veinte dólares, a alguna chica mimada que vivía en la parte alta de París. Le compré a mi tía una segunda máquina, más moderna.

Ese fue el inicio de mi viaje, queridas, pero voy a suponer que el resto ya lo conocen. ¿Quién no conoce la historia de la famosa Mia, la diseñadora más importante de nuestro tiempo? Mis primeros trabajos, mis contratos, mis perfectas estrategias comerciales. Todos han pasado a la historia. Sin embargo, los periodistas siguen obsesionados con el mismo patrón de preguntas.

¿Ha elegido carrera sobre familia? ¿Tiene novio? ¿Ha pensado alguna vez sobre tener hijos?

¿Cómo explicarles a esos ignorantes que me he enamorado de mi arte? Vivo feliz y completa, no necesito otra mitad. Observo mi imperio con orgullo infinito, miro a mis aprendices como mis hijos. No me encuentro sola, sino que todo lo contrario, estoy más acompañada de lo que ninguna persona de mi edad podría pedir. Nunca he buscado pretendientes, ni ellos me buscan a mí. Luego de haber sentido la pasión y el amor de una creación perfecta, nadie puede conformarse con un estúpido cabeza hueca tan lleno de pecados.

Aprendan mis queridas niñas, vean más allá de mi soledad. Vean mi alegría mi pasión, mi combustible de vida. No he encontrado mi media naranja en nadie más, sino que la he construido con esfuerzo y pasión.


Question; tell me what you think about me
I buy my own diamonds and I buy my own rings

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